8 de marzo
Las espa?olas nunca nos hemos jugado tanto. Con personas como Mar¨ªa Jos¨¦ Pi?ero, portavoz de Vox en Andaluc¨ªa, el esp¨ªritu de Gilead ya est¨¢ aqu¨ª
HAB?A PENSADO en contarlo de otra manera, pero les confieso que he tirado la toalla antes de empezar.
Seguramente habr¨ªa sido m¨¢s eficaz dejarla hablar a ella, transcribir aqu¨ª todas sus palabras, literales y entrecomilladas, renunciar incluso a comentarlas, pero no he podido. No ha sido por pereza, sino por dentera. Me daba mucha grima reproducir sus frases y me he limitado a copiar las m¨¢s significativas. Adem¨¢s, encontrar el v¨ªdeo en la Red es f¨¢cil. Les recomiendo que dejen pasar los seis primeros minutos y se concentren en los ¨²ltimos. Merece la pena.
S¨®lo he echado de menos una idea, un principio rector capaz de articular todo el discurso, algo as¨ª como que ya va siendo hora de que las mujeres asuman su destino biol¨®gico. La raz¨®n debe ser que esta se?ora no ha le¨ªdo El cuento de la criada, la magistral y espeluznante novela de Margaret Atwood. Tampoco creo que haya visto la serie de televisi¨®n porque, de lo contrario, jam¨¢s habr¨ªa dejado escapar ese argumento, que cerrar¨ªa de manera admirable, como un broche de oro m¨¢s puro, la cadena que va hilvanando poco a poco con su voz de pajarillo asustado. Todos los dem¨¢s t¨®picos susceptibles de configurar un h¨ªbrido perfecto entre la imperial Espa?a del Caudillo y la tenebrosa Rep¨²blica de Gilead est¨¢n presentes. O quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s exacto decir ?presentes!
Que la vida de la persona humana (sic) empieza dentro del ¨²tero. Que la familia natural (o sea, la heterosexual, un hombre, una mujer y sus hijos) es el pilar de la sociedad, ¡°el lugar donde los ni?os van a criarse m¨¢s seguros y con m¨¢s capacidad de desarrollarse y amar¡± (sic). Que el aborto es un fracaso y una humillaci¨®n para la mujer. Que para alcanzar el objetivo de erradicar el aborto es preciso dar a las mujeres con embarazos no deseados una ¡°informaci¨®n real y clara de las consecuencias que se derivan con lo que es el s¨ªndrome pos?aborto y los problemas psicol¨®gicos¡± (sic), dado que abortan porque no encuentran otra salida. Que para garantizar el futuro de la naci¨®n hay que fomentar la natalidad y la adopci¨®n (de ni?os blancos y genuinamente espa?oles, se entiende, porque esta se?ora pretende excluir de la sanidad p¨²blica a 52.000 inmigrantes sin papeles, y all¨¢ se las compongan las mujeres que est¨¦n embarazadas o hayan tenido un beb¨¦). Que ¡°el invierno demogr¨¢fico augura la muerte de la civilizaci¨®n¡± (sic, esto no lo mejora ni Atwood). Que se derogue la ley de violencia de g¨¦nero a favor de una ley de violencia intrafamiliar que no prejuzgue el sexo del agresor. Que se eliminen las subvenciones a asociaciones feministas porque el dinero que reciben no beneficia a las mujeres. Que se promuevan familias estables en el tiempo. Que se defienda el bien general sobre los derechos de las minor¨ªas. Que ¡°nuestra naci¨®n tiene una identidad propia, europea y cristiana, y tenemos la obligaci¨®n de que el reemplazo generacional siga en esta l¨ªnea¡± (sic, y esto no lo habr¨ªa mejorado ni Pilar Primo de Rivera).
Todas estas demandas y algunas m¨¢s constituyen la primera intervenci¨®n de Mar¨ªa Jos¨¦ Pi?ero, portavoz del grupo parlamentario Vox en el Parlamento de Andaluc¨ªa. No es un chiste, no es una broma, no es una exageraci¨®n. Su autora apela a la ¡°altura de miras¡± y al ¡°sentido com¨²n¡± del resto de los parlamentarios para que se implanten las medidas que propone. Desmentirla, ridiculizarla, desmontar sus argumentos con palabras, aportar cifras, datos cient¨ªficos, testimonios personales¡ no servir¨ªa para taparle la boca. Durante los pr¨®ximos cuatro a?os, la se?ora Pi?ero estar¨¢ legitimada para decir estas cosas, y otras peores, en el mismo ¨¢mbito.
Este texto es un art¨ªculo del suplemento dominical de un peri¨®dico. A m¨ª me gustar¨ªa que se leyera como un llamamiento, e incluso como un panfleto, una octavilla de aquellas que circulaban de mano en mano. Porque la semana que viene nos traer¨¢ otro 8 de marzo, y ser¨¢ el m¨¢s decisivo, el m¨¢s importante de los que hemos vivido.
En democracia, las mujeres espa?olas nunca nos hemos jugado tanto como ahora, porque el futuro ya no es el argumento de un libro ni un cap¨ªtulo de una serie de televisi¨®n.
El esp¨ªritu de Gilead ya est¨¢ aqu¨ª.
Su primera personificaci¨®n se llama Mar¨ªa Jos¨¦, y no est¨¢ sola.
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