Guerra en el este

Hoy se cumplen cinco a?os del plebiscito ilegal que sirvi¨® a Rusia para anexionarse la pen¨ªnsula de Crimea, un territorio perteneciente a Ucrania y reconocido como tal por Rusia en m¨²ltiples documentos internacionales y bilaterales; entre ellos, el tratado de amistad de 1997, el ¡°gran tratado¡±, que expirar¨¢ formalmente el pr¨®ximo 1 de abril. El continente europeo vive un periodo de turbulencias y es el escenario de una guerra h¨ªbrida entre Ucrania y los separatistas prorrusos de la regi¨®n de Donb¨¢s, apoyados por Mosc¨². El a?o 2014 marc¨® una fisura en Europa y socav¨® el orden internacional vigente desde la desintegraci¨®n de la URSS en 1991. La anexi¨®n de Crimea fue el punto de partida de una cadena de sanciones occidentales contra Rusia que continu¨® tras el levantamiento de los separatistas del este de Ucrania en abril y mayo de 2014 y el derribo del avi¨®n malasio con tres centenares de personas a bordo sobre el territorio de la refriega en julio de aquel a?o.

Seg¨²n el ¨²ltimo balance del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, del 14 de abril de 2014 al 15 de febrero de 2019, en el conflicto de Donb¨¢s han perecido entre 12.800 y 13.000 personas (de ellas, un m¨ªnimo de 3.321 civiles y 9.500 combatientes). A esta cifra, hay que a?adir hasta 30.000 heridos. La guerra en el este de Ucrania contin¨²a, en fase de baja intensidad, sin perspectivas de acabar, dado que ni Rusia quiere anexionarse la arruinada regi¨®n minera industrial de Donb¨¢s ni los dirigentes de Kiev est¨¢n interesados en una poblaci¨®n hostil al proyecto de Ucrania integrada en la Uni¨®n Europea y la OTAN. A las sanciones occidentales, Rusia replic¨® con sus propias restricciones. Hoy, sanciones y contrasanciones forman una intrincada mara?a en la que resulta dif¨ªcil deslindar causas y efectos. Cinco a?os despu¨¦s de la anexi¨®n, Crimea est¨¢ de hecho integrada en Rusia, con sus viejos y nuevos problemas, y la culminaci¨®n de ese proceso es el puente sobre el estrecho de Kerch, una exhibici¨®n de ingenier¨ªa que fue inaugurado en 2018 y que asegura la conexi¨®n directa entre la pen¨ªnsula y Rusia.

Mosc¨² ha intervenido en Crimea a su manera, con desconfianza hacia la poblaci¨®n aut¨®ctona, recortando las libertades, reprimiendo las instituciones t¨¢rtaras y persiguiendo a sus l¨ªderes, que se han visto obligados a abandonar la pen¨ªnsula. Lo ha hecho tambi¨¦n con esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, apropiaciones truculentas de empresas y tierras, y, de momento, no est¨¢ dispuesta a dar explicaciones a nadie.

Vlad¨ªmir Putin obtuvo grandes r¨¦ditos personales de la campa?a de Crimea, pero la popularidad del l¨ªder que creci¨® gracias al fervor nacionalista de 2014 va remitiendo a medida que Rusia se embarranca en la crisis econ¨®mica y recorta prestaciones sociales para afrontar una nueva carrera armament¨ªstica. Durante estos cinco a?os, Ucrania se ha sumergido en la crisis econ¨®mica, y sus problemas son magnificados y manipulados por los medios de comunicaci¨®n rusos. Las tergiversaciones de Mosc¨² han llegado al punto de presentar el fin del tratado de amistad entre los dos pa¨ªses, que estipulaba la inviolabilidad de las fronteras, como una consecuencia de las transgresiones de Ucrania.