Puntualizaciones ortogr¨¢ficas
La herramienta es imprescindible para que los estudiantes desarrollen las destrezas escritas que les servir¨¢n como instrumento en cualquier otra materia escolar
La ortograf¨ªa del castellano no es ¡°extraordinariamente compleja". M¨¢s bien, al contrario, es relativamente sencilla, sobre todo en comparaci¨®n con lenguas cercanas. De hecho, se acerca bastante al denominado principio fon¨¦mico: en t¨¦rminos cotidianos, una letra para cada sonido y un sonido para cada letra. Ninguna lengua lo cumple plenamente, pero sin duda el espa?ol se acerca mejor que muchas otras a este ideal, pese a las faltas de correspondencia en determinados casos (la b y la v, la g y la j, etc.).
Otros art¨ªculos
Este texto responde a un art¨ªculo anterior publicado en ?Y t¨² que piensas? titulado Revoluci¨®n en la ortograf¨ªa.
Las reglas de acentuaci¨®n sirven para se?alar la s¨ªlaba t¨®nica de una palabra. Gracias a ellas, podemos pronunciar cualquier palabra sin haberla o¨ªdo o escribirla sin haberla visto. Aunque no lo parezca, siguen una l¨®gica derivada de la tonicidad m¨¢s frecuente y de los sonidos m¨¢s habituales a final de palabra: el espa?ol posee m¨¢s palabras llanas (un 80%) que agudas (un 17%) y m¨¢s agudas que esdr¨²julas (menos de un 3%), y la mayor parte de nuestros sonidos finales de palabra son vocales, n o s. Las excepciones a las reglas generales son, en realidad, escasas. Aducir como ejemplo el ingl¨¦s, una lengua cuya ortograf¨ªa es precisamente una de las menos fon¨¦micas, resulta bastante desafortunado. La Ortograf¨ªa de la lengua espa?ola es extensa porque es una obra razonada y did¨¢ctica que no solo presenta las normas, sino que trata de explicarlas y justificarlas.
La ortograf¨ªa no pretende ser un ¡°mecanismo de discriminaci¨®n social¡±, sino que permite que millones de hispanohablantes compartamos un c¨®digo escrito uniforme, con independencia de nuestras variantes de pronunciaci¨®n. Podr¨¢ reformarse (como, de hecho, se viene haciendo desde hace siglos), pero nunca podr¨¢ carecer de normas o ¡°ser abolida¡±. Si peque?os cambios como eliminar una tilde diacr¨ªtica en solo provocan encendidas reacciones y reticencias, no parece que cambios m¨¢s significativos llegaran a ser bien recibidos por los hablantes.
La ortograf¨ªa es imprescindible para que los estudiantes desarrollen las destrezas escritas que les servir¨¢n como instrumento en cualquier otra materia escolar. Y pensar que una ortograf¨ªa reformada provocar¨ªa por s¨ª sola un aumento del n¨²mero de hispanohablantes supone ignorar otros componentes ling¨¹¨ªsticos internos (gram¨¢tica, l¨¦xico) y, sobre todo, subestimar los factores externos (econ¨®micos, culturales, pol¨ªticos), que son los que realmente determinan la importancia y aprendibilidad de unas lenguas frente a otras.
Esta tribuna es una colaboraci¨®n de un lector en el marco de la campa?a ?Y t¨² qu¨¦ piensas?. EL PA?S anima a sus lectores a participar en el debate. Algunas tribunas ser¨¢n seleccionadas por el Defensor del Lector para su publicaci¨®n.
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