Pensiones sin dramas

En las ¨²ltimas tres semanas, tanto el Gobierno como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) han intentando reducir el dramatismo que pesa sobre el sistema de pensiones. La ministra Magdalena Valerio anunci¨® que el Gobierno pedir¨¢ un nuevo cr¨¦dito de 15.000 millones para pagar las prestaciones en 2019, lo cual, si bien es una nueva declaraci¨®n de que las cotizaciones no son suficientes y, de paso, acrecienta la deuda del pa¨ªs, al menos aclara con antelaci¨®n suficiente c¨®mo ser¨¢ el ejercicio financiero de la Seguridad Social durante este a?o. Al Gobierno le quedaban pocas opciones despu¨¦s de comprobar que la revalorizaci¨®n de las pensiones, seg¨²n el IPC pactada por el Gobierno anterior y el PNV, no ten¨ªa partida correspondiente en las cuentas p¨²blicas.

Ha sido la Airef la instituci¨®n que ha dado un paso m¨¢s elaborado para buscar un acuerdo social en torno a la reforma futura de las pensiones. Es verdad que las pensiones no corren riesgo a corto plazo y que la mayor amenaza para los pensionistas es que el colapso del sistema de reparto cause una rebaja en las prestaciones y pierdan poder adquisitivo. La amenaza estructural para las pensiones es sin duda el plazo de prestaciones, creciente debido a la mayor esperanza de vida, y el mayor coste de las pensiones nuevas. Para mitigar el peso estructural del envejecimiento de la poblaci¨®n, la autoridad fiscal propone que una parte de los gastos de la Seguridad Social sean asumidos por el Presupuesto, de forma que el d¨¦ficit del sistema se traslade al Estado; aproximar la edad efectiva de jubilaci¨®n, ahora en 62,5 a?os, a la edad legal de 65 a?os y elevar el c¨®mputo de la carrera de cotizaci¨®n desde los 20 a?os actales (25 a?os en 2022) hasta los 35 a?os.

Estas propuestas no son nuevas; habr¨ªa que incluir incluso una subida de las cotizaciones para las rentas m¨¢s altas, aunque ser¨¢ dif¨ªcil conseguir en t¨¦rminos legales que una cotizaci¨®n mayor no origine una percepci¨®n m¨¢s alta. El valor de la propuesta est¨¢ en que insiste en la posibilidad de convergencia entre las fuerzas sociales ¡ªincluidas las empresas que, aunque a menudo se olvida, son los gestores directos de las jubilaciones¡ª para acelerar la reforma de las pensiones; casi todo el mundo sabe que solo una reforma que recoja los cambios citados puede sostener las pensiones a largo plazo.

Las pensiones sostienen una parte del ahorro y el consumo del pa¨ªs. Llevan demasiados a?os sometidas a la incertidumbre sobre su futuro, pendientes de mesas sectoriales y acuerdos de negociaci¨®n. Tiene que quedar claro, mediante un acuerdo viable, aprobado por los agentes sociales y por los partidos pol¨ªticos, que no van a bajar.