La adicci¨®n al maltrato
Tiene una explicaci¨®n fisiol¨®gica: la descarga de adrenalina
Leemos en la prensa a diario la muerte de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Convivir con el maltrato engancha. Una relaci¨®n estable con tu maltratador, donde los patrones de comportamiento se repiten de manera c¨ªclica se convierte en parte de tu vida y la aceptas¡ lo ves normal.
Tiene una explicaci¨®n fisiol¨®gica: la descarga de adrenalina. La adrenalina es una sustancia que genera nuestro cuerpo en estados de alerta, cuando nuestro organismo se siente en peligro nuestro sistema endocrino genera esta sustancia para que los m¨²sculos est¨¦n prestos a huir. La adrenalina nos pone el coraz¨®n a cien, sentimos taquicardia y tiemblan nuestras extremidades.
Luego, cuando ha pasado el momento de la agresividad, nos relajamos, el cuerpo queda laxo y una enorme sensaci¨®n de relajaci¨®n nos invade¡ la adrenalina es absorbida de nuevo por el h¨ªgado, que es nuestro organismo reparador de los vertidos de la sangre. Regresamos a nuestro estar¡ hasta la pr¨®xima ocasi¨®n que volvamos a sufrir una voz, una amenaza, un empuj¨®n¡ o a veces simplemente con que observemos ese rictus de nuestra pareja que nos hace intuir la tormenta.
Despu¨¦s de 28 a?os me alquil¨¦ un piso y me fui. Adem¨¢s de la tristeza que produce verme sola despu¨¦s de tantos a?os de vivir en pareja, sin hijos que te necesiten, sin amigas, sin ocio, sin aficiones¡ sin verte cuando te miras al espejo, sin reconocerte¡ la echas de menos, a la adrenalina me refiero, a esa compa?era de tus entra?as que te ha estado acompa?ando durante a?os. Te preguntas qu¨¦ te pasa, te sientes rara: te falta algo y no sabes lo que es.
La otra tarde hablaba con el responsable de un centro de rehabilitaci¨®n de personas que sufren adicci¨®n y exclusi¨®n social de la opci¨®n de dar una plaza a una mujer con enfermedad mental, cuyo marido la maltrata. No es factible darle cobijo porque en su caso no hay adicciones¡ y digo yo, ?no ser¨¢ m¨¢s adictivo convivir con un maltratador que engancharse a cualquier droga o al alcohol?
En la escuela deber¨ªan ense?ar a las mujeres c¨®mo una educaci¨®n machista, centrada en crear nuestros propios becerros de oro a quienes adorar, a quienes redimir, a quienes cambiar y a los que sucumbir puede ser m¨¢s adictivo que una drogadicci¨®n.
Espero que alg¨²n d¨ªa podamos aprender que la adicci¨®n al maltrato es una droga peligrosa y desarrollemos herramientas en las escuelas para que las nuevas j¨®venes que asistan aprendan a prevenirse de ella.
Esta tribuna es una colaboraci¨®n de un lector en el marco de la campa?a ?Y t¨² qu¨¦ piensas?. EL PA?S anima a sus lectores a participar en el debate. Algunas tribunas ser¨¢n seleccionadas por el Defensor del Lector para su publicaci¨®n.
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