Cabras que vuelan
Ser artista resulta humillante: sus trabajos, de honda implicaci¨®n personal, son juzgados colectivamente. Pero es mejor fracasar que vivir amedrentados
HACE UN PAR DE A?OS, a la novelista ?ngela Vallvey se le ocurri¨® la idea de hacer un libro colectivo en el que varios escritores cont¨¢ramos lo humillante que era nuestro oficio. El proyecto nunca sali¨® adelante, pero no por falta de material. Porque resulta que te pasas a?os picando la piedra de las palabras con laborioso ah¨ªnco y poniendo todo tu coraz¨®n, tu aliento y tu ves¨ªcula en el escrito, y luego los editores te rechazan la obra uno tras otro; si consigues publicarla, los cr¨ªticos te la ponen pingando, o, lo que es a¨²n peor, ni siquiera te hacen una cr¨ªtica; vas a firmar libros y no s¨®lo no se acerca nadie, sino que en la silla de al lado hay un autor con una fenomenal cola de lectores que, mientras esperan, te contemplan con descarada curiosidad, como si fueras la cabra de un titiritero; das una charla y la sala est¨¢ vac¨ªa; vendes de tu novela un total de 237 copias y casi te sientes capaz de dar el nombre y el apellido de los compradores (todos tus familiares y tus amigos)¡ Y as¨ª podr¨ªamos continuar durante un buen rato. Antes o despu¨¦s, todos hemos vivido estos revolcones.
Ya digo, ser escritor es humillante. O m¨¢s bien ser artista. Supongo que tambi¨¦n les sucede a los m¨²sicos, a los actores, a los pintores¡ El problema es que son trabajos de honda implicaci¨®n personal que luego son juzgados colectivamente. Si un dentista la pifia poniendo un implante, el asunto queda entre su paciente y ¨¦l. Pero fracasar en p¨²blico te despelleja el ¨¢nimo. Y estamos hablando de autores profesionales. La cosa empeora cuando nos asomamos al amargo territorio de los artistas in pectore, aquellos que a¨²n no han sido publicados, aceptados, reconocidos. Muchos de ellos, en fin, jam¨¢s lo ser¨¢n y, como no hay reglas objetivas que definan cu¨¢l es el arte bueno, nunca podr¨¢n saber si no lo lograron por culpa de la mala suerte o porque no val¨ªan. Ese s¨ª que es un pantano doloroso.
Cuento todo esto como introducci¨®n a un peque?o prodigio. Hace a?o y pico me escribi¨® Chantal Mas, una mexicana de 46 a?os. Su hermana Nadine hab¨ªa fallecido en accidente de tr¨¢fico dos d¨¦cadas antes, y el dolor lacerante de la s¨²bita muerte extempor¨¢nea hab¨ªa hecho que Chantal terminara dedic¨¢ndose profesionalmente a la terapia de duelos. Ahora se le hab¨ªa ocurrido hacer un librito sobre el tema, titulado Vida, si te entendiera, que mezclar¨ªa el consejo psicol¨®gico con su propia experiencia. Estaba buscando editorial; me ped¨ªa una frase sobre el texto y se la hice. Era un libro breve, sincero, sentido, l¨²cido, consolador.
No volv¨ª a saber m¨¢s hasta que ayer recib¨ª un e-mail suyo. Me contaba que todas las editoriales le rechazaron la obra, de manera que pidi¨® dinero prestado y se autopublic¨® en abril de 2018: ¡°Pens¨¦ que los 500 libros que imprim¨ª me durar¨ªan toda la vida y que jam¨¢s podr¨ªa devolver lo prestado (¡). Para mi sorpresa, se me terminaron en ???un mes!!!¡±. Chantal reimprimi¨® en mayo, y de nuevo en septiembre. En enero la contact¨® la editorial Urano; ya han firmado contrato y el libro saldr¨¢ primero en M¨¦xico y en Estados Unidos, y esperan poder seguir por Latinoam¨¦rica y Espa?a. ¡°Se me han abierto muchas puertas muy interesantes. Me han invitado a dar conferencias, talleres, a la radio. Estoy por abrir un canal de YouTube con v¨ªdeos cortos sobre temas de duelo. Estoy muy contenta¡±. La cabra del titiritero ha echado a volar.
Hay varias cosas que me encantan de esta historia, y una de ellas es el hecho de haber conseguido convertir el dolor en algo bello y bueno (¡°El arte es una herida hecha luz¡±, dec¨ªa Georges Braque). Luego est¨¢, por supuesto, su car¨¢cter inspirador: ¡°Cre¨ªa en mi libro y me arriesgu¨¦¡±. Pero d¨¦jenme que les advierta de algo: la inmensa mayor¨ªa de los que creen en s¨ª mismos y se arriesgan no obtienen un logro como el de Chantal, tan redondo que parece sacado de una pel¨ªcula de Hollywood. Como he dicho antes, el oficio creativo est¨¢ lleno de humillaciones (y no s¨®lo el creativo: la vida raspa). Y sin embargo¡ Pienso que lo que ense?a Chantal es a no rendirse. ?Hay algo que de verdad desees hacer? Pues int¨¦ntalo. Me parece preferible la derrota tras una pelea que esconderse en una existencia amedrentada. Es mejor fracasar estando muy vivos.
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