Agresivo
No resulta f¨¢cil reconocerse en la imagen de ¡°pa¨ªs m¨¢s saludable¡±, a menos que el diagn¨®stico se refiera solo a las cuestiones de orden f¨ªsico
Siendo como somos los espa?oles los primeros de Europa y los segundos del mundo en el consumo de ansiol¨ªticos, deber¨ªamos estar m¨¢s sedados. Claro, que vaya usted a saber c¨®mo est¨¢n los griegos, por poner un ejemplo. Me pregunto si los astronautas, al contemplar la Tierra a vista de p¨¢jaro, perciben una suerte de lentitud zen en nuestros movimientos. Tal vez no corremos con desesperaci¨®n detr¨¢s del autob¨²s que acaba de arrancar, como los italianos, ni bajamos las escaleras del metro a velocidad suicida para colarnos en el vag¨®n antes de que cierren las puertas, como los franceses. Ser¨ªa interesante averiguar si las ratas de alcantarilla espa?olas, al alimentarse de nuestras heces, son m¨¢s tranquilas que las de los alemanes, no s¨¦, o que las de los suecos. Y si las plantas que crecen gracias a la humedad de las aguas fecales patrias se estiran al sol para desperezarse m¨¢s que para crecer unos cent¨ªmetros
Nos acabamos de enterar de que somos el pa¨ªs m¨¢s saludable del mundo gracias a la dieta y al sistema sanitario. Al sistema sanitario, a?adimos, dispensador de los ansiol¨ªticos que ingerimos masivamente con resultados no del todo satisfactorios. Porque, a ver, tensiones tenemos, no hay m¨¢s que asistir a una comida familiar. Vivimos en un sobresalto permanente y tiramos de insulto a la menor provocaci¨®n. No resulta f¨¢cil reconocerse en la imagen de ¡°pa¨ªs m¨¢s saludable¡±, a menos que el diagn¨®stico se refiera solo a las cuestiones de orden f¨ªsico. ?Estamos fuertes? S¨ª. De hecho, aguantamos jornadas laborales infinitas (y regalando a las empresas las horas extra), madrugones criminales y poluci¨®n a pulmones llenos sin pronunciar un ay. ?Pero c¨®mo andamos de la cabeza pese a un tratamiento farmacol¨®gico tan agresivo?
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