Lo que esconde el espect¨¢culo del 'youtuber' que restaura obras de arte

Ocurre lo mismo con los traductores: la garant¨ªa del buen oficio del restaurador depende de la fidelidad que guarde al original. Restauradores y traductores est¨¢n condenados a la invisibilidad para fingir ser el genio al que interpretan y jam¨¢s inventar como ¨¦l. Ser sus manos, no su inspiraci¨®n. Solo act¨²an por imagen y semejanza. Conocer sus gestos, sus dejes, sus gui?os y muletillas, las man¨ªas y las licencias para imitarles con precisi¨®n. El rigor del restaurador es la lealtad sin condiciones al original, para no ponerlo en peligro. Y si hacen un buen trabajo tendr¨¢n el premio de la invisibilidad. Podr¨ªa parecer que es en su pudor donde reside la eternidad de la obra. Porque en un museo hist¨®rico no vemos pintura, sino pintura restaurada.

El gremio de los restauradores ha preferido hasta el momento mantenerse al margen de la controversia y el esc¨¢ndalo, de la publicidad y el ruido. Las redes sociales son una herramienta muy buena para captar la atenci¨®n de la sociedad y dar a conocer su oficio, reconoce la restauradora Yaiza Lascorz, que ha contrarrestado la fama en las redes sociales de los m¨¦todos de Julian Baumgartner, el restaurador youtuber que ¡ªdesde su estudio en Chicago¡ª sorprende a todos y horroriza a los restauradores. "Pero es nuestra responsabilidad tambi¨¦n saber hacerlo manteniendo el rigor, es decir, sin buscar ese efectismo que tanto atrapa al p¨²blico y que tanto puede perjudicar a la obra".

"Baumgartner ejecuta sin el rigor entendido como precisi¨®n y, adem¨¢s, se salta los criterios que deben condicionar cualquier acci¨®n del restaurador", a?ade Lascorz, "como el de la m¨ªnima intervenci¨®n o la discernibilidad (distinguir lo intervenido para que no se confunda con el original)", explica a este peri¨®dico.

"En el v¨ªdeo que utilic¨¦ para la realizaci¨®n del hilo en Twitter se puede ver perfectamente c¨®mo en la limpieza acaba eliminando la mayor parte de la pintura de los labios de la Virgen. Esto son las consecuencias de la falta de rigor", explica Lascorz. El youtuber estrella, que atendi¨® a este peri¨®dico en un art¨ªculo previo, en esta ocasi¨®n ha preferido no responder a las preguntas sobre las cr¨ªticas a sus actuaciones.

Lo acusan de falta de meticulosidad y m¨¦todo a la hora de embadurnar la superficie y pasarle el l¨ªquido milagroso que acaba con las capas de barniz oxidado.?Las tareas habituales de los restauradores son menos espectaculares que las que presenta el especialista desde Chicago. La limpieza es delicada, tanto como las veladuras que el artista utiliz¨® cuando pint¨® el cuadro. Esas veladuras trasl¨²cidas, con colores aglutinados con barniz, desaparecen con una limpieza r¨¢pida y agresiva. "Por eso no es positivo mostrar que se limpia una pintura igual que una mesa, y mucho menos pensar que luego se puede reintegrar crom¨¢ticamente, si ha desaparecido la intensidad de la pintura", cuenta Mar¨ªa Borja, tambi¨¦n restauradora e integrante de la Asociaci¨®n de Conservadores y Restauradores de Espa?a (ACRE).

La aparici¨®n de los v¨ªdeos de Baumgartner coincide con un momento de lucha por el reconocimiento de los profesionales de la restauraci¨®n, as¨ª como la regulaci¨®n de las tareas que deber¨ªan salvar el patrimonio art¨ªstico y no ponerlo en peligro. El caso del Eccehomo de Borja ¡ªy todos los que fueron destap¨¢ndose despu¨¦s¡ª ha hecho reaccionar al colectivo contra el intrusismo y la destrucci¨®n. "Puede parecer, por tanto, que la gran visibilidad del trabajo de Baumgartner es una buena noticia para la profesi¨®n, pero no es as¨ª. Sus procedimientos van en contra de los criterios de nuestras actuaciones. La visibilidad de su trabajo es contraproducente para la profesi¨®n del conservador-restaurador, porque sacrifica el rigor en favor de sus propios intereses", dice Lascorz.

Por eso no cree en la presi¨®n derivada de la espectacularizaci¨®n de sus tareas, de la que no se libran ni en los museos. Baste recordar la restauraci¨®n de El para¨ªso, de Tintoretto, en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ¡ªcuyos especialistas fueron sacados de sus talleres para hacerlo en p¨²blico, en pleno hall de entrada¡ª; o la del Pol¨ªptico de la Adoraci¨®n del Cordero M¨ªstico en Gante (con los operarios trabajando tras un cristal al que pod¨ªan asomarse los visitantes).

Estas escenificaciones son muy pol¨¦micas entre los profesionales: "No tenemos por qu¨¦ someternos a la presi¨®n de trabajar en peceras, mientras la gente nos mira", cuenta Lascorz, que aboga por romper con el secretismo y el silencio y acercar la restauraci¨®n al p¨²blico, pero con un equilibrio en el que no se ponga en peligro la obra de arte.

Borja tampoco est¨¢ en contra de la difusi¨®n del trabajo de conservaci¨®n y restauraci¨®n, sino de que se difunda como "un mero oficio artesanal. Tiene un importante componente cient¨ªfico y est¨¢ basado en un trabajo previo de investigaci¨®n multidisciplinar, donde diversos profesionales deben estudiar y documentar a fondo cada detalle de la obra, para establecer un diagn¨®stico previo a la intervenci¨®n", indica. Adem¨¢s, Borja apunta que los m¨¦todos y criterios que Baumgartner utiliza para sorprender en su canal de Youtube est¨¢n en desuso desde hace "much¨ªsimos a?os". Como poner oro donde hay p¨¦rdidas, algo que ya no se hace: cuando hay p¨¦rdidas se dejan a la vista o se reintegran dejando claro que es de nueva mano.

"Por qu¨¦ no lo hace bien si las obras que trata son de las f¨¢ciles"

A esta especialista le llama la atenci¨®n el m¨¦todo de Baumgartner, porque pocas limpiezas son de una facilidad tan extrema como la que presenta en su canal. Solo aquellas que los profesionales denominan de "suciedad superficial", producidas por humos, contaminaci¨®n, calefacciones, etc¨¦tera. "En pinturas con varios siglos de antig¨¹edad, nos encontramos con barnices oscurecidos e insolubilizados por el paso del tiempo, cuya eliminaci¨®n requiere un proceso diferente", a?ade.

"No tiene en cuenta el da?o que ocasiona a la obra. Los profesionales nos basamos en la m¨ªnima intervenci¨®n y ¨¦l se muestra excesivamente intervencionista", a?ade y se?ala que en EE.UU. tambi¨¦n hay profesionales que critican su trabajo y m¨¦todos utilizados.

Porque para hacer una buena traducci¨®n de Tolstoi, no basta con hablar bien el ruso. Tanto traductores como restauradores deben dejar la obra original con todo su potencial intacto. Lo importante no es el traductor, sino el escritor. Lo importante no es el brochazo para limpiar de un golpe, sino el estudio y la investigaci¨®n de la t¨¦cnica de quien firm¨® la obra.