No hay parto sin dolor ni partido sin coraz¨®n
Por casualidad, todos los partidos emplean el mismo s¨ªmbolo. En vez de elecciones se va a celebrar la 'Love Parade'
Hace unos a?os, cuando los cantantes pod¨ªan cantar lo que quisieran, los humoristas hacer chistes y el resto decir lo que pens¨¢bamos sin que apareciera una legi¨®n de ofendidos de guardia, se dec¨ªa ¡°no hay parto sin dolor ni hortera sin transistor¡±. Esto ha cambiado. Ahora protestar¨ªan por la frase hasta los transistores. De modo que no queda otra que adaptarse al mundo en que vivimos o sufrir el ostracismo. Eso s¨ª, ahora el nombre de los condenados al silencio se escribe as¨¦pticamente en soporte inform¨¢tico y no se garabatea ¡ªcon perd¨®n, porque en Sudam¨¦rica esto va a sonar fatal¡ª en la concha de un molusco.
Y para tomar ejemplo de adaptaci¨®n qu¨¦ mejor que fijarse en lo que hacen nuestros partidos pol¨ªticos ¡ªs¨ª, son nuestros; van de serie con el pa¨ªs en el que toca nacer; podr¨ªa ser peor¡ª y ver c¨®mo se esfuerzan para mostrarse acordes con los tiempos y los aires que corren.
Aqu¨ª viene lo curioso porque todos, con sus diferencias, presuntas o reales, sus ¡°no pactaremos jam¨¢s¡±, sus cordones sanitarios y su ¡°no es no¡± coinciden en algo: tienen un coraz¨®n. Literalmente; nada de zarandajas ret¨®ricas ni expresiones po¨¦ticas. No. Un coraz¨®n bien plantado en el logo o en el lema. Y que est¨¦ bien visible para el votante. As¨ª, usan un coraz¨®n Unidos Podemos (multicolor con predominio del rojo y del morado), el PSOE (completamente rojo o totalmente blanco), Ciudadanos (dividido en tres, con las banderas de Espa?a, Europa y la auton¨®mica que toque) y el PP (agaviotado y rojigualda). Vox no utiliza un coraz¨®n, pero anima a votar a ¡°la Espa?a que quieres¡±, y??acaso se quiere a Espa?a con la cartera o el est¨®mago? Mejor no contestar.
Con tanta v¨ªscera cordial dibujada, un observador despistado podr¨ªa pensar que las pr¨®ximas elecciones generales van a tener lugar un 14 de febrero o que, en vez de una votaci¨®n, el 28 de abril se celebra la Love Parade. Pero no. Se trata de subirse al carro emocional que podemos encontrar en todas partes y que parece ser el ¨²ltimo recurso cuando se acaban ¡ªen algunos casos jam¨¢s han existido¡ª las apelaciones a la raz¨®n. La pol¨ªtica no es una cuesti¨®n de coraz¨®n, sino de cabeza. Y, afortunadamente, votar no es un acto de amor. Eso s¨ª, no hay parto sin dolor ni partido sin coraz¨®n.
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