Econom¨ªas rentistas
Resulta inevitable que los debates pol¨ªticos acaben degenerando en batallas sobre qui¨¦n debe tener acceso a esas rentas
Hace unos a?os, el economista Larry Summers se?alaba que una de las paradojas de la econom¨ªa de nuestro tiempo era la coexistencia de beneficios empresariales hist¨®ricamente altos (lo que deber¨ªa provocar una alta demanda de inversi¨®n) con tipos de inter¨¦s extraordinariamente bajos (que indican que esa demanda no existe). Su explicaci¨®n es que nuestras econom¨ªas son m¨¢s ¡°rentistas¡± que en el pasado, y que el aumento de los beneficios no refleja oportunidades de negocio, sino una mayor capacidad de las empresas de explotar su poder de mercado. Es una tesis discutible, pero consistente con el proceso de concentraci¨®n empresarial para el cual s¨ª existe bastante evidencia.
En una econom¨ªa rentista es inevitable que los debates pol¨ªticos acaben degenerando en batallas sobre qui¨¦n debe tener acceso a esas rentas. El conflicto entre los due?os de licencias del taxi y las nuevas plataformas de transporte privado tiene varias dimensiones (la gesti¨®n de la movilidad urbana, la precariedad laboral¡), pero una de las m¨¢s importantes es esta: la capacidad de extraer rentas es algo cada vez m¨¢s valorado por los individuos y las empresas. Podemos argumentar hasta el infinito sobre la moralidad de unos y otros, pero si no corregimos las causas que subyacen a estos conflictos, cada vez estar¨¢n m¨¢s presentes.
Existen varias formas de desrentizar nuestras econom¨ªas. La primera y m¨¢s evidente es la de limitar el poder de mercado de los que lo tienen renovando e intensificando las pol¨ªticas de competencia. Pero seguramente no sea suficiente: es muy probable que las herramientas que tenemos no son a¨²n capaces de combatir las formas de extracci¨®n de rentas t¨ªpicas de la nueva econom¨ªa: ?sabemos luchar contra la capacidad de Google o Facebook de explotar su poder de mercado? La segunda es lograr que estas rentas sean menos importantes para todos, protegiendo las condiciones de vida de los individuos con independencia de sus circunstancias. Pero la capacidad redistributiva de los Estados en el contexto actual es limitada. Si ninguna de estas dos estrategias funcionan y nuestras econom¨ªas se siguen haciendo m¨¢s dependientes de la extracci¨®n de rentas, me temo que ser¨¢ inevitable abrir la discusi¨®n sobre la democratizaci¨®n del acceso a ellas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.