Empleo, queda mucho por hacer

La econom¨ªa espa?ola sigue creando empleo a tasas relativamente elevadas. As¨ª lo demuestra la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) del cuarto trimestre de 2018. La evoluci¨®n del mercado de trabajo es buena, aunque sin euforias: durante el a?o pasado se crearon 566.000 empleos, el mejor dato desde 2006; hubo 462.000 parados menos y la tasa de paro descendi¨® hasta el 14,45%. Adem¨¢s, se observa un crecimiento modesto de los contratos indefinidos en proporci¨®n con los temporales y tambi¨¦n una ca¨ªda del paro de larga duraci¨®n. Pero lo cierto es que, a pesar de los indicios de mejora relativa en el empleo en 2018, todav¨ªa quedan por corregir muchas secuelas de la crisis y de la reforma laboral de 2012. Por citar dos importantes, todav¨ªa hay algo m¨¢s de un mill¨®n de familias con todos sus miembros en paro y la tasa de paro juvenil sigue triplicando la media europea.

Un an¨¢lisis concienzudo de la ocupaci¨®n demuestra que un volumen importante del nuevo empleo generado se explica porque las empresas est¨¢n sustituyendo contratos fijos y temporales a jornada completa por temporales a tiempo parcial. Que este modelo laboral vaya a cambiar este a?o y los siguientes est¨¢ por ver. La imagen que mejor define la precariedad en el mercado de trabajo espa?ol es que en 2018 ha habido una persona parada menos por cada 102 contratos iniciales. Este grado de volatilidad en la ocupaci¨®n es el que se trata de corregir.

El Gobierno tiene pendientes de aplicar algunos cambios concretos en la reforma laboral para reducir la precariedad. La calidad del empleo en 2018 ofrece indicios de mejora, pero nada m¨¢s. La tasa de actividad de las mujeres es inferior en 11 puntos porcentuales a la de los hombres; el empleo en la industria y en la construcci¨®n, algo mejor en 2018, est¨¢ muy por debajo del registrado en 2007, y en estos momentos el paro de larga duraci¨®n en Espa?a (parados que llevan m¨¢s de 12 meses buscando empleo), aunque ha bajado en el ¨²ltimo trimestre, todav¨ªa es el 6% de la poblaci¨®n activa, m¨¢s del doble de la media de la Uni¨®n Europea.

La pregunta es si el Gobierno tiene una pol¨ªtica definida de empleo, porque la calidad de la contrataci¨®n no puede encomendarse simplemente al crecimiento de la econom¨ªa. Es una cuesti¨®n vieja, porque los Gobiernos de Mariano Rajoy fueron incapaces de contestarla. Desde 2012 el principal motor de la econom¨ªa ha sido el turismo; por definici¨®n, la terciarizaci¨®n de la econom¨ªa favorece la aparici¨®n de los empleos precarios, como demuestra la experiencia espa?ola en los ¨²ltimos 50 a?os.

Trabajo y Econom¨ªa tienen que actuar sobre los desequilibrios m¨¢s graves del mercado. No es necesario subvertir por ley la reforma laboral de Rajoy, algo que por otra parte hoy no ser¨ªa posible debido a la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, para conseguir mejoras apreciables en la calidad del empleo y reducir el paro juvenil o de larga duraci¨®n. De entrada, ser¨ªa un gran avance que el Gobierno vigilara con los medios a su alcance que los puestos de trabajo fijos en las empresas sean cubiertos con contratos fijos. Ese podr¨ªa ser el principio de iniciativas legales m¨¢s profundas.