En el l¨ªmite

No vamos por buen camino. Pese al consenso mundial alcanzado en el acuerdo sobre el clima de Par¨ªs o los tratados internacionales sobre desarrollo sostenible, casi todos los indicadores muestran que no solo no se avanza en la protecci¨®n de los ecosistemas al ritmo necesario sino que en algunos par¨¢metros incluso se retrocede. El sexto informe de la ONU sobre Perspectivas del medio ambiente mundialadvierte de que con las medidas que se aplican no se alcanzar¨¢n los objetivos fijados. Solo en la lucha contra la contaminaci¨®n en las ciudades se producen algunos progresos, pero insuficientes. Un nuevo informe revela que cada a?o se producen en Europa 800.000 muertes a causa de la poluci¨®n, casi el doble de las que se hab¨ªan estimado hasta ahora.

A diferencia de otras grandes crisis, lo que caracteriza la ambiental de ahora es la concatenaci¨®n de causas con un mismo efecto devastador: la destrucci¨®n del ecosistema. Si no se aplican de inmediato dr¨¢sticos correctivos al actual modelo de producci¨®n y consumo, la cat¨¢strofe, seg¨²n el informe, est¨¢ asegurada: se producir¨¢n millones de muertes prematuras, proseguir¨¢ la extinci¨®n de especies y los da?os econ¨®micos derivados del cambio clim¨¢tico ser¨¢n ingentes. El uso intensivo de carburantes f¨®siles en la producci¨®n y la movilidad est¨¢ acelerando el calentamiento global. Se suceden los episodios climatol¨®gicos extremos y en la ¨²ltima d¨¦cada hemos vivido los ocho a?os m¨¢s c¨¢lidos desde que se tienen registros. La temperatura media de la superficie de la Tierra se ha elevado ya entre 0,8 y 1,2 grados Celsius y, de mantenerse la actual progresi¨®n, en 2050 se superar¨¢n con creces los dos grados de aumento establecidos como l¨ªmite en Par¨ªs.

El efecto combinado del cambio clim¨¢tico y la extensi¨®n de la agricultura y la ganader¨ªa intensivas est¨¢ provocando el agotamiento de los acu¨ªferos y la p¨¦rdida de fertilidad de las tierras en amplias zonas del planeta. El informe de la ONU prev¨¦ que la falta de agua y la inseguridad alimentaria aumentar¨¢n la pobreza y las migraciones masivas. La lucha por control de unos recursos h¨ªdricos escasos ser¨¢ una nueva fuente de conflicto. A todo ello hay que a?adir la p¨¦rdida sostenida de biodiversidad. Entre 1970 y 2014 la poblaci¨®n de vertebrados terrestres se ha reducido en un 60% y el n¨²mero de especies en riesgo de extinci¨®n no deja de crecer. Las zonas protegidas apenas alcanzan el 15% de la superficie terrestre.

Los datos son incuestionables pero su repetici¨®n, informe tras informe, apenas tiene impacto sobre los gobiernos, atrapados en una mara?a de intereses sectoriales que impiden acometer pol¨ªticas de largo alcance. A d¨ªa de hoy estamos lejos de cumplir los compromisos de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. La transici¨®n energ¨¦tica avanza a un ritmo insuficiente y resulta muy dif¨ªcil cambiar unos h¨¢bitos de consumo que nos llevan a arrojar a los mares m¨¢s de ocho millones de toneladas de pl¨¢stico al a?o. Los pol¨ªticos deben saber que el incumplimiento de los objetivos ambientales se paga con vidas y que a la larga resultar¨¢ m¨¢s costoso que cumplirlos. El Acuerdo de Par¨ªs, por ejemplo, requiere una inversi¨®n de casi 20 billones de euros, pero los efectos de no cumplirlo elevar¨¢n el coste hasta casi 48 billones.