El estado de la desuni¨®n es excelente
Aunque disimule, el presidente Trump lleg¨® al Congreso con el rabo entre las piernas, despu¨¦s de sufrir una soberana derrota en manos de la mayor¨ªa dem¨®crata
El objetivo es la escenificaci¨®n de la unidad primordial entre todos los representantes de la ciudadan¨ªa de los Estados Unidos alrededor de la figura y de las palabras de un presidente capaz de erigirse en la voz de la naci¨®n por encima de los partidos. El discurso siempre contiene, en un momento u otro, una frase que sella el ritual del consenso: ¡°The state of the union is strong (el estado de la Uni¨®n es vigoroso)¡±.
Trump ha oficiado por segunda vez la ceremonia, aunque en esta ocasi¨®n con una semana de retraso y tras un forcejeo con la presidenta de la C¨¢mara, Nancy Pelosi, que es quien deb¨ªa cursar la invitaci¨®n y ha esperado hasta conseguir la apertura de la Administraci¨®n federal, con 80.000 funcionarios sin cobrar durante 35 d¨ªas por causa del chantaje presidencial a los congresistas. Aunque disimule, el presidente lleg¨® al Congreso con el rabo entre las piernas, despu¨¦s de sufrir una soberana derrota en manos de la mayor¨ªa dem¨®crata, a la que quer¨ªa doblegar para que le aprobara el presupuesto de 5.000 millones de d¨®lares destinados a construir el muro de separaci¨®n con M¨¦xico.
El instrumento crucial de esta presidencia, el miedo ¡ªque incluso ha dado t¨ªtulo al soberbio recuento de Bob Woodward sobre el funcionamiento de la Casa Blanca¡ª, ha quedado devaluado despu¨¦s de este lance. La expresi¨®n visible del declive es el color blanco feminista que luc¨ªan las congresistas dem¨®cratas y especialmente la figura de Pelosi, inevitable en todos los planos televisivos, vigilante detr¨¢s del tedioso orador desde la mesa presidencial, con sus leves gestos de desaprobaci¨®n o unos escasos aplausos condescendientes.
Desde Europa se tem¨ªa el anuncio de una ruptura abrupta con la OTAN, pero el discurso solo ha proporcionado una breve y descort¨¦s referencia, por lo dem¨¢s falsa, como de costumbre: ¡°Durante a?os, Estados Unidos ha sido tratada injustamente por nuestros amigos, miembros de la OTAN; pero ahora hemos asegurado en los dos ¨²ltimos a?os un incremento de 100.000 millones de d¨®lares en los gastos de defensa de nuestros aliados¡±. La guerra fr¨ªa que Trump alienta en el exterior tambi¨¦n se proyecta en el interior gracias a la exhibici¨®n del viejo espantajo del socialismo ante el ascenso de la izquierda dem¨®crata. Solo los extremistas m¨¢s arcaicos de ambos bordos podr¨ªan atribuirle una victoria en caso de que las cosas fueran por el buen camino en Venezuela, porque los m¨¦ritos, si los hay, ser¨¢n al menos compartidos con Justin Trudeau, Felipe Gonz¨¢lez o Pedro S¨¢nchez, entre otros.?
Trump ha perdido capacidad disuasiva. Ten¨ªa poca credibilidad, pero daba miedo. Ahora tambi¨¦n sus amenazas empiezan a sonar a hueco. Como la idea de uni¨®n que, en sus labios, es una noticia falsa, un bulo. El pa¨ªs est¨¢ dividido y polarizado. La desconfianza entre aliados en su grado m¨¢ximo, aliviada solo por la debilidad presidencial. Solo la desuni¨®n est¨¢ en buen estado. Tambi¨¦n es un consuelo, porque Trump se ha hecho previsible. El disruptor empieza a atascarse.
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