Competici¨®n temeraria
Hacer concesiones a Vox puede generar una espiral de radicalizaci¨®n
El partido ultraderechista Vox ha hecho p¨²blicas sus condiciones para apoyar la investidura del candidato del Partido Popular a la Junta de Andaluc¨ªa, Juan Manuel Moreno, quien gobernar¨ªa en coalici¨®n con Ciudadanos. Para contar con los votos de Vox, ambas fuerzas deber¨ªan retirar del programa pactado las iniciativas contra la violencia de g¨¦nero, as¨ª como devolver algunas competencias auton¨®micas al Estado central o cerrar la televisi¨®n p¨²blica andaluza. Estas exigencias dejan en evidencia la estrategia del PP y Ciudadanos en Andaluc¨ªa, quienes parecieron dar por descontado el apoyo a cambio de nada de un partido que hace del nacionalismo espa?ol y de la intolerancia contra los extranjeros y las reivindicaciones de las mujeres y los homosexuales su bandera. Pero la ingenuidad o la astucia desde la que recabaron el apoyo de Vox es menos relevante que el n¨²cleo pol¨ªtico esencial que la negociaci¨®n para formar un Gobierno conservador en Andaluc¨ªa pone en juego: el Partido Popular, de manera evidente, y Ciudadanos, de manera equ¨ªvoca e indirecta, se muestran dispuestos a gobernar con un programa que incorpora o excluye elementos al dictado de una fuerza antisistema. Si finalmente pagaran este tributo para hacerse con la Junta, el PP y Ciudadanos estar¨ªan incurriendo de manera flagrante en aquello que denuncian sin fundamento en el Ejecutivo central: gobernar a cambio de concesiones inaceptables a los grupos de los que se valen para completar su mayor¨ªa.
Editoriales anteriores
Transigir por las condiciones que Vox reclama para la investidura de Juan Manuel Moreno coloca al PP y Ciudadanos en una situaci¨®n de precariedad parlamentaria y de dependencia pol¨ªtica, puesto que ese mismo apoyo resultar¨¢ imprescindible para sacar adelante cualquier iniciativa de Gobierno a lo largo de la legislatura auton¨®mica, con el precedente de la claudicaci¨®n realizada. Cualquier concesi¨®n efectiva al programa de una fuerza como Vox en Andaluc¨ªa introduce tensi¨®n en la totalidad del sistema constitucional del 78, puesto que sirve de excusa para la exigencia de concesiones sim¨¦tricas por parte de otras fuerzas antisistema, y augura una espiral de radicalizaci¨®n que las pr¨®ximas citas electorales podr¨ªan acelerar en lugar de detener. De no cerrar inequ¨ªvocamente el paso a los programas extremistas, la ¨²nica alternativa al creciente bloqueo pol¨ªtico provocado por la acci¨®n combinada de la fragmentaci¨®n electoral y la crispaci¨®n pol¨ªtica ser¨¢ decidir por cu¨¢l de los extremos ideol¨®gicos ceder¨¢ el sistema.
La irrupci¨®n de un partido de ultraderecha en el espacio pol¨ªtico espa?ol demuestra que ning¨²n electorado es inmune a la seducci¨®n ejercida por fuerzas que cuestionan los principios democr¨¢ticos, sin importar la ideolog¨ªa desde la que lo hagan. Esta evidencia no dice nada, sin embargo, de las causas que contribuyen a que estas fuerzas afloren y a que su influencia no deje de aumentar. En Espa?a, no cabe minimizar el papel determinante del independentismo catal¨¢n en la irrupci¨®n de Vox, pero tampoco la persistente estrategia de la crispaci¨®n que han adoptado PP y Ciudadanos en el problema territorial, cerr¨¢ndose a cualquier consenso con el Gobierno central que no pase por la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 concebido como v¨ªa espuria de recentralizaci¨®n. La fragmentaci¨®n del centroderecha espa?ol, que viene a sumarse a la del centroizquierda que provoc¨® la crisis econ¨®mica, no es resultado de que el electorado disponga ahora de m¨¢s alternativas pol¨ªticas dentro del ¨¢mbito ideol¨®gico conservador. Por el contrario, s¨®lo responde a una temeraria competici¨®n por demostrar m¨¢s arrojo, m¨¢s determinaci¨®n, o como estas fuerzas prefieren decir, menos complejos, a la hora de llevar a la acci¨®n las palabras desaforadas y los argumentos catastr¨®ficos que agita la estrategia de la crispaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.