Hombres de compa?¨ªa
Sigo sin creer del todo que la educaci¨®n sirva por s¨ª sola para hacer que los varones cambiemos
Hoy Espa?a va a ser un hervidero de mujeres cabreadas con raz¨®n. Y de muchos hombres, con el protagonismo hecho una piltrafa voluntaria, pregunt¨¢ndose si puede un t¨ªo ser feminista.
Lo m¨ªo es muy f¨¢cil en principio, porque hice la mili camino de ?frica y descubr¨ª all¨ª que no me interesaban las reuniones de m¨¢s de dos hombres. Y mi madre me hab¨ªa avisado tambi¨¦n con gesto muy serio: ¡°Hijo m¨ªo, nunca te cases con un hombre¡±. Ella y yo sab¨ªamos que no hablaba de sexo.
Pero de ah¨ª a ser feminista hay un trecho, porque cuando un hombre dice que es feminista es como cuando un empresario dice que es sindicalista, o cuando un nacionalista catal¨¢n dice que los murcianos deben ser respetados. Todos ellos mienten, aunque no lo sepan.
Otra cosa es que no me gustan muchas de las caracter¨ªsticas del papel que la gen¨¦tica me ha adjudicado. Y digo gen¨¦tica a sabiendas, porque no creo que la educaci¨®n, por muy buena que sea, est¨¦ capacitada por si sola para alumbrar un hombre nuevo, que es, al fin y al cabo, de lo que se trata.
Desde hace cuatro a?os, por razones que no vienen al caso, veo muchas horas al d¨ªa la televisi¨®n despu¨¦s de la comida y acabo siempre siguiendo apasionantes documentales sobre bichos, desde elefantes africanos hasta gusanos de Malasia. En el 99% de los casos, y creo que el 100% si se trata de mam¨ªferos, los machos utilizan la violencia cuando toca aparearse. Y los t¨ªos, sean elefantes o lagartijos, ejercen la violencia e intentan ejercer la dominaci¨®n sobre las t¨ªas se vistan como se vistan, de elefantes o de gusanos.
Pero sigo sin creer del todo que la educaci¨®n sirva por s¨ª sola para hacer que los hombres cambiemos.
En cualquier caso soy testigo de algo que, cuando sea com¨²n, puede contribuir a mejorar el mundo en ese aspecto: no solo, por razones evidentes, las mujeres pueden ser m¨¢s felices en un mundo que sea igualitario, sino que los hombres tambi¨¦n.
De eso s¨ª puede salir, creo, una tendencia que cambie el mundo que conocemos y lo haga mejor. No hay que ser un arrepentido. Se es hombre por azar gen¨¦tico, y se puede apoyar a las mujeres, y ser mejor, y por tanto m¨¢s digno y quiz¨¢s m¨¢s feliz, acompa?ando a las mujeres en su lucha.
Hombres de compa?¨ªa. Compa?eros.
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