Tal como ¨¦ramos
Los partidos de extrema derecha se han apropiado de las pol¨ªticas familiares y prometen bienestar para quienes sigan el canon
La nostalgia recorre Occidente. Donald Trump, Matteo Salvini, Viktor Orb¨¢n, Marine Le Pen, Santiago Abascal, se ofrecen a salvar a los ciudadanos del nihilismo moral. Los partidos de extrema derecha se han apropiado de las pol¨ªticas familiares y prometen bienestar para quienes sigan el canon. M¨¢s matrimonios entre hombre y mujer como soluci¨®n al problema de natalidad. Como dec¨ªa el fil¨®sofo Edmund Burke, individuos arropados por su historia, su tradici¨®n y su cultura, que no conciben libertad sin decencia ni decencia sin jerarqu¨ªa.
Ese relato que idealiza a un tipo concreto de familia sirvi¨® en los a?os cincuenta para inocular ciertos valores y avivar el consumo despu¨¦s de la guerra, pero hoy sabemos que no se sostiene. La natalidad no empez¨® a caer porque hubiera menos matrimonios tradicionales. Otros factores han pesado m¨¢s: la deuda de los hogares, la incertidumbre, la subida del precio de los pisos, la dificultad de los j¨®venes para emanciparse. Casarse no inmuniza contra la p¨¦rdida de poder adquisitivo.
En esta reinvenci¨®n de la historia se manejan supuestas estad¨ªsticas sobre el mayor ¨ªndice de fracaso escolar de los hijos de divorciados o de madres que trabajan fuera de casa. Cualquier mal contempor¨¢neo tiene que ver con que los individuos hayan abandonado el esquema de familia tradicional. Se siguen financiando estudios como el de Robert Rector para el think tank neoliberal Heritage Foundation, titulado El matrimonio, la mejor arma de Estados Unidos contra la pobreza infantil (2012), en el que las pol¨ªticas p¨²blicas no son el factor determinante. Una revisi¨®n en 2008 de m¨¢s de 70 investigaciones sociol¨®gicas en EE?UU concluy¨® que el hecho de que las madres trabajen fuera de casa no tiene de por s¨ª un impacto negativo en los ni?os. Lo que s¨ª les afecta es que sus progenitores est¨¦n sometidos a varios empleos, horarios cambiantes y condiciones deplorables.
Los pol¨ªticos que en Polonia o Italia alaban a las madres (a los padres ni los mencionan) que cuidan a sus hijos a tiempo completo obvian que muchas han vuelto a casa porque no encuentran trabajo o no ganan lo suficiente para contratar a alguien. En Estados Unidos, el conservadurismo radical vende una simplificaci¨®n del pasado. Se inspira en los a?os cincuenta del sue?o americano, los suburbios y el baby boom, que se usaron desde Hollywood para que la familia fuera el foco del entretenimiento. Olvida que solo eligi¨® a los blancos anglosajones protestantes. ¡°Esas familias felices y homog¨¦neas que recordamos de los a?os cincuenta son en parte el resultado de la negaci¨®n de la diversidad que se hac¨ªa desde los medios¡±, explica la historiadora Stephanie Coontz en The Way We Never Were: American Families And The Nostalgia Trap. Para un cuarto de la poblaci¨®n, entre 40 y 50 millones de personas, nunca hubo un jard¨ªn con valla blanca: eran pobres y no recib¨ªan ninguna ayuda.
@anafuentesf
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