La atascada oposici¨®n venezolana
La insistencia en presentar al Gobierno de Maduro como una tiran¨ªa ha tenido mucho m¨¢s ¨¦xito fuera que dentro del pa¨ªs
"Qu¨¦ culpa tiene el palo si salta el sapo y se ensarta", suele decirse en Venezuela cuando alguien es v¨ªctima de sus propios errores. La oposici¨®n arranca el nuevo a?o ensartada en su estrategia para derrocar a Maduro, que durante muchos a?os se bas¨® en la violencia. Disipada la p¨®lvora y el humo, se vio que detr¨¢s no hab¨ªa nada, ni un plan de gobierno alternativo, ni un programa para superar la crisis, ni nada que se parezca a una oferta pol¨ªtica de largo alcance. Se ajustaron al manual insurreccional del te¨®rico estadounidense Gene Sharp y creyeron que lo dem¨¢s llegar¨ªa autom¨¢ticamente.
Lo tuvieron todo: asesores y ayuda econ¨®mica, principalmente de EE?UU, un enorme respaldo de los medios de comunicaci¨®n internacionales y la bendici¨®n de los principales Gobiernos de centroderecha del mundo.
De esa estrategia opositora solo se salv¨® un peque?o grupo moderado que esboz¨® un plan de estabilizaci¨®n basado en las recetas del Fondo Monetario Internacional. La iniciativa consist¨ªa en pedir un cr¨¦dito de unos 100.000 millones de d¨®lares y aplicar a la poblaci¨®n unas medidas de ajuste brutales que no lo ser¨ªan tanto si tenemos en cuenta que las actuales condiciones de vida de los venezolanos ya son brutales.
La insistencia opositora en presentar al Gobierno de Maduro como una tiran¨ªa ha tenido mucho m¨¢s ¨¦xito fuera que dentro del pa¨ªs. Sin entrar en las causas de ese comportamiento, las clases populares se sienten agobiadas por las carencias econ¨®micas, pero no intimidadas o sometidas en el ¨¢mbito pol¨ªtico. As¨ª que arranca 2019 en Venezuela pr¨¢cticamente sin oposici¨®n, con unos detractores del chavismo totalmente dispersos, incapaces de ceder en sus ambiciones particulares y unirse frente a un adversario com¨²n. Dependientes de las instrucciones que reciben de Washington y no cumplen, sin ideas claras, su credibilidad se agota incluso entre sus simpatizantes. No se vislumbra un futuro a corto plazo, ni quiz¨¢s tampoco a medio, que les abra las puertas del Gobierno.
Diferente es que la grav¨ªsima situaci¨®n econ¨®mica logre de repente lo que no han sido capaces de alcanzar en a?os de est¨¦ril y violento forcejeo con las Administraciones de Ch¨¢vez y Maduro, que todav¨ªa tienen arraigo en las clases populares porque el chavismo se defini¨® como su revolucionario redentor. La Constituci¨®n de 1961 fue sustituida en 1999 por otra a la medida, ratificada en refer¨¦ndum.
El man¨¢ petrolero permiti¨® el masivo asistencialismo de Estado y los sucesivos triunfos electorales, pero cuando se hundieron los precios del crudo, la revoluci¨®n bolivariana se apag¨® bajo la direcci¨®n de un hombre que ha demostrado m¨¢s habilidad para sobrevivir que para gobernar.
La oposici¨®n deber¨¢ consensuar un programa capaz de convencer a las bases chavistas de que la alternancia en el palacio de Miraflores no llevar¨¢ al revanchismo y a la relegaci¨®n del pobre como sujeto de derecho, sino a la agrupaci¨®n de fuerzas para crear riqueza y sacar a Venezuela del desgobierno, la usurpaci¨®n de poderes, la corrupci¨®n y el ¨¦xodo.
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