Julen y nosotros, que no le conocimos
Tratando de rescatar lo imposible, esta sociedad pugn¨® por reencontrarse con sus valores elementales, la vida, la solidaridad frente al infortunio
![Los mineros que rescataron a Julen, desbordados, no se ven como h¨¦roes.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PA3GOKDEQUW4XIPHKXX43ON6PE.jpg?auth=afe15e464b74d2c7c67ecaf30a7f36ec03bf6349a61603df4882ef2f8917c0fe&width=414)
Es verdad que el rescate del ni?o Julen ha aflorado algunas de las mejores pulsiones de esta sociedad. Seguramente la m¨¢s prometedora es la capacidad de apostar por un objetivo (recuperarlo con vida) que se sabe ¨ªntimamente m¨¢s que improbable, cuando no imposible.
Para mantener la apuesta era imprescindible ignorar ese punto de realismo tr¨¢gico. De haberlo asumido como inevitable, de haber calculado seg¨²n la experiencia sanitaria y m¨¦dica, no se habr¨ªa hecho. Hay un punto de (extra?a) magia y de (impl¨ªcita) locura en ese empe?o.
Se hizo, porque tratando de rescatar lo imposible, esta sociedad por tantas cosas apurada, pugn¨® por reencontrarse consigo misma, con sus valores elementales, la vida, la solidaridad frente al infortunio. As¨ª, a todos los que no le conoc¨ªamos nos hizo mejores. A todos puso en disposici¨®n de alerta gratuita.
Ha chocado en esta quincena espesa la relativa contenci¨®n de pol¨ªticos y medios. Relativa, porque la afici¨®n al morbo del reality es inexpugnable y todo lo inficiona. Oper¨® el temor a la irritaci¨®n frente a protagonismos artificiosos p¨²blicos. Pero se dio alguna contenci¨®n al enfocar contenidos. ?Es malo reconocerlo?
Aunque ha habido (pocas) excepciones chirriantes, aunque la reiteraci¨®n abund¨® (casi) hasta la fatiga, aunque a alguno se le adivin¨® la (frecuente) querencia de primicia imposible e innoble, los medios, tambi¨¦n algunos programas cl¨¢sicos, no han sido ajenos a un cierto s¨ªndrome de retenci¨®n.
En anteriores sucesos impactantes traspasaron todo l¨ªmite. ?Por qu¨¦ ahora violaron los l¨ªmites cuantitativos y no los cualitativos? Acaso haya mejoras. Pero tambi¨¦n ayud¨® que este hecho fuese virginal. Era una ca¨ªda fortuita. Un ni?o de 2 a?os. Un accidente. Quiz¨¢ hubo imprudencia previa de un pocero, un propietario o una autoridad de vigilancia. Pero no un asesino escondido, una bruja, un maldito por desenmascarar.
M¨¢s importante que todo lo anterior. En el trato a Julen ha predominado lo mejor de la cultura obrera (que declina) de este pa¨ªs. La silenciosa sobriedad de los mineros asturianos. La disposici¨®n ind¨®mita de ingenieros y guardias. La habilidad t¨¦cnico-industrial de los constructores de la caja met¨¢lica de salvamento. La cocina cotidiana de las mujeres del pueblo, ofreciendo antes que preguntando. Todos los que trabajaron perdiendo dinero, simplemente, porque hab¨ªa que hacerlo.
No todo, pero hemos aprendido. Gracias.
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