Cambiar de nombre no sirve para borrar el pasado
Los nombres son una cosa muy seria, ya sean los de personas o los de pa¨ªses
En la secci¨®n Verne de este peri¨®dico se explicaba ayer que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, juguetea con la idea de cambiar el nombre a su pa¨ªs para acabar con su ¡°pasado colonial¡±. Se llamar¨ªa Maharlika, ¡°t¨¦rmino malayo que se usaba para hablar de las civilizaciones prehisp¨¢nicas de la isla de Luz¨®n¡±, se?alaba la informaci¨®n.
El nombre es una cosa muy seria. Es el reconocimiento de la identidad individual del otro y lo que le hace diferente del resto del universo. No por nada los nazis lo primero que hac¨ªan al encerrar a los jud¨ªos en Auschwitz era marcarlos con un n¨²mero y dejar de tratarlos con un nombre. A servidor siempre le pareci¨® una falta de respeto que en el colegio algunos profesores obligaran a los alumnos a saberse su nombre completo, pero fueran incapaces de pronunciar el de quien esto escribe.
Ponemos nombre a lo que amamos, en la medida que sea, ya sean personas o animales. Las parejas se dan entre ellos nombres que son ¨²nicos ¡ªo al menos eso creen¡ª y solo los utilizan en privado. Y lo mismo sucede con la familia o los amigos. Nuestros animales, responden ¡ªnos gusta pensar¡ª al nombre que les hemos dado, cosa que nuestros hijos, por ejemplo, no hacen en el 95% de las ocasiones. Para las grandes religiones el verdadero nombre de Dios es un secreto insondable. De hecho, en el juda¨ªsmo se llama simplemente Hashem, El Nombre. Y uno de los mayores poderes que el Creador otorg¨® al hombre fue poner nombre a las cosas, ¡°in the beginnig¡±, como cantar¨ªa Bob Dylan, o ¡°con su bikini¡±, que versionar¨ªa Joaqu¨ªn Sabina.
Los pa¨ªses tienen nombres que impregnan la personalidad de sus ciudadanos aunque estos lo ignoren. Y, como las personas, pueden tener varios, aunque solo uno sea oficial. La primera fechor¨ªa de un pa¨ªs que quiere hacer desaparecer a otro del mapa ¡ªliteralmente¡ª es borrar su nombre. En Europa, Polonia tiene demostrada experiencia sufri¨¦ndolo. Pero eso no sirve. Muchas veces los nombres sobreviven m¨¢s que las tierras que denominaron. Pretender borrar el pasado mutando el nombre de un pa¨ªs es como decir que se ha cambiado de coche porque se le ha puesto un escudo de otra marca. El nombre Filipinas significa mucho all¨ª, en Europa y en Am¨¦rica. Aunque Duterte no tenga ni idea del porqu¨¦.
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