?Ecolog¨ªa o econom¨ªa?
?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo? ?El empobrecimiento generalizado de las clases medias? En todo caso la destrucci¨®n del mundo como lo hemos conocido
Dicen que el capitalismo empez¨® cuando alguien tom¨® dinero prestado y cre¨® nuevos sistemas de producci¨®n m¨¢s grandes de lo que ser¨ªan si solo se hubiera atenido a los mecanismos de supervivencia. Las sociedades crecieron. Algunas lo hicieron porque las guerras les permitieron aumentar sus recursos a costa de sus vecinas. M¨¢s tarde, otras sociedades crecieron porque explotaron los recursos de otras m¨¢s atrasadas, aunque estuvieran muy distantes: llegaron las conquistas de nuevas tierras. Cuando ya no hubo nuevas colonias que expoliar, una nueva forma de aumentar los recursos fue endeudarse a costa de las generaciones siguientes. Se cambi¨® el espacio por el tiempo. Se aumentaron los recursos del presente a costa de los del futuro. El hombre (?o deber¨ªa decir la especie humana?) ha ido encontrando nuevas formas de encontrar riqueza, sin importarle lo que va dejando atr¨¢s. Las guerras, muertos y heridos, penuria y miseria. Las nuevas conquistas, esclavitud y servidumbre. La deuda, nuevas generaciones perdidas. Los ganadores escribimos la historia. Los supervivientes no nos acordamos de los que quedaron atr¨¢s.
Dicen que es la econom¨ªa de mercado, pero en pocos casos se ha incluido en el coste de la producci¨®n de un artefacto lo que supone dejar el mundo como estaba: pagar un precio justo a quien lo fabrica, gestionar las materias primas adecuadamente, administrar los residuos de forma apropiada. As¨ª nos encontramos ahora. El mundo se est¨¢ quedando sin tragaderas (sumideros) para absorber los residuos: nuestra atm¨®sfera se hincha de CO2; nuestros mares, de pl¨¢sticos, las nuevas generaciones, de deudas. ?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo? ?El empobrecimiento generalizado de las clases medias? En todo caso, la destrucci¨®n del mundo como lo hemos conocido. Quiz¨¢s las nuevas generaciones encuentren el modo de superar las dificultades y el progreso tecnol¨®gico nos depare nuevas soluciones. De hecho, ni Malthus ni Marx acertaron en sus predicciones. Pero ellos hablaban de econom¨ªa y ahora hablamos de ecolog¨ªa.
Esta tribuna es una colaboraci¨®n de un lector en el marco de la campa?a ?Y t¨² qu¨¦ piensas?. EL PA?S anima a sus lectores a participar en el debate. Algunas tribunas ser¨¢n seleccionadas por el Defensor del Lector para su publicaci¨®n.
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