La autoridad del aeropuerto
El reconocimiento a quien se autoproclama presidente no va acompa?ado del poder para poder serlo
Imagine que usted es una autoridad de un Estado u Organizaci¨®n Internacional con responsabilidades en pol¨ªtica exterior. Suponga que tiene que visitar un Estado fr¨¢gil o fallido. En esa situaci¨®n conviene, l¨®gicamente, asegurarse de que los contactos que vaya a mantener en el pa¨ªs sean con la autoridad competente. ?C¨®mo identificar qui¨¦n es esa autoridad? La respuesta se la escuch¨¦ hace tiempo a quien, por sus responsabilidades en el ¨¢mbito internacional, hab¨ªa tenido que enfrentarse con cierta frecuencia a situaciones como la descrita.¡°La persona que tiene el control del pa¨ªs¡±, precis¨®, ¡°es aquella que te recibe en el aeropuerto¡±.
No he dejado de recordar estas palabras desde que Guaid¨® aprovech¨® un resquicio jur¨ªdico para autoproclamarse presidente interino de Venezuela. A partir de ese mismo momento, EE UU y los pa¨ªses del Grupo de Lima le reconocieron como presidente leg¨ªtimo. Tambi¨¦n expres¨® su apoyo el Secretario General de la OEA. La UE podr¨ªa acordar un pronunciamiento en similar sentido, una vez concluya el plazo otorgado a Maduro para convocar elecciones.
Antes de inclinarse por una iniciativa pol¨ªtica como la descrita, convendr¨ªa valorar si el mero reconocimiento internacional de Guaid¨® como presidente leg¨ªtimo le convierte en esa ¡®autoridad efectiva¡¯ a la que se refer¨ªan nuestro experimentado mandatario. No estar¨ªa de m¨¢s que alguien hiciera el esfuerzo de explicarnos c¨®mo va a ejercer el poder propio de un presidente quien carece del control sobre aquellos instrumentos del Estado necesarios para garantizar la ejecuci¨®n de sus decisiones.
Ojal¨¢ el colapso econ¨®mico, institucional y democr¨¢tico del que es responsable Maduro pudiera resolverse mediante una sucesi¨®n de reconocimientos a favor del l¨ªder de la oposici¨®n. No parece que sea tan sencillo. Dado que el reconocimiento a quien se autoproclama presidente no va acompa?ado del poder para poder serlo, surge una duda razonable en torno a su capacidad para reconducir la situaci¨®n. En este contexto, no prejuzgo las razones de aquellos que en Espa?a se han manifestado favorables al reconocimiento como forma de precipitar una soluci¨®n democr¨¢tica para Venezuela. Pero s¨ª me preocupan las complicaciones que supone para nuestro pa¨ªs contar con una oposici¨®n carente del m¨ªnimo sentido de Estado.
A la espera de c¨®mo evolucionen los acontecimientos, todo indica que el r¨¦gimen de Maduro, afortunadamente, ha colapsado. Ni el entusiasmo propio, ni los intereses ajenos deber¨ªan hacernos cometer viejos errores. Los venezolanos deben liderar cualquier iniciativa para recuperar el funcionamiento de sus instituciones. El elemento nuclear no es a qui¨¦n reconocemos como presidente, sino c¨®mo orientamos la capacidad de presi¨®n internacional para convertir en realista la convocatoria de unas elecciones que inaugurar¨ªan en Venezuela los trabajos de democratizaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.