Intoxicaci¨®n machista
Ll¨¦vate algo de dinero para merendar, que el reivindicar da mucha 'gusa'
Con un hambre voraz abr¨ª la nevera: ?Cu¨¢nto tiempo llevar¨¢ esta ensaladilla aqu¨ª? Me pregunt¨¦ mientras ya me la estaba echando al coleto. Cuando mi mujer entr¨® en la cocina, estaba lamiendo el t¨¢per. La encontr¨¦ distinta, a mi mujer, no a la ensaladilla, brillaba con luz propia. Mentalmente lanc¨¦ un "?Hurra!" por ella y record¨¦ aquellos versos que rezaban que las mujeres son un regalo del se?or.
¡ª ¡°Me voy a la manifestaci¨®n¡±, me espet¨®.
¡ª?Qu¨¦ guapa te pones cuando tienes ideas propias, cari?o!, le dije. Pos supuesto que puedes ir, me parece bien; tienes mi bendici¨®n. Adem¨¢s, as¨ª haces algo distinto esta tarde, que no va a ser todo comprar caprichitos por Internet. Ve, pues, y corea divertidas consignas con tus amigas. Ahora bien, ten cuidado y no te vayas a juntar con las que van sin depilar que son muy corajudas. Y tampoco con las de la batucada; la percusi¨®n no es para las damas definitivamente. T¨² no te separes de tu grupito, ni te vayas con nadie. Por cierto, si va Piluca dile que le recuerde a su marido que este domingo hay p¨¢del y por la tarde partida de mus. ?A ver c¨®mo vas vestida? No est¨¢ mal tu look workin girl, pero quiz¨¢ hubiera sido m¨¢s adecuado algo m¨¢s hippie chic, pero da igual no te cambies ahora. Toma, ll¨¦vate algo de dinero para merendar, que el reivindicar da mucha gusa. Ale, p¨®rtate bien y no digas palabrotas.
Acompa?ando a mi mujer estaban ahora Marie Curie, Frida Kahlo, Virginia Woolf y Rosa Parks. Las cinco me miraban estupefactas.
¡ª "T¨²¡", dijo la cient¨ªfica.
¡ª "Marido¡", continu¨® la pintora.
¡ª "Es¡", prosigui¨® la escritora.
¡ª "Tont¨ªsmo", complet¨® la activista.
Consciente de los disparates que hab¨ªan salido por mi boca balbuc¨ª: Creo que la ensaladilla estaba en mal estado¡ y me desmay¨¦.
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