Dime qu¨¦ piensas y te dir¨¦ lo que est¨¢s pensando

Este peri¨®dico lanz¨® el domingo una campa?a de marca bajo el lema ¡°?Y t¨² qu¨¦ piensas?¡±. Entre otras cosas, anima a lectores y no lectores a ejercer el pensamiento cr¨ªtico y a ¡°pensar juntos¡±. Es una propuesta valiente porque pensar hace libres a las personas y, qui¨¦n sabe si precisamente por eso ¡ªreconozc¨¢moslo¡ª, no est¨¢ bien visto.

El mero hecho de pensar se puede interpretar como una advertencia o una amenaza. Si alguien nos dice ¡°?de verdad quieres que te diga lo que pienso?¡±, en realidad nos est¨¢ diciendo ¡°es mejor que no sepas la verdad¡±. Peor todav¨ªa es el ¡°te voy a decir lo que pienso¡±. Ah¨ª nos podemos agarrar los machos (con perd¨®n), porque a esta frase solo la supera el ominoso ¡°tenemos que hablar¡±. Tampoco presagia nada bueno un ¡°prefiero no decir lo que pienso¡±, ni un ¡°en nada¡± a la pregunta ¡°?qu¨¦ piensas?¡±.

Nadie en su sano juicio se presenta en una reuni¨®n social como un pensador. Quedar¨ªa pedante, prepotente y en la mayor¨ªa de los casos ser¨ªa mentira. Quedarse pensativo en el trabajo una vez puede ser hasta normal. Si son dos, la cosa ya empieza a preocupar a los compa?eros. Cuando esta actitud se repite, comienza a ser alarmante... o directamente genera cachondeo. Aqu¨ª la tecnolog¨ªa viene al rescate. Proliferan los auriculares donde en realidad no suena nada. Asunto resuelto.

Hay m¨¢s. Cuando decimos que nos hemos pensado algo dos veces, queremos decir que hemos cambiado de opini¨®n. Y suele ser se?al de que en la primera ocasi¨®n no lo hab¨ªamos pensado. El ¡°me lo voy a pensar¡± de la jefatura significa que no hay nada que hacer y el ¡°lo estoy pensando¡± es en realidad ¡°se me hab¨ªa olvidado completamente¡±. Un biempensante es un ingenuo. Y un malpensado¡­ un malpensado.

Es verdad que no todo es negativo. Pensar en alguien no es ni bueno ni malo. Los ¡°malos pensamientos¡± son como el chocolate: te sientes culpable, pero te gustan y repites. En Latinoam¨¦rica ¡°pensar a alguien¡± significa mucho m¨¢s que simplemente acordarse de esa persona. Y si se la piensa ¡°sin querer¡±, entonces urge un ¡°tenemos que hablar¡± de resultado incierto.

C¨®mo estar¨¢n las cosas que lo rompedor hoy en d¨ªa es preguntar a la gente qu¨¦ piensa. Ahora todo el mundo proclama lo que viste, desayuna, compra o escucha, pero da pudor ¡ªo a¨²n peor, miedo¡ª decir lo que se piensa. Desde luego, da que pensar.