El salvavidas de la econom¨ªa
El turismo bate todas las marcas, con 1.400 millones de viajeros en todo el mundo
Parec¨ªa dif¨ªcil, pero el turismo sigue batiendo marcas, tanto en el plano internacional como en el nacional. La afici¨®n por viajar no para de crecer y el a?o pasado 1.400 millones de personas (un 6% m¨¢s) se desplazaron de un pa¨ªs a otro por el mero placer de conocer mundo. Lo que no ha variado son los destinos favoritos: Francia, Espa?a y Estados Unidos. Aunque es en Oriente Pr¨®ximo y ?frica donde proporcionalmente m¨¢s han aumentado las llegadas.
La Organizaci¨®n Mundial del Turismo hab¨ªa previsto llegar a los 1.400 millones de viajeros internacionales en 2020, pero esta m¨¢gica cifra ha brotado con dos a?os de antelaci¨®n gracias al crecimiento econ¨®mico global, el abaratamiento de los desplazamientos a¨¦reos, la expansi¨®n de un nuevo modelo de alojamientos m¨¢s asequibles y la mayor flexibilidad a la hora de expedir visados, incluso en pa¨ªses habitualmente cerrados al exterior.
Hoy en d¨ªa, viajar es una actividad accesible para una buena parte de la poblaci¨®n y la oferta para elegir destinos se adapta a casi todos los bolsillos. Hay mercados emergentes (India y Rusia) que acrecientan el optimismo del sector, pero en el horizonte empiezan a aparecer los nubarrones del Brexit, las tensiones geopol¨ªticas y las incertidumbres comerciales.
El turismo es un poderoso motor socioecon¨®mico. Mueve el empleo, la construcci¨®n, la agricultura y las telecomunicaciones. Su volumen de negocio iguala o supera a las exportaciones de petr¨®leo, la industria alimentaria o la automovil¨ªstica. Espa?a se agarra al turismo como a un salvavidas en medio de un naufragio. El a?o pasado recibi¨® 82,6 millones de visitantes internacionales con un gasto de 89.678 millones de euros, n¨²meros de v¨¦rtigo ensombrecidos por una incipiente corriente de turismofobia. La oleada de protestas por la masificaci¨®n de viajeros ha llegado tambi¨¦n a Espa?a fruto de la excesiva concentraci¨®n de forasteros ociosos en determinadas zonas. El investigador George Doxey ya advert¨ªa de que un destino tur¨ªstico atraviesa en los residentes locales por cinco etapas: euforia, apat¨ªa, molestia, antagonismo y rendici¨®n. Los ¨²ltimos estadios de este ¨ªndice de irritabilidad convierten la vida de los habitantes habituales en una pesadilla. Lo saben bien en Venecia o ?msterdam, que cada verano pagan rigurosamente el peaje de la gentrificaci¨®n.
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