?Por qu¨¦ unos j¨®venes se convierten en criminales y otros no?
Un equipo de investigaci¨®n de la Universidad de Saint Louis en Senegal estudia los factores que llevan a algunos a cometer actos violentos y qu¨¦ contribuye a ayudarles a salir de esa espiral
¡°Hay chavales que dejan muy pronto los estudios y luego no tienen ni carrera ni trabajo. Pero quieren tener un m¨®vil bonito como todos, as¨ª que solo les queda robar¡±. Esta realidad la relata Mor Ngon¨¦, sastre de 22 a?os, mientras vuelve a casa de recoger a su hermano en el colegio. Caminan por las calles de tierra en el barrio de Darou, en Saint Louis (Senegal), considerado por los lugare?os como un sitio relativamente peligroso. ¡°Est¨¢n obligados a cometer delitos para sobrevivir, aqu¨ª todos conocemos a alguien a quien le han robado en casa, sobre todo m¨®viles y corderos¡±, a?ade.
Este ha sido uno de los distritos elegido por un grupo de investigadores de la Universidad Gaston Berger para analizar qu¨¦ hace que unos j¨®venes se conviertan en criminales, mientras que otros en contextos m¨¢s o menos iguales esquiven la violencia. El estudio se centra en Senegal y en Burkina Faso, pero aspira a ser una radiograf¨ªa global de los factores que fomentan la delincuencia y agresividad o la resiliencia a la misma. "Hay muchos informes sobre lo que causa la violencia pero raros son los an¨¢lisis sobre la resistencia a la misma", apunta el profesor Babaly Sall, coordinador del proyecto. El estudio ha recibido el apoyo del Centro de Investigaci¨®n de Desarrollo Internacional de Canad¨¢ (IDRC y CRDI por sus siglas en ingl¨¦s y en franc¨¦s). Los tipos de violencia analizados van desde los robos hasta el homicidio, pasando por las peleas y agresiones y el m¨¦todo empleado han sido encuestas y entrevistas con j¨®venes entre 15 y 35 a?os.
Si nos fijamos en los datos, el foco de la investigaci¨®n tiene sentido. Seg¨²n los ¨²ltimos c¨¢lculos del Banco Mundial, hay 239 millones de personas entre 15 y 24 a?os en el continente, lo que lo convierte en la regi¨®n m¨¢s joven del planeta. Se espera que en 2050 la poblaci¨®n juvenil africana llegue al doble de esta cifra. Para dar una idea de la magnitud, el crecimiento de la poblaci¨®n infantil en ?frica requerir¨¢ un aumento de m¨¢s de 11 millones de profesionales en el sector de la sanidad y la educaci¨®n durante la pr¨®xima d¨¦cada, seg¨²n Unicef.
El estudio se ha centrado en j¨®venes que han crecido en ambientes complicados pero no son violentos y aquellos que tienen un pasado de delincuentes, pero lograron superarlo. "El objetivo es ayudar a las nuevas generaciones a resistir y revertir el fen¨®meno gracias a la ciencia", a?ade el profesor. Un ejemplo de la primera tipolog¨ªa es Fatou Sarr, de 20 a?os y tambi¨¦n vecina del barrio de Darou. A pesar del entorno ¡ªella misma relata c¨®mo dependiendo de la hora los taxis se niegan a entrar en este barrio¡ª es estudiante de Geograf¨ªa en la universidad, al igual que casi todo su grupo de amigos.
Cuando escucha la conversaci¨®n su hermana peque?a acude a la entrada de la casa y apunta: "Yo formo parte de la asociaci¨®n de j¨®venes del distrito. Somos 42 personas y organizamos actividades como limpieza de las calles o consultor¨ªas m¨¦dicas gratuitas". Lo lazos de la vecindad siguen representando un pilar de la convivencia en este pa¨ªs. Para hablar con los j¨®venes de este barrio ha sido necesaria una visita previa al jefe de la comunidad, una figura que cumple con los requisitos de ser un hombre respetado por sus vecinos y que ostenta cierta autoridad moral.
Estos son dos de los factores que precisamente ha identificado la investigaci¨®n como fundamentales para contener la delincuencia: la fortaleza de la comunidad y las posibilidades econ¨®micas (que se traducen por ejemplo en acceder a estudiar una carrera). "Pero por encima de todo, lo que permite salir de la violencia es la consciencia individual de tu situaci¨®n. M¨¢s que las medidas de la comunidad o el Estado", puntualiza Sall. Pape Fall, joven alba?il de 25 a?os vecino de este distrito que fue objeto de estudio reconoce que en el pasado esta zona era m¨¢s violenta: "Antes hab¨ªa muchas peleas tras los partidos de f¨²tbol o de lucha senegalesa (un deporte semejante a la modalidad canaria), pero ahora es m¨¢s seguro, creo que ha habido un proceso de concienciaci¨®n ciudadana".
Las conclusiones de este estudio ser¨¢n presentadas al Gobierno del pa¨ªs , de modo que la Administraci¨®n disponga de datos fiables para orientar sus pol¨ªticas de prevenci¨®n de la criminalidad. Entre las recomendaciones para que los ciudadanos adquieran esa consciencia de la que habla el profesor figuran el de crear un programa econ¨®mico de formaci¨®n profesional en el que se capacite a los j¨®venes para realizar un trabajo (semejante al sistema espa?ol) y a la vez se les den clases de convivencia. Los dos pa¨ªses en los que se ha desarrollado el proyecto dejan cifras para la reflexi¨®n: en Burkina Faso el 75% de la poblaci¨®n activa no tiene estudios y en Senegal el 60% de los parados tienen entre 15 y 34 a?os. Ambos datos provienen de sus respectivos Gobiernos. Otra de las conclusiones que se extraen de la investigaci¨®n es la falta de confianza en el sistema institucional, porque solo un 2% de los encuestados consider¨® que la justicia hab¨ªa tenido un papel relevante en la contenci¨®n de la violencia en su entorno.
Solo un 2% de los encuestados consider¨® que la justicia hab¨ªa tenido un papel relevante en la contenci¨®n de la violencia en su entorno
"Nuestra otra gran propuesta es formar a personas que hayan dejado atr¨¢s un pasado problem¨¢tico para que relaten esa experiencia a los chavales y as¨ª puedan tener referentes", recalca Sall. "Por ejemplo tuvimos oportunidad de asistir a un taller en el que un exdrogadicto comparte su recorrido con un grupo que est¨¢ intentando desengancharse. Eso es muy valioso". Se trata de medidas que existen de modo informal o dispersado y que los autores de la investigaci¨®n proponen que se gestionen como pol¨ªticas nacionales.
Un amplio estudio elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad de Senegal junto a la Universidad de Dakar y presentado a mediados de 2018 mostr¨® que uno de cada tres ciudadanos hab¨ªa sido agredido al menos una vez en su vida. En un continente en el que escasean los datos y las estad¨ªsticas, el informe se present¨® como el primer gran mapa de la delincuencia en un pa¨ªs africano. La encuesta revel¨® que los ciudadanos no se sienten seguros. El 63% declar¨® que tiene miedo al estar solos en su hogar. El 40% de las personas piensan que est¨¢n en riesgo en su vecindario y el 53% tem¨ªa ser agredido de noche. A pesar de estas percepciones, el ministro del Interior, Aly Ngouille Ndiaye, destac¨® que delitos como las violaciones o los robos est¨¢n muy controlados.
Sa?da Sarr otra joven de 20 a?os que trabaja en una casa de Darou resume la situaci¨®n con la que se pueden identificar muchos de su edad: "No creo que quiera vivir en este barrio, yo ya s¨¦ que por las noches no me puedo mover sola. Mi sue?o es montar mi propio taller y cuando tenga estabilidad formar una familia".
De la preparaci¨®n m¨ªstica a mujeres de paz
La investigaci¨®n recoge algunos casos de estudio concretos para identificar estrategias de contenci¨®n de la criminalidad que ya han funcionado. Una de ellas es la de las llamadas mujeres de la paz de Casamance. "El ¨¢rea de Palmerais fue en el pasado un foco de rebeli¨®n. La peculiaridad es que hay en esta zona un movimiento llevado a cabo por las mujeres para promover la paz, mientras que en el pasado jugaron un papel en el conflicto de Casamance. Fueron responsables de la preparaci¨®n m¨ªstica de los combatientes y tambi¨¦n sirvieron como fuerza de propaganda", reza el estudio. Los investigadores analizaron esta evoluci¨®n y qu¨¦ les ha hecho continuar con esta din¨¢mica pac¨ªfica. Otros de los elementos analizados han sido la fuerza del hip hop para mejorar entornos donde la delincuencia era el pan de cada d¨ªa o c¨®mo una simple calle puede suponer la diferencia entre un entorno peligroso y otro que no incluso dentro de un mismo distrito.
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