800 millones de canciones para o¨ªr el ritmo del planeta
Un estudio con un mill¨®n de usuarios de Spotify muestra los patrones musicales de los humanos
A los humanos nos gusta o¨ªr m¨²sica m¨¢s animada durante el d¨ªa. Los viernes son los m¨¢s animados y, a medida que se acerca el verano, preferimos temas m¨¢s intensos. Son algunos de los resultados de un enorme estudio con casi 800 millones de canciones o¨ªdas por un mill¨®n de personas en Spotify. Aunque estos datos pueden parecer l¨®gicos, hay otros m¨¢s intrigantes: a los chicos les gustan piezas m¨¢s animadas que a las chicas, pero esa diferencia de g¨¦nero se invierte en los dos hemisferios del planeta. O bien, las divergencias de intensidad se reducen a medida que nos acercamos al ecuador. As¨ª es el ritmo del planeta.
Investigadores de la Universidad de Cornell (EE UU) han tenido la rara ocasi¨®n de poder estudiar una inmensa base de datos del servicio de m¨²sica Spotify (una de las autoras del estudio trabaja en la compa?¨ªa). Contaron con 765 millones de canciones seleccionadas (es decir, elegidas por el usuario y no aleatorias) por un mill¨®n de clientes del servicio de todo el mundo. Aprovechando que cada canci¨®n lleva una serie de metadatos con 11 caracter¨ªsticas (ritmo, si es cantada o instrumental, tempo, si es bailable, ac¨²stica o electr¨®nica, valencia...) pudieron medir la intensidad musical de cada canci¨®n y la de todas las canciones.
Comprobaron as¨ª que hay una serie de patrones universales. Observaron, por ejemplo, que los humanos oyen m¨²sica m¨¢s animada entre las ocho de la ma?ana y las ocho de la tarde, con un baj¨®n de ¨¢nimo entre las tres y cuatro de la madrugada. No vieron, sin embargo, variaciones significativas durante el d¨ªa. Algo que s¨ª hab¨ªan detectado estudios anteriores que usaron herramientas como los mensajes en Twitter para pulsar el ritmo planetario. Tambi¨¦n vieron c¨®mo la semana se va animando hasta llegar a lo que cantaba The Cure en su Friday I'm in Love: el viernes, seguido del s¨¢bado, son los d¨ªas en los que o¨ªmos la m¨²sica m¨¢s excitante. Los domingos y lunes, cuando menos.
Los viernes es el d¨ªa m¨¢s musical y el pico en intensidad se alcanza los d¨ªas posteriores al solsticio de verano
"A posteriori, muchos de los patrones que hemos encontrado pueden parecer l¨®gicos", dice en un correo el director del Laboratorio de Din¨¢micas Sociales de Cornell, Michael Macy,?profesor de sociolog¨ªa y coautor del estudio. "Pero es importante confirmar nuestras intuiciones con datos emp¨ªricos y los patrones que hemos visto est¨¢n fundamentados en una base de datos ¨²nica con los h¨¢bitos de escucha en 51 pa¨ªses de todo el mundo", a?ade. Entre esos patrones l¨®gicos estar¨ªa el hecho de que el m¨¢ximo de intensidad musical se produce durante el solsticio de verano desde un m¨ªnimo alcanzado en los meses de invierno. Tambi¨¦n parece esperable que la puntuaci¨®n en intensidad de la m¨²sica que consumen los menores de 18 a?os sea m¨¢s del doble que la de los mayores de 50 a?os. Pero hay otros resultados aparentemente no tan l¨®gicos.
"Uno de los resultados m¨¢s sorprendentes es la diferencia en los patrones de g¨¦nero entre el hemisferio norte y el hemisferio sur", comenta Macy. Aunque en el promedio global, los chicos escuchan m¨²sica m¨¢s animada que las chicas, "en el hemisferio norte, las mujeres oyen m¨²sica con menor intensidad, en especial por la noche, mientras que en el hemisferio sur es al rev¨¦s: las mujeres eligen m¨²sica con mayor intensidad que la que prefieren los hombres", a?ade. Los autores del estudio, publicado en Nature Human Behaviour, no analizan las posibles causas de estas diferencias, aunque se?alan a una posible base cultural.
"Tambi¨¦n fue algo inesperado que la m¨²sica reproducida en Am¨¦rica Latina sea relativamente m¨¢s intensa y la o¨ªda en Asia m¨¢s relajada comparadas con Ocean¨ªa, Europa o Am¨¦rica del Norte", recuerda el investigador y principal autor del estudio Minsu Park. "Creo que las ¨²ltimas tres regiones son culturalmente similares y los resultados sugieren que podr¨ªa haber diferencias culturales en las preferencias por los est¨ªmulos externos, como son los distintos niveles de intensidad musical", a?ade el pupilo de Macy.
Hay una llamativa diferencia de g¨¦nero: mientras las chicas del hemisferio norte prefieren temas m¨¢s tranquilos, en el sur superan en temas animados a los chicos
Para lo que no tienen explicaci¨®n, aunque podr¨ªan intervenir factores ambientales, es para el hecho m¨¢s sorprendente de todos: en todas las m¨¦tricas donde detectaron diferencias (incluso en las diferencias de edad, aunque en menor medida) estas se reduc¨ªan a medida que se acercaban al ecuador. Por ejemplo, es a partir de esta l¨ªnea imaginaria donde las diferencias de g¨¦nero se invierten. Park reconoce que es algo que tendr¨¢n que investigar.
Los autores reconocen que el dise?o del estudio puede introducir alg¨²n sesgo. Por ejemplo, la muestra est¨¢ formada por usuarios de la versi¨®n de pago de Spotify. Adem¨¢s, no tienen datos de ?frica. El estudio se realiz¨® entre enero y diciembre de 2016, cuando este servicio musical a¨²n no se hab¨ªa desplegado en demasiados pa¨ªses africanos. A¨²n as¨ª lo consideran una buena base para el estudio de las conductas humanas.
"Gran parte de la investigaci¨®n en ciencias sociales que se hace en EE UU es sobre el comportamiento de los estadounidenses, a veces con la suposici¨®n t¨¢cita de que los resultados son generalizables a otras culturas. Los datos de plataformas sociales globales como Spotify, Twitter y Facebook ofrecen una oportunidad muy necesaria para abordar las diferencias interculturales y transregionales en el comportamiento humano", razona el profesor Macy. Adem¨¢s, a?ade, "tambi¨¦n es muy dif¨ªcil observar las emociones de las personas a escala de poblaci¨®n y sabemos que lo que dicen sobre sus emociones puede ser poco fiable (tendemos a poner nuestra mejor cara). Estos datos permiten observar el comportamiento humano real, no solo los auto informes de las personas sobre su comportamiento".
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