Cosillas que me encantan

Viajaba en un vag¨®n de metro que ol¨ªa a millennials y tradici¨®n, de repente mi sentido ar¨¢cnido de famosillo se puso en alerta. Gallineado comprob¨¦ como un muchacho, que luc¨ªa un pelo a medio camino entre una ensaimada y un nido de gavilanes, deslizaba su tel¨¦fono m¨®vil desde el bolsillo de su abrigo hasta su barbilla; sibilinamente me tom¨® una fotograf¨ªa, tal como si fuera un animal ex¨®tico. Me encant¨® la maniobra, muchas gracias.

Tengo por costumbre dar largas a mi cu?ado, con ¨¦l practico el laconismo. El otro d¨ªa me envi¨® un whatsapp aparentemente inocuo, una frusler¨ªa en forma de chiste. Dud¨¦ si contestarle, finalmente puse: JA, JA. Pues fue dar se?ales de vida y empezar a preguntarme por esto y por lo otro y a pedirme favores: ese mensaje inofensivo era un cebo en realidad. Me encant¨® el ardid, gracias.

Suelo tener por costumbre enfermar en periodo vacacional. El verano pasado no fue una excepci¨®n; en plena can¨ªcula sufr¨ª un c¨®lico nefr¨ªtico. Cuando estaba en el hospital doblado de dolor, el enfermero encargado de pincharme la sonda me espet¨®: ¡°?Qu¨¦! ?Ahora no cuentas chistes!¡±.?Me encant¨® el comentario, muchas gracias.

Y hablando de personas comedidas. En uno de mis zappings ma?aneros llegu¨¦ al programa de Ana Rosa. Delante de m¨ª se materializ¨® una mujer con la mirada serena: la candidata del PP a la comunidad de Madrid Isabel D¨ªaz Ayuso. Por su boca sal¨ªan opiniones muy ponderadas. Entre otras cosas dijo no plantearse un pacto con Ciudadanos y VOX porque est¨¢ segura de que tendr¨¢ mayor¨ªa absoluta; record¨® tambi¨¦n que el presidente S¨¢nchez gobierna con terroristas y golpistas; y finaliz¨® su alocuci¨®n present¨¢ndose como el cambio que necesita la comunidad de Madrid.

Un consejo me atrevo a darle: No medite tanto lo que dice, su¨¦ltese la melena.