Una peque?a cuesti¨®n que ha hecho correr r¨ªos de sangre
Qu¨¦ y c¨®mo es Espa?a es un asunto que llevamos ya demasiado tiempo sin resolver
Se?alaba el escritor Arturo P¨¦rez-Reverte en una entrevista publicada en la secci¨®n de Cultura que los espa?oles ¡°debemos ser conscientes de que podemos convertirnos en seres muy peligrosos¡±. Y apostillaba: ¡°He visto lugares aparentemente civilizados irse en poco tiempo al diablo¡±.
Sobre el ser o no ser de los espa?oles han corrido r¨ªos de tinta ¡ªy de sangre¡ª en los ¨²ltimos 200 a?os. Cada pa¨ªs, en el fondo, no es tan diferente a los dem¨¢s, pero s¨ª que tiene su historia particular. La de Espa?a, desde que Napole¨®n puso a sus muchachos en la Pen¨ªnsula, se asemeja a la de alguien que se ha perdido justo en el momento en que a su alrededor la mayor¨ªa se encontraba a s¨ª misma. De modo que si el Estado moderno es un ser adulto, aqu¨ª es un adulto que sigue tratando de solucionar dilemas pendientes de la adolescencia.
Para empeorar las cosas, en todo el mundo avanza ahora poco a poco la peligros¨ªsima idea de que el sistema democr¨¢tico ¡ªque all¨ª donde se ha aplicado ha impulsado y garantizado la prosperidad del Estado moderno¡ª es algo obsoleto que ha llegado la hora de modificar. Para seguir con el ejemplo, mientras algunos por ah¨ª ¡ªy por aqu¨ª¡ª claman por la jubilaci¨®n anticipada, los espa?oles seguimos discutiendo sobre si es mejor comprarse el crop top ya hecho o, tijeras mediante, fabricarlo en casa. (El autor reconoce que ha tenido que solicitar asesoramiento adolescente; Ni noci¨®n de lo que era un crop top).
Lo cierto es que, lejos de ser un asunto meramente te¨®rico, qu¨¦ y c¨®mo es Espa?a y qui¨¦nes son los espa?oles ¡ªo qu¨¦ y c¨®mo no es y qui¨¦nes no lo son¡ª sigue siendo la gran cuesti¨®n pol¨ªtica que no acabamos de resolver y la que en muchas ocasiones decide el voto. En la vida hay problemas que el tiempo acaba por solucionar, pero con este ya llevamos un rato largo. Lo hemos heredado de nuestros bisabuelos y se lo vamos a pasar tal cual a nuestros bisnietos.
Deber¨ªamos hablarlo tranquila y civilizadamente, pero puede que esto solo sea un desider¨¢tum. Aqu¨ª no est¨¢n tranquilos ni los muertos, y en cuestiones de civilizaci¨®n hace tiempo que prestamos o¨ªdos a quienes o bien desprecian el di¨¢logo o prostituyen el t¨¦rmino para esconder su propia ambici¨®n dominante. Naturalmente, podr¨ªa ser peor e irse todo al diablo. Ya lo ha hecho cuatro veces en 200 a?os. Pero nada, sigamos pendientes del crop top.
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