Una democracia enferma
En Polonia, como sucedi¨® antes en Hungr¨ªa, el poder est¨¢ escapando al control democr¨¢tico y amordaza a la prensa
Los periodistas de Gazeta Wyborcza hemos logrado registrar una fase interesante de una democracia enferma, mostrando lo que sucede cuando el poder se escapa del control democr¨¢tico. A medida que desaparecen las fronteras entre los negocios y la pol¨ªtica, el tumor de la oligarqu¨ªa comienza a crecer en el coraz¨®n del Estado.
Conseguimos las grabaciones de unas negociaciones del pasado a?o en las que particip¨® Jaroslaw Kaczynski, presidente de Ley y Justicia (PiS), el partido nacional-conservador que lleva tres a?os gobernando Polonia en solitario. En ellas, Kaczynski act¨²a no solo como pol¨ªtico, sino tambi¨¦n como empresario que decide sobre inversiones gigantescas. As¨ª, la compa?¨ªa Srebrna, de la que fue cofundador y que controla de facto, planeaba construir un rascacielos de 190 metros de altura en pleno centro de Varsovia. El coste de la inversi¨®n ascend¨ªa a 300 millones de euros. No por casualidad el edificio, el s¨¦ptimo m¨¢s grande de la capital, tendr¨ªa la forma de las Torres Gemelas. De esta manera, Jaroslaw Kaczynski pretend¨ªa erigir un monumento a su hermano gemelo, Lech, expresidente de Polonia, fallecido en 2010 en la cat¨¢strofe a¨¦rea de Smolensk. Desde que Ley y Justicia lleg¨® al poder se han erigido monumentos a Lech Kaczynski por todo el pa¨ªs. Este habr¨ªa sido el m¨¢s grande: tanto, que las asociaciones con las pir¨¢mides egipcias surgen por s¨ª solas.
El asunto tiene muchas ramificaciones: unas implican a la familia Kaczynski, otras, al impago por los servicios prestados. El principal problema, sin embargo, es que Kaczynski lidera el partido gobernante. Y en Polonia, los partidos no pueden hacer negocios. Que el rascacielos lo construya una empresa vinculada al PiS apenas cambia las cosas. De las palabras de Kaczynski se deduce que el partido y la empresa son un todo. Y, lo que es m¨¢s, el Banco Nacional deb¨ªa conceder los pr¨¦stamos para la inversi¨®n, cuando su director debe su nombramiento a Ley y Justicia. Es decir, a Kaczynski mismo. Si se construyen los rascacielos, la caja registradora del partido Ley y Justicia engordar¨ªa con los millones de eslotis que reporta alquilar oficinas.
En las reuniones, Kaczynski tambi¨¦n actu¨® como apoderado de la compa?¨ªa. Deber¨ªa haber informado de ello en su declaraci¨®n de bienes, pero no lo hizo. ?Viol¨® la ley? No podemos saberlo. El Gobierno de Ley y Justicia mantiene a raya a la fiscal¨ªa, la polic¨ªa, la oficina anticorrupci¨®n y Hacienda. Ninguno mover¨¢ un dedo sin respaldo pol¨ªtico. Pero no tienen reparos en ejecutar las medidas de encubrimiento y represalia. Es una extra?a coincidencia que, dos d¨ªas despu¨¦s de que se publicaran las primeras grabaciones, se detuviese a unos empresarios que presuntamente hab¨ªan corrompido a un miembro de la oposici¨®n, ofreci¨¦ndole prostitutas. La inversi¨®n iba a ser financiada por el Banco Pekao SA, que deb¨ªa conceder un pr¨¦stamo a la empresa. El banco se repoloniz¨® en 2017, cuando el Tesoro compr¨® acciones a un inversor italiano. Como empresa vinculada al PiS necesita su apoyo, por lo que ¡ªseg¨²n concluy¨® Wyborcza¡ª el mism¨ªsimo director del banco se toma la molestia de conversar con Kaczynski.
El Gobierno de Ley y Justicia controla y se beneficia de un gran banco, pero salta a la vista que extiende sus zarpas hacia los dem¨¢s. El Parlamento aprob¨® una ley que permite hacerse con las entidades en riesgo de quiebra por un simb¨®lico esloti. Basta con que la comisi¨®n de supervisi¨®n del sector financiero constate dicho riesgo. La misma instituci¨®n cuyo exdirector, nombrado por el Gobierno, fue arrestado dos meses. A finales de noviembre, Wyborcza revel¨® que exig¨ªa un soborno de 40 millones al director de un importante banco a cambio de no investigarlo. Tras la purga en la que se despidi¨® a m¨¢s de 200 periodistas, el Gobierno de Ley y Justicia controla los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, que le sirven de propaganda. Actualmente, proclaman la intachable honradez de Kaczynski, frente a la ingratitud de la oposici¨®n y de los medios antisistema.
Tambi¨¦n supimos por las grabaciones que Kaczynski suspendi¨® temporalmente la inversi¨®n tras las elecciones de este a?o, porque tem¨ªa la ira ciudadana al enterarse de los trapos sucios de la inversi¨®n por la prensa independiente. ¡°Si perdemos las elecciones, no construiremos el rascacielos¡±, dijo. Cabe imaginar el panorama si las autoridades hubiesen triunfado en su intento de atar en corto a los medios independientes. Un c¨¢ncer pol¨ªtico-empresarial, alimentado por los pr¨¦stamos a los sucesivos bancos repolonizados, se extender¨ªa por todo el Estado ante la indiferencia de la fiscal¨ªa. Mientras, los medios p¨²blicos elogiar¨ªan a las autoridades por levantar una Polonia que no se arrodilla.
Un guion similar ha ocurrido en Hungr¨ªa. All¨ª, el c¨¢ncer comenz¨® a propagarse bastante antes. Pero durante mucho tiempo pas¨® inadvertido.
Bartosz T. Wielinski es periodista de Gazeta Wyborcza. Actualmente, dirige su secci¨®n de Internacional.
Traducci¨®n de Amelia Serraller Calvo.
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