El error de un activista

Ai Weiwei se equivoca. El artista y disidente chino visit¨® a los pol¨ªticos independentistas catalanes en la c¨¢rcel de Lledoners y se declar¨® conmovido por su situaci¨®n. Dijo que los cargos que pesan sobre ellos le recordaban a uno que existe en China, la subversi¨®n del poder del Estado. Si bien es justo y razonable que cuestione una prisi¨®n preventiva que dura demasiado, no lo es que compare China con Espa?a ni a los disidentes de su pa¨ªs con los l¨ªderes del proc¨¦s.

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Ai Weiwei visita a los l¨ªderes independentistas encarcelados en la prisi¨®n de Lledoners

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?l deber¨ªa saberlo bien. Creci¨® en el exilio por ser hijo de Ai Qing, uno de los genios de la poes¨ªa moderna china, purgado por criticar a Mao Zedong. Conoce a abogados y escritores que han pasado por campos de reeducaci¨®n y por las llamadas c¨¢rceles negras, centros ilegales de detenci¨®n a los que uno puede llegar sin saber de qu¨¦ se le acusa, aturdido por los golpes y con una capucha en la cabeza. El mismo Ai Weiwei que hoy se presta a declarar que en Espa?a hay presos de conciencia, pas¨® casi tres meses retenido sin poder llamar a su familia ni a su abogado.

En China no hay separaci¨®n de poderes y los magistrados dependen del Partido Comunista. Por escribir un art¨ªculo cuestionando el sistema, como le ocurri¨® al fallecido Nobel Liu Xiaobo, a un ciudadano pueden caerle varios a?os de c¨¢rcel por la citada subversi¨®n contra el Estado. Sus parejas normalmente sufren un arresto domiciliario sin cargos o vigilancia permanente.

Cuando Ai Weiwei me invit¨® a su estudio en Pek¨ªn, hace diez a?os, ya era conocido en todo el mundo, y en parte eso le proteg¨ªa. Le hab¨ªan operado hac¨ªa poco de una hemorragia cerebral que, seg¨²n ¨¦l, le provoc¨® el pu?etazo de un polic¨ªa. Se hab¨ªa vuelto inc¨®modo porque presionaba al Gobierno para que publicase la cifra de ni?os muertos en el terremoto de Sichuan en 2008. Sospechaba, como se confirm¨® despu¨¦s, que m¨¢s de 5.000 escolares hab¨ªan quedado sepultados bajo sus colegios, construidos con materiales de mala calidad porque las autoridades se hab¨ªan quedado parte del dinero.

Ai sufri¨® mucho en aquella ¨¦poca, pero nunca perdi¨® el sentido del humor. Le hab¨ªan puesto vigilancia en su casa, pero de tanto ver a su guardi¨¢n acab¨® fumando con ¨¦l. Lo ve¨ªa como un pobre hombre haciendo su trabajo. ¡°S¨¦ lo que es vivir en un r¨¦gimen sin humanidad. Llevo en la sangre la lucha por la justicia¡±, me dijo. Pero respecto a Catalu?a hila su discurso de manera peligrosa, comparando universos opuestos. Incide en que los pol¨ªticos independentistas son sensibles y cultos, como si eso fuera un atenuante a la hora de cometer un delito. Ai Weiwei asegura que no quiere pintar lienzos para ricos, sino defender derechos que normalmente los artistas evitan. Una tarea interesante siempre que se haga con fundamento. @anafuentesf