El asalto de Puigdemont

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont barri¨® este fin de semana lo que quedaba del esp¨ªritu pactista de la antigua Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya y forz¨® los mecanismos para monopolizar con sus fieles las candidaturas a las elecciones generales del 28 de abril. La primera consecuencia es que han quedado fuera de juego los dirigentes del PDeCAT que en su d¨ªa presionaron para que este espacio del independentismo catal¨¢n apoyara la moci¨®n de censura contra Mariano Rajoy y que despu¨¦s intent¨®, sin ¨¦xito, apoyar los Presupuestos de Pedro S¨¢nchez.

El grupo de diputados que salga de las elecciones del 28 de abril representando al espacio pol¨ªtico de Converg¨¨ncia, ahora transmutado en Junts per Catalunya, poco o nada se parecer¨¢ a las fuerzas que hist¨®ricamente han negociado, apoyado e influido en Gobiernos tanto del PSOE como del PP en defensa de los intereses de un segmento amplio de los ciudadanos de Catalu?a. Se han impuesto Puigdemont y quienes ¡ªentre ellos varios de los presos del proc¨¦s¡ª defienden que el catalanismo ya no debe influir en Madrid, sino orientar su acci¨®n a conseguir un refer¨¦ndum de independencia para Catalu?a, y jugar al todo o nada que tantos errores ha hecho cometer al independentismo. Han ganado, pues, quienes quieren bloquear el Estado creyendo, err¨®neamente, que este no tendr¨¢ otro remedio que acabar cediendo ante sus exigencias y proclamas.

Huelga decir que todos los partidos pueden presentarse a las elecciones con el programa que deseen y defenderlo con los mecanismos que crean convenientes desde el principio del respeto al marco constitucional. Pero Puigdemont ha repetido con su asalto a las listas del PDeCAT las maniobras y el desprecio por las normas y procedimientos que ya caracterizaron su ef¨ªmero y catastr¨®fico mandato como president. Sin ir m¨¢s lejos, se ha colocado ¨¦l mismo como candidato a las europeas de Junts per Catalunya salt¨¢ndose las primarias que reg¨ªan en el PDeCAT. Adem¨¢s, ni siquiera ha respetado los cinco d¨ªas que fijan los estatutos del partido para convocar una reuni¨®n del Consejo Nacional de la formaci¨®n que debe validar las listas. El expresidente huido de la justicia espa?ola sigue demostrando as¨ª que no solo no respeta las leyes, sino que vulnera tambi¨¦n las normas que se han dado los suyos.

Ahora son los ciudadanos los que tendr¨¢n que validar o castigar con votos la estrategia de Puigdemont. Pero para poder hacerlo, Junts per Catalunya debe presentar antes un programa electoral del que hoy carece porque todo lo fija a la l¨®gica del cuanto peor, mejor, y a buscar el impacto emocional que supone incorporar como candidatos a varios de los dirigentes independentistas presos. Esquerra Republicana, que presenta como candidato al tambi¨¦n procesado Oriol Junqueras, tampoco parece apartarse mucho de la v¨ªa de Puigdemont por m¨¢s que los ¨²ltimos meses se haya querido presentar como la cara pragm¨¢tica del independentismo. Ante esta situaci¨®n es urgente que el independentismo aclare si quiere ir al Congreso a hacer pol¨ªtica y a dialogar o solo a bloquear. Los catalanes merecen saberlo antes de ir a votar.