Errej¨®n, Carmena y la brocha

??igo Errej¨®n, uno los dos dirigentes del populismo de izquierdas podemita, se ha aliado con Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, para lanzar una doble candidatura con enjundia al Ayuntamiento de la capital y al Gobierno de la Comunidad: M¨¢s Madrid.

Cada uno por su lado, Manuela Carmena e ??igo Errej¨®n han ido a caer en un lugar muy parecido de la pol¨ªtica. Los dos hacen bastantes ascos a los partidos, y los dos dan un valor crucial a la personalidad que ejerce el liderazgo.

Carmena viene del comunismo, de muchos a?os de militancia en el PCE. Y ahora ha concluido que ¡°el mundo de la democracia representativa se est¨¢ acabando¡±. O sea, que los partidos pol¨ªticos son instituciones llamadas a desaparecer. Su acci¨®n pol¨ªtica se desarrolla en un nuevo mundo, el de las plataformas y sus inscritos.

Errej¨®n ha llegado ah¨ª, primero por el estudio de las propuestas de los dos profetas del populismo de izquierdas, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, y despu¨¦s por una experiencia m¨¢s que exitosa al frente de Podemos, organizaci¨®n que fund¨® con su antiguo amigo Pablo Iglesias. Una organizaci¨®n que, seg¨²n algunos de sus dirigentes, ha devenido en un partido leninista al tiempo que Iglesias ha hecho lo mismo, o sea, se ha vuelto un poco Lenin.

Carmena y Errej¨®n se aprestan a encabezar un conjunto de personas cuyo deseo pol¨ªtico se plasma como mucho en un programa de transformaci¨®n de una ciudad y de un territorio. No menos, pero tampoco m¨¢s. Son inscritos para llevar adelante una tarea. Eso que se llama M¨¢s Madrid. Lo de cambiar el mundo, como pretend¨ªa el antiguo PCE de Carmena y, al parecer, el nuevo Podemos de Iglesias, no es, por el momento, de su incumbencia.

Ni Carmena ni Errej¨®n desean tener detr¨¢s las grandes formaciones de proletarios que hab¨ªa antes. Ni desean que sus candidaturas reposen sobre los hombros de los sufridos militantes. Tienen unos proyectos para una ciudad y un territorio que se tienen que ir haciendo d¨ªa a d¨ªa en las asambleas de los que se comprometen con ese proyecto.

Carmena y Errej¨®n huellan un camino virgen, que tiene muchos riesgos. No es descabellado pensar que, sin militantes, puedan quedarse agarrados solo a la brocha porque nadie vigile la escalera.