La masculinidad que viene
En los ¨²ltimos veinte a?os han aparecido las ideas de ¡°hombres fuertes¡± en pol¨ªtica para combatir las crisis. Son los casos de Trump, Putin u Orb¨¢n, para quienes lo que importa son los resultados, no los medios
"?Espero que tendr¨¢s cojones!¡±, le solt¨® George Bush a Tony Blair; la ¨²ltima palabra la dijo en espa?ol. A continuaci¨®n, el presidente norteamericano le aclar¨® al primer ministro brit¨¢nico su proyecto de bombardear Irak: ¡°I¡¯m gonna kick ass!¡± (La traducci¨®n aproximada ¡°Les voy a meter ca?a¡± no resulta tan sabrosa como el original).
Otros art¨ªculos de la autora
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, una gran parte del mundo ha atestiguado una ola de masculinizaci¨®n. Ideas sobre hombres fuertes como un ideal para el futuro han conquistado muchas mentes. El movimiento #MeToo est¨¢ bajo un serio ataque que surge del resentimiento y la agresividad de muchos hombres.
Los l¨ªderes aut¨®cratas y populistas de derechas son un ejemplo de esta nueva masculinidad desacomplejada. Donald Trump se burla de las personas discapacitadas, trata a las mujeres como mu?ecas sexuales, hace gala de toquetearlas. Vlad¨ªmir Putin suele desnudarse hasta la cintura para exhibir sus m¨²sculos y hacerse fotografiar incluso en el hielo. En los ¨²ltimos a?os, su Gobierno ha establecido que la violencia dom¨¦stica no es contraria a la ley y?el Estado ruso alienta al ensa?amiento contra los homosexuales y las personas de otras etnias. En Rusia se ha llegado al punto en que, para muchos, el asesinato de Politkovskaia y de decenas de otros intelectuales es un mal menor. Una gran parte de la sociedad rusa qued¨® harta de la democracia y da el visto bueno a los llamados silovik¨ª, los forzudos. Muchos rusos apuestan por la fuerza como motor del Estado. Una de las canciones m¨¢s populares del rock duro ruso est¨¢ dedicada a Putin y sus forzudos: ¡°Quiero a un hombre como Putin, lleno de fuerza¡±, cantan las adolescentes Larisa, Natasha e Ira. ¡°Deja de ser un calzonazos, s¨¦ un hombre, un guerrero, ?qu¨¦ pasa contigo?¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter el gran bailar¨ªn ruso Sergu¨¦i Polunin, que tiene a sus seguidores acostumbrados a comentarios en los que trompetea su resentimiento contra los homosexuales, los obesos y los indisciplinados, adem¨¢s de ¡°las mujeres que intentan usurpar el papel de los hombres¡±. Polunin lleva un gran retrato de Putin tatuado en su pecho.
Despu¨¦s de V¨¢clav Havel, un presidente cuya postura ¨¦tica, humanitaria y proeuropea representaba no solo a Chequia, sino a toda la Europa poscomunista, han llegado al poder unos pol¨ªticos muy alejados de los valores del presidente-dramaturgo: los aut¨®cratas Orb¨¢n en Hungr¨ªa y Duda en Polonia a¨²pan los valores ultranacionalistas, arcaicos y patriarcales. En el Gobierno h¨²ngaro solo hay una mujer: Andrea B¨¢rtfai-Mager es ministra sin cartera. En Polonia, donde el partido gobernante, PIS, y la Iglesia cat¨®lica se retroalimentan, la mujer no cuenta m¨¢s que como madre, esposa y feligresa. Milos Zeman, en Chequia, no pronuncia una frase sin incluir en ella varios tacos escatol¨®gicos.
Para ellos, la igualdad de g¨¦nero es ¡°asesina¡±; creen que el caos es femenino y el orden es masculino
Pero no solo entre los pol¨ªticos se encuentra la tendencia machista. En un peri¨®dico espa?ol descubr¨ª que un periodista se refer¨ªa a la exdirectora de la Reserva Federal como ¡°abuelita Yellen¡±. Otro periodista declar¨® en su reciente columna que muchos cincuentones se dejan rejuvenecer por las jovencitas mientras que otros, como ¨¦l, ¡°van tirando¡± con lo que tienen, supongo que se refiere a su mujer. El escritor franc¨¦s Yann Moix redujo a la mujer a su cuerpo y sus or¨ªgenes al declarar p¨²blicamente que el cuerpo de una mujer de cincuenta a?os no es nada extraordinario, en cambio, el de una de veinticinco s¨ª lo es, sobre todo en las asi¨¢ticas que ¨¦l frecuenta.
En un art¨ªculo sobre el auge del machismo, el ensayista indio Pankaj Mishra sit¨²a la corriente de la testosterona del establishment angloamericano en la fecha posterior al ataque a las Torres Gemelas; para ello cita a la columnista de The Wall Street Journal Peggy Noonan, que dijo que ¡°de las cenizas del 11 de septiembre salieron las virtudes masculinas que saben llevar la batuta¡±. Peggy Noonan aboga por ¡°h¨¦roes¡± como John Wayne porque ¡°¨¦l ten¨ªa sus pistolas siempre cargadas y sab¨ªa utilizarlas. Pero acabaron mat¨¢ndolo: las feministas, los pacifistas, los izquierdistas, los intelectuales¡±. Peggy Noonan es una gran fan de Jordan Peterson, neurocient¨ªfico y autor de libros de autoayuda. El columnista de The New York Times David Brooks describi¨® a Peterson como ¡°el intelectual occidental m¨¢s influyente en la actualidad¡±. Seg¨²n Peterson, David Brooks clama que lo que importa es el resultado, no los medios, aunque esto signifique arrasar pueblos inocentes de la tierra: ¡°Cuando hay un conflicto, las virtudes burguesas como compasi¨®n y tolerancia se valoran menos que las virtudes cl¨¢sicas: coraje, constancia y un implacable deseo de vencer¡±.
Jordan Peterson es emblem¨¢tico de la ansiedad de los hombres occidentales. Peterson se lamenta de que ¡°Occidente ha perdido la fe en la masculinidad¡± y denuncia la doctrina de la igualdad de g¨¦neros como ¡°asesina¡±. ¡°El esp¨ªritu masculino est¨¢ siendo atacado¡±, suele proclamar en sus discursos en YouTube, con casi un mill¨®n de reproducciones. En su opini¨®n, las feministas tienen ¡°un deseo inconsciente por una brutal dominaci¨®n masculina¡±. Y afirma que el caos es femenino y el orden es masculino. Esa debe ser la raz¨®n de que, seg¨²n la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa, el 90% de los asesinatos en EE?UU los cometan hombres: el deseo de poner orden. Sus 560.000 seguidores en Twitter son b¨¢sicamente hombres j¨®venes.
El programa de Vox parece una transcripci¨®n de la charla de varios machistas sentados ante un carajillo
Sus fieles le consideran un portador de la raz¨®n contra ¡°los guerreros a favor de la justicia social¡±. Al igual que el presidente Trump cuando habla de los refugiados mexicanos, Peterson inculca a sus partidarios la idea de que aquellos que se hallan al margen de la sociedad son agresores y asaltantes, enemigos de los cuales la sociedad deber¨ªa deshacerse sin miramientos. Jordan Peterson gu¨ªa a las personas que han perdido la orientaci¨®n en una sociedad que encuentran incomprensible prometi¨¦ndoles que la ultraderecha ser¨¢ el refugio donde esconder su frustraci¨®n.
Tambi¨¦n en Espa?a, el programa de Vox, llamado ¡°partido de la testosterona¡±, parece una transcripci¨®n de la conversaci¨®n de varios machistas sentados ante un carajillo: sus pilares son la lucha contra el feminismo y el aborto, adem¨¢s de la defensa de la caza y los toros. No es de extra?ar que, seg¨²n las encuestas, el 60% de sus votantes en Espa?a sean hombres (en Andaluc¨ªa, en los ¨²ltimos comicios, el 65% del voto a Vox fue masculino). Aunque en EE?UU la mayor¨ªa de los votantes republicanos son hombres, mientras la mayor¨ªa de las mujeres vota a dem¨®cratas, el porcentaje de Vox no tiene precedentes. Tambi¨¦n Pablo Casado, l¨ªder del PP, caus¨® furor en las redes con su frase ¡°Si queremos pensiones, hay que pensar en tener m¨¢s ni?os¡±. Al igual que en los reg¨ªmenes ultranacionalistas y arcaicos de Hungr¨ªa y Polonia, para esos dos partidos de derechas espa?oles, la mujer tiene un ¨²nico papel en la sociedad: el de la reproducci¨®n, que es el que asegura el futuro de la naci¨®n.
De todas esas concepciones patriarcales a la exaltaci¨®n de la guerra y a la glorificaci¨®n del m¨¢s fuerte solo hay un paso; esa fue la ideolog¨ªa del fascismo y ya sabemos ad¨®nde llevaron en los a?os treinta unas tendencias similares. Ese canto a la violencia y a la fuerza, que considera como debilidad cualquier intento de dialogar, menosprecia la democracia y representa un grave peligro para la sociedad.
Monika Zgustova es escritora.
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