La berrea

El arte de insultar, de Arthur Schopenhauer, deber¨ªa ser de lectura obligatoria para los pol¨ªticos que est¨¢n a punto de entrar en ¨¦poca de berrea ante las pr¨®ximas elecciones. El insulto es el ¨²ltimo recurso dial¨¦ctico que se utiliza para degradar y erosionar la personalidad del rival cuando los argumentos de la raz¨®n han fracasado. Pero el insulto es un arte que requiere oportunidad, conocimiento, agudeza, habilidad y un gran dominio del diccionario para dar en la diana y no hacer el rid¨ªculo. Los anglosajones suelen dotar de la m¨¢xima intensidad a los insultos bajando la voz y con la mirada puesta en el suelo; en cambio los espa?oles solemos insultar gritando muy engallados y en este caso no hay peor cosa para un pol¨ªtico que mezclar la ignorancia con el mal gusto. Recientemente el l¨ªder del PP, Pablo Casado, que habla sin control como si su lengua fuera un motor explosivo, ha batido el r¨¦cord en el n¨²mero de improperios por unidad de tiempo contra el presidente del Gobierno y en esta descarga ha saltado el insulto ¡°fel¨®n¡± que la mayor¨ªa de los espa?oles nunca hab¨ªa o¨ªdo ni conoc¨ªa el significado. Puede que el l¨ªder del PP tampoco supiera que en medicina el t¨¦rmino fel¨®n se utiliza para denominar una infecci¨®n de los dedos de manos y pies, llamada panadizo, que a menudo precisa un tratamiento quir¨²rgico. Pero hist¨®ricamente ese insulto lo tiene asignado en propiedad el rey Fernando VII como reproche a su traici¨®n a los espa?oles que confiaron en su regreso y que termin¨® con el grito surrealista de ¡°vivan las caenas¡±. Como agravio popular descriptivo Fernando VII tambi¨¦n fue llamado ¡°el rey fal¨®n¡±, o El Deseado, en alusi¨®n al enorme tama?o de su miembro viril. Un insulto torpe que no da en la diana humilla m¨¢s a quien lo emite que al propio destinatario. Los pol¨ªticos deber¨ªan tenerlo en cuenta ahora que est¨¢ a punto de empezar su berrea.