De qu¨¦ hablamos cuando hablamos de Podemos
Jugar con la ilusi¨®n de la gente tiene un gran r¨¦dito pol¨ªtico, pero la desilusi¨®n es igual de expresiva en las urnas
Podemos no es m¨¢s que la conjugaci¨®n de la primera persona del plural del verbo Poder. Sin embargo, no hace mucho, hablar de Podemos ten¨ªa adem¨¢s un significado pol¨ªtico, compartido por simpatizantes y detractores. Fue cuando Podemos lleg¨® a significar la cr¨ªtica del orden establecido. O la exigencia de otra forma de hacer las cosas, incluso la promesa de otra forma de hacer pol¨ªtica. Han pasado s¨®lo cinco a?os desde la aparici¨®n de aquel partido, pero parecen d¨¦cadas.
Muy pronto, los mismos que nos metieron en canci¨®n, empezaron a pelearse entre ellos
Hubo un tiempo en que todos gritamos, aqu¨ª o all¨¢, "S¨ª se puede". Entonces todo el pa¨ªs parec¨ªa estar de acuerdo en la necesidad de un cambio o, como m¨ªnimo, de un recambio. Pero muy pronto, los mismos que nos metieron en canci¨®n, empezaron a pelearse entre ellos, a arrojarse siglas a la cabeza, a tomar decisiones muy por debajo de sus discursos, a manosear hasta la suciedad la pol¨ªtica. Ese d¨ªa la ilusi¨®n generada empez¨® a mutar en otro sentimiento: el de verg¨¹enza. En mi caso, una verg¨¹enza ¨ªntima, como si alguien de mi familia hiciera much¨ªsimo el rid¨ªculo. Verg¨¹enza personal incluso por haber cre¨ªdo que alg¨²n cambio era posible. En este sentido, la carta de Pablo Iglesias a ??igo Errej¨®n ha sido la guinda del pastel, guinda tan roja como una cara pudorosa.
Es f¨¢cil entender que la jugada de ??igo Errej¨®n no haya gustado a Pablo Iglesias, pero de ah¨ª al disparate epistolar hay un trecho. Errej¨®n quer¨ªa liderar una lista en la Comunidad de Madrid con pocas intromisiones del aparato de su partido. Y como su partido vive obsesionado por el control, el chaval ha visto en su alianza con Carmena, no solo una buena forma de liderar una propuesta para la Comunidad de Madrid sino quiz¨¢s la ¨²nica posible de liderar alguna cosa. Por lo dem¨¢s, poner de acuerdo a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid parece una buena idea en s¨ª misma. Y la idea de Carmenizar la Comunidad de Madrid deber¨ªa ser incluso ilusionante para cualquier votante de Podemos.
As¨ª que la pregunta no es por qu¨¦ ??igo se ha unido a Carmena sino por qu¨¦ Podemos saca constantemente a la plaza p¨²blica todas sus ri?as internas y trapos sucios. Es una exposici¨®n que resulta agotadora para todos los ciudadanos que en alg¨²n momento confiaron en el cambio (o en el recambio) y es especialmente triste para sus votantes (los que a¨²n quedan), porque dicha escenificaci¨®n supone el fin de su proyecto pol¨ªtico. Jugar con la ilusi¨®n de la gente tiene un gran r¨¦dito pol¨ªtico, pero la desilusi¨®n es igual de expresiva en las urnas.
Es f¨¢cil entender que la jugada de Errej¨®n no haya gustado a Iglesias, pero de ah¨ª al disparate epistolar hay un trecho
Muchos de los ciudadanos a los que Podemos ilusion¨® en su d¨ªa tuvieron que defender al nuevo (y para muchos dudoso) partido ante sus padres, ante sus compa?eros de trabajo, ante sus parejas. La exigencia del partido fue m¨¢xima con sus bases. Y exprimi¨® a todos y cada uno de los chavales (??igo y Pablo incluidos) que hicieron posible el nacimiento del partido. Por todo eso, adem¨¢s de verg¨¹enza da mucha pena ver c¨®mo las ideas han quedado en un baile de siglas, nombres, primarias y mentiras.
Est¨¢ claro para lo que sirve el pacto de ??igo y Carmena. Y est¨¢ clara su ¨²nica pega: el aparato de Podemos pierde fuerza en Madrid, a cambio de que sus ideas recuperen vigor. La jugada es buena, la marca Carmena vende y, con ??igo al lado la esencia de Podemos deber¨ªa estar garantizada. ?Hay alguien m¨¢s de Podemos que ??igo Errej¨®n? ?Cu¨¢l es entonces el problema de que Carmena y Errej¨®n extiendan Mas Madrid al ¨¢mbito de la Comunidad? ?No eran las ideas lo m¨¢s importante? ?No ¨¦ramos los ciudadanos lo importante? ?No ¨¦ramos los madrile?os lo m¨¢s importante? ?Por qu¨¦ todas las informaciones hablan de Pablo, de ??igo, de Rita, de Ram¨®n, de Irene y ya nadie habla de Madrid y de los madrile?os? ?De verdad tenemos que leer una carta de Pablo Iglesias donde nos explica a todos que ¡°con todo el respeto, ??igo no es Carmena¡±? ?De verdad a Iglesias le ha sorprendido que ??igo, su compa?ero y su amigo, quiera liderar la lista de Madrid? ?Es que acaso no lo sab¨ªa? Yo no soy analista pol¨ªtica, pero lo de Vistalegre de hace dos a?os me parece de primero de Podemos: Espa?a pa m¨ª, Madrid pa ti. ?En serio pesa tanto el aparato como para que sea imposible cumplir con la palabra dada?
Va siendo hora de inaugurar una etapa en la que hablemos m¨¢s de las escuelas infantiles que de las malditas primarias. M¨¢s de pol¨ªtica y menos de pol¨ªticos, m¨¢s de hacer y menos de Poder. El verbo es el mismo, pero por alguna raz¨®n Podemos siempre lo conjug¨® con may¨²scula. Y desde ahora, en primera persona del singular.
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