Necesitamos m¨¢s que palabras
Las ocurrencias sustituyen a las ideas, con apelaciones al miedo, a la revancha, los hechos alternativos o directamente las mentiras, a la verdad
Nadie discutir¨ªa hoy la importancia que tuvo la frase de Churchill cuando al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con los nazis amenazando las islas brit¨¢nicas ¡ªHitler acababa de invadir Holanda y Francia¡ª, el primer ministro dio confianza a una poblaci¨®n aterrorizada. ¡°No tengo nada que ofrecer salvo sangre, sudor y l¨¢grimas¡±. El valor de la palabra en una encrucijada hist¨®rica. Un compromiso absoluto de resistencia.
De nuevo el poder de las palabras escuchando a Kennedy pedir a los estadounidenses en su discurso inaugural que no preguntaran lo que ¡°el Gobierno puede hacer por el pa¨ªs¡±, sino lo que ellos pueden ¡°hacer por ¨¦l¡±. ?Qu¨¦ podemos y debemos hacer hoy los europeos por la UE? Obama encandilar¨ªa despu¨¦s a medio mundo con su potente ret¨®rica de predicador negro. Fueron sus discursos los que engrandecieron su presidencia, por encima de sus pol¨ªticas, que no alcanzaron las expectativas suscitadas inicialmente. Sin embargo, su capacidad de hacer so?ar le convirtieron en un presidente que echamos de menos.
Hoy nos quejamos de la degradaci¨®n del discurso pol¨ªtico permeado por el avance de los populismos y, sobre todo, por la llegada de la presidencia furiosa de Donald Trump con su enajenante perorata tuitera. Las ocurrencias sustituyen a las ideas, con apelaciones al miedo, a la revancha, los hechos alternativos o directamente las mentiras, a la verdad. La falsificaci¨®n de la realidad para hacerla pasar por la verdad ha confundido ya a muchos electorados. En una precampa?a electoral que se nos est¨¢ haciendo eterna tenemos que escuchar que Espa?a vive un momento Frente Popular (1936), el ¡°no pasar¨¢n¡± de Pasionaria frente al fascismo. Cunde la majader¨ªa.
Se nos caen los palos del sombrajo al escuchar c¨®mo en la madre de los Parlamentos, en los Comunes de Westminster, la primera ministra May y los diputados no logran cerrar el Brexit, que democr¨¢tica, y est¨²pidamente, tras una campa?a mentirosa, vot¨® una mayor¨ªa de brit¨¢nicos en 2016. Una decisi¨®n hija de la difuminaci¨®n de la frontera entre la verdad y la mentira, usando las palabras como herramienta del enga?o. El triunfo de la nostalgia de las viejas generaciones sobre las j¨®venes, por el sue?o evaporado de la Inglaterra imperial victoriana y de la imposible recuperaci¨®n de un concepto de soberan¨ªa del siglo XIX. Inepta incapacidad para alcanzar el compromiso entre intransigentes. ?Podr¨¢ el llamamiento de Macron al renacimiento europeo surtir un efecto pr¨¢ctico para sacar del extrav¨ªo existencial a una Europa ensimismada? ?O se quedar¨¢ solo en un buen diagn¨®stico envuelto en un caparaz¨®n, tan literario, tan franc¨¦s? ¡°No podemos ser los son¨¢mbulos de una Europa l¨¢nguida¡±.
La generaci¨®n m¨¢s joven, la nacida en este siglo, a la que estamos fallando, acude en nuestra ayuda. Atendamos el grito de la adolescente activista sueca de 16 a?os, Greta Thunberg. ¡°No ten¨¦is la madurez necesaria para decir las cosas tal como son. Hasta esta carga nos la dej¨¢is a nosotros, los j¨®venes. No actu¨¢is como adultos, nosotros lo haremos¡±. M¨¢s all¨¢ de los lamentos, Europa y el planeta Tierra necesitan m¨¢s que palabras. Es urgente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.