Julen y nosotros, que no le conocimos
Tratando de rescatar lo imposible, esta sociedad pugn¨® por reencontrarse con sus valores elementales, la vida, la solidaridad frente al infortunio
Es verdad que el rescate del ni?o Julen ha aflorado algunas de las mejores pulsiones de esta sociedad. Seguramente la m¨¢s prometedora es la capacidad de apostar por un objetivo (recuperarlo con vida) que se sabe ¨ªntimamente m¨¢s que improbable, cuando no imposible.
Para mantener la apuesta era imprescindible ignorar ese punto de realismo tr¨¢gico. De haberlo asumido como inevitable, de haber calculado seg¨²n la experiencia sanitaria y m¨¦dica, no se habr¨ªa hecho. Hay un punto de (extra?a) magia y de (impl¨ªcita) locura en ese empe?o.
Se hizo, porque tratando de rescatar lo imposible, esta sociedad por tantas cosas apurada, pugn¨® por reencontrarse consigo misma, con sus valores elementales, la vida, la solidaridad frente al infortunio. As¨ª, a todos los que no le conoc¨ªamos nos hizo mejores. A todos puso en disposici¨®n de alerta gratuita.
Ha chocado en esta quincena espesa la relativa contenci¨®n de pol¨ªticos y medios. Relativa, porque la afici¨®n al morbo del reality es inexpugnable y todo lo inficiona. Oper¨® el temor a la irritaci¨®n frente a protagonismos artificiosos p¨²blicos. Pero se dio alguna contenci¨®n al enfocar contenidos. ?Es malo reconocerlo?
Aunque ha habido (pocas) excepciones chirriantes, aunque la reiteraci¨®n abund¨® (casi) hasta la fatiga, aunque a alguno se le adivin¨® la (frecuente) querencia de primicia imposible e innoble, los medios, tambi¨¦n algunos programas cl¨¢sicos, no han sido ajenos a un cierto s¨ªndrome de retenci¨®n.
En anteriores sucesos impactantes traspasaron todo l¨ªmite. ?Por qu¨¦ ahora violaron los l¨ªmites cuantitativos y no los cualitativos? Acaso haya mejoras. Pero tambi¨¦n ayud¨® que este hecho fuese virginal. Era una ca¨ªda fortuita. Un ni?o de 2 a?os. Un accidente. Quiz¨¢ hubo imprudencia previa de un pocero, un propietario o una autoridad de vigilancia. Pero no un asesino escondido, una bruja, un maldito por desenmascarar.
M¨¢s importante que todo lo anterior. En el trato a Julen ha predominado lo mejor de la cultura obrera (que declina) de este pa¨ªs. La silenciosa sobriedad de los mineros asturianos. La disposici¨®n ind¨®mita de ingenieros y guardias. La habilidad t¨¦cnico-industrial de los constructores de la caja met¨¢lica de salvamento. La cocina cotidiana de las mujeres del pueblo, ofreciendo antes que preguntando. Todos los que trabajaron perdiendo dinero, simplemente, porque hab¨ªa que hacerlo.
No todo, pero hemos aprendido. Gracias.
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