Valls
Su discurso se eleva por encima de las miserias cotidianas de la pol¨ªtica espa?ola, tiene una perspectiva global de los problemas
Manuel Valls se presenta como candidato a la alcald¨ªa de Barcelona. No es un asunto menor porque en caso de triunfar tendr¨¢ importantes repercusiones, especialmente a dos niveles. Veamos.
En primer lugar, a nivel de pol¨ªtica catalana. Barcelona no s¨®lo representa la capital de Catalu?a sino una gran ciudad europea: es industria, comercio, turismo, universidades e investigaci¨®n. Tambi¨¦n es el n¨²cleo de una amplia conurbaci¨®n urbana, la Barcelona metropolitana, con una composici¨®n econ¨®mica, social y cultural, muy distinta a la de la Catalu?a interior.
La capital catalana estuvo m¨¢s de veinticinco a?os, los primeros de la democracia, gobernada por el partido socialista. Fueron a?os de cambio total: de la Barcelona gris, sin salida al mar, con barrios obreros marginales y un s¨®rdido casco viejo, se pas¨® a la brillante Barcelona ol¨ªmpica, con extensas playas, un gran puerto, un regenerado centro antiguo y confortables barrios perif¨¦ricos regenerados en virtud de un moderno urbanismo. Pero coincidiendo con el auge independentista, el Ayuntamiento pas¨® a manos de nacionalistas y Comunes. Hoy Barcelona es una ciudad que se desliza inconsciente hacia la decadencia, con graves problemas econ¨®micos y sociales: fuga de empresas, par¨®n econ¨®mico, bajada del turismo e inseguridad en las calles. Una vuelta a la Barcelona gris.
La decadencia de Barcelona le ha interesado al independentismo, cuya fuerza reside en la Catalu?a rural. La tarea de Valls es revertir la situaci¨®n: proseguir la labor de los socialistas en los a?os ochenta y convertir de nuevo a Barcelona y su entorno metropolitano en un gran foco de progreso y cultura. Quiz¨¢s muchos catalanes se dar¨¢n cuenta entonces que el cosmopolitismo y las ciudades son m¨¢s importantes que las identidades y las naciones. Que el mundo est¨¢ cambiando velozmente y no podemos quedar anclados en inconmovibles certezas del pasado.
El segundo nivel en el que Valls puede ser muy positivo es en la pol¨ªtica espa?ola. Esc¨²chenlo y ver¨¢n: su discurso se eleva por encima de las miserias cotidianas de la pol¨ªtica espa?ola, tiene una perspectiva global de los problemas y conocimientos suficientes para no encontrar f¨¢ciles salidas populistas.
Cuando le preguntaron hace unos meses si ¨¦l representaba a las ¨¦lites barcelonesas naturalmente lo neg¨® pero a?adiendo, y se lo pod¨ªa haber ahorrado, que en una sociedad las ¨¦lites ¡ªprofesionales, empresariales, trabajadoras, culturales, acad¨¦micas¡ª son muy b¨¢sicas para vertebrar una sociedad y elevar su nivel. Cualquier pol¨ªtico espa?ol hubiera escurrido el bulto o proclamando que lo importante eran las decisiones del pueblo contra el poder de las ¨¦lites.
Valls sabe enfrentarse a las cuestiones que se le plantean porque est¨¢ seguro de sus convicciones, sigue pensando desde las mismas sin olvidar los ideales socialistas de libertad e igualdad que han guiado hasta ahora su vida pol¨ªtica.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fue fundador de Ciudadanos.
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