Vaya usted a saber
PARECE O NO parece un fotograma de una pel¨ªcula policiaca? A la realidad le gusta, para nuestro asombro, tomar prestados procedimientos ret¨®ricos de aqu¨ª o de all¨¢ a fin de componer cuadros que nos obligan a pensar sobre el significado del azar. ?Acaso no advertimos en nuestra pol¨ªtica registros de la novela negra perfectamente metaforizados por esta imagen donde da la impresi¨®n de que se va a cometer o ya se ha cometido un crimen? Tal vez la v¨ªctima fuera la due?a de uno de esos abrigos que cuelgan de un soporte con ruedas, a la izquierda del presidente. De ser as¨ª, al final de la jornada desaparecer¨ªan todas las prendas menos una, la del muerto o la muerta (el gen¨¦rico, que no llega, pobre), de la que emanar¨ªa todav¨ªa un olor a humanidad, quiz¨¢ a tabaco, si su due?o (o due?a) hubiera fumado.
Observen tambi¨¦n el n¨²mero de puertas que se abren a lo largo del pasillo y que dotan a la escena de una apariencia on¨ªrica muy del gusto de la literatura criminal. Las puertas cerradas inquietan porque evocan las diferentes c¨¢maras del cuerpo humano. ?Qui¨¦n sabe qu¨¦ se cuece ahora mismo en nuestra caja tor¨¢cica, en nuestros ventr¨ªculos o aur¨ªculas, en nuestro est¨®mago? ?Qu¨¦, detr¨¢s de esos cuarterones de madera? Fundamental resulta tambi¨¦n el juego de luces y sombras de la fotograf¨ªa. Precisamente, entre las sombras se adivina la existencia de un grumo m¨¢s espeso de oscuridad que, una vez analizado, resulta ser un hombre cuyos zapatos se parecen a los que asoman por debajo de las cortinas en el cine de Hitchcock. Parece que habla por tel¨¦fono, pero vaya usted a saber.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.