C¨®mo los hombres llegaron a dios
Un estudio de la Universidad de Oxford sobre centenares de culturas muestra que la idea de la deidad moral aparece despu¨¦s de que los hombres dejaran la tribu y aumentara la complejidad social
La idea de un dios todopoderoso que vigila desde arriba a los humanos y sanciona a los que se desv¨ªan de la norma surgi¨® despu¨¦s de que estos dejaran la tribu por tipos de sociedad m¨¢s complejos. Esa es la principal conclusi¨®n de un amplio estudio que revisa la emergencia de las sociedades complejas y la idea del dios moral. Desde los antiguos egipcios hasta el Imperio Romano, pasando por los hititas, los dioses morales no entran en escena hasta que las sociedades no se hacen realmente grandes.
La creencia en lo sobrenatural es tan antigua como los humanos. Pero la idea de un ser omnisciente vigilante de la moral es m¨¢s reciente. Antes de las revoluciones neol¨ªticas, de la emergencia de la agricultura y las primeras sociedades, los humanos viv¨ªan en grupos relativamente peque?os basados en el parentesco. En la tribu todos se conoc¨ªan y deb¨ªa ser dif¨ªcil tener una conducta antisocial sin que a uno lo pillaran. El riesgo de ser se?alado, castigado o expulsado del grupo bastaba para controlarlo. Pero a medida que las sociedades se fueron haciendo m¨¢s complejas, las relaciones con extra?os al clan crec¨ªan y, a la par, las probabilidades de escapar a la sanci¨®n. Para muchos estudiosos de las religiones, la aparici¨®n de un dios moral que todo lo ve hizo de pegamento social, facilitando la emergencia de sociedades cada vez m¨¢s grandes.
"Pero lo que hemos visto es que los dioses moralizantes no son nada necesarios para que se establezcan sociedades a gran escala", dice el director del Centro para el Estudio de la Cohesi¨®n Social de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y coautor del estudio,?Harvey Whitehouse. "De hecho, solo aparecen despu¨¦s del fuerte aumento inicial de la complejidad social, una vez que las sociedades alcanzan una poblaci¨®n de alrededor de un mill¨®n de personas", a?ade.
El estudio usa 55 variables para medir la complejidad social de 414 entidades pol¨ªticas
Junto a un amplio grupo de cient¨ªficos,?el antrop¨®logo brit¨¢nico ha analizado 414 entidades pol¨ªticas surgidas desde el Neol¨ªtico. En la base de datos, recogida en el proyecto Seshat, hay desde ciudades Estado como Ur hasta la confederaci¨®n vikinga de Islandia e imperios como el inca o el aquem¨¦nida. Para medir su complejidad, usaron hasta 55 variables diferentes, como la existencia de una estratificaci¨®n y jerarqu¨ªa social, si exist¨ªan la propiedad privada y la capacidad de transferirla, desarrollo de la agricultura o de un ej¨¦rcito.
Sus resultados, publicados en la revista Nature, muestran que, para cuando aparecieron los dioses morales, la mayor¨ªa de las sociedades ya eran muy complejas. De hecho, las entidades pol¨ªticas estudiadas muestran un aumento medio de su complejidad social hasta cinco veces mayor antes de la llegada de estos dioses que despu¨¦s. Es solo entonces cuando el dios moral cumple una funci¨®n social: "Quiz¨¢ se deba a que, llegados a este punto, las sociedades son tan grandes que se vuelven vulnerables a las tensiones internas y el conflicto. Los dioses moralizantes podr¨ªan ofrecer una v¨ªa para que las sociedades siguieran prosperando a pesar de tales tensiones, haciendo que todos cooperasen para evitar ofender a un poder superior atento a nuestro comportamiento hacia los dem¨¢s y del que se pensaba que castigaba a los transgresores", apunta Whitehouse como posible explicaci¨®n.
Las primeras ideas de un dios moral surgen en el antiguo Egipto, con la figura de Maat, la hija del dios Ra. Eso fue en torno al 2800 antes de la era actual, posterior varios siglos a que las primeras ciudades del valle del Nilo se unificaran. Le sigue en la lista temporal, Shamash, el dios sol que todo lo ve, del Imperio acadio, medio milenio posterior a que emergieran las civilizaciones mesopot¨¢micas. El mismo patr¨®n se observa con la deidad china Tian o los diversos dioses del reino de Hatti, en Anatolia. Ya en el primer milenio antes de esta era aparecieron el mazde¨ªsmo o zoroastrismo, el juda¨ªsmo y, ya en la presente, el cristianismo o el islamismo. Todas son religiones con dioses morales surgidas o evolucionadas en sociedades ya consolidadas.
Los primeros dioses morales aparecen en el antiguo Egipto, en Mesopotamia, Anatolia y China
El estudio muestra, sin embargo, que puede haber sociedades altamente complejas sin un dios moral. Eso no significa que no castigaran a los humanos, pero lo hac¨ªan m¨¢s por faltar a las obligaciones con las divinidades que por ofender a los otros humanos. La mayor¨ªa son americanas o del sudeste asi¨¢tico.
"Los sacrificios y las normas de g¨¦nero de los aztecas parecen estar centradas m¨¢s en el mantenimiento [de un orden] universal y la mejora individual que en el establecimiento de unas costumbres religiosamente controladas en el que unos dioses moralizantes amenazan con sanciones a las acciones interpersonales impropias", apunta el arque¨®logo de la Universidad de Texas y coautor del estudio, Alan Covey. "Los textos mayas parecen mostrar, al menos en el ¨¢mbito de los reyes, que las razias y los sacrificios humanos eran eventos memorables m¨¢s que actos por los que se pudiera temer una desaprobaci¨®n moral sobrenatural", a?ade este arque¨®logo experto en los imperios precolombinos, en particular el inca. "Esto encaja con los rasgos generales de la visi¨®n del mundo andina y las pr¨¢cticas de sacrificios locales y estatales del Imperio inca", concluye.
El estudio va incluso m¨¢s all¨¢ y cree encontrar una conexi¨®n entre aparici¨®n de la escritura y la emergencia de los dioses morales. En nueve de las 12 regiones del planeta analizadas, los primeros registros escritos aparecen una media de 400 a?os antes que las primeras referencias a los dioses morales. Combinado esto con la ausencia de la idea del dios moral en la mayor¨ªa de las culturas orales, "sugiere que estas creencias no estaban muy extendidas antes de la invenci¨®n de la escritura", opina Whitehouse.
Los dioses de aztecas, mayas o incas no intervienen en la moral de las relaciones humanas
Pero no todos opinan lo mismo. El director del Instituto para la Ciencia de la Historia Humana (Jena, Alemania), el bi¨®logo evolutivo,?Russell Gray, mantiene: "Las pruebas de dioses moralizantes son dif¨ªciles de encontrar antes de la invenci¨®n de la escritura, pero eso no significa que no haya ninguna. Los primeros escritos eran principalmente documentos sobre transacciones financieras, no sobre creencias religiosas", a?ade. Gray, que no ha participado en este estudio, es uno de los mayores defensores de que el castigo divino entendido en un sentido amplio es un precursor de la complejidad pol¨ªtica y social. Sin embargo, reconoce, "que los dioses morales son una creaci¨®n relativamente reciente".
Uno de los mayores investigadores del car¨¢cter prosocial de las religiones es el profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Columbia Brit¨¢nica (Canad¨¢), Ara Norenzayan. ?l defiende que lo que se produce es un proceso de retroalimentaci¨®n entre dios moral y sociedad: "Entre otros factores, los dioses morales ayudan a aumentar y estabilizar el tama?o y la complejidad de la sociedad y, a cambio esta idea [del dios moral] es redistribuida a un mayor n¨²mero de gente". Para Norenzayan, la prosocialidad de este dios se explica as¨ª: "A medida que las sociedades se hacen m¨¢s grandes y complejas, el anonimato invade las relaciones y debilita la cooperaci¨®n, a no ser que una serie de instituciones, creencias y comportamientos restrictivos cobre protagonismo. La teor¨ªa se basa en la creencia en dios morales vigilantes, por medio de juicios, castigos y recompensas morales, reduce el ego¨ªsmo y fomenta la cooperaci¨®n con los correligionarios extra?os".
El karma del budismo y los dioses n¨®rdicos
El estudio de Whitehouse ha recibido otras cr¨ªticas. Una es la extemporaneidad de algunas comparaciones. La investigadora Amaia Arranz Otaegui, experta en la emergencia de la agricultura y las primeras sociedades urbanas en Oriente Pr¨®ximo y Anatolia, plantea algunas: "No se pueden comparar periodos donde hay fuentes escritas y se conocen las pr¨¢cticas religiosas con gran detalle, con el Neol¨ªtico donde solo nos queda el registro material, que es mucho m¨¢s limitado". Y a?ade: ?qui¨¦n nos dice que las figuras de diosas que encontramos en ?atalh?yuk (o las Venus del Paleol¨ªtico) no constituyeran dioses moralizadores?".
Otra de las cr¨ªticas que recibe el trabajo es que a la idea de los dioses morales une el concepto del castigo moral en sentido amplio. Hay religiones con una enorme carga moral que, sin embargo, no tienen dioses moralizantes. En ellas, el papel moral lo desempe?a una entidad o agente impersonal como es el karma del budismo y similares en el hinduismo o el jainismo.
"El castigo sobrenatural en sentido amplio y los altos dioses moralizantes parecen jugar papeles funcionales similares, solo que el budismo tendi¨® a difundirse al este desde el sur de Asia y las religiones abrahamicas se expandieron al oeste desde Oriente Medio", sostiene el profesor de la Universidad Keio (Jap¨®n) y coautor del estudio sobre las sociedades complejas, Patrick Savage.
Pero su trabajo tiene dificultades para catalogar el car¨¢cter prosocial de algunas religiones. El caso m¨¢s llamativo podr¨ªa ser el de los vikingos. Ten¨ªan un pante¨®n completo de dioses celestiales, Odin, Balder, Thor... Pero tambi¨¦n cre¨ªan en infinidad de entes m¨¢gicos terrenales que viv¨ªan entre los humanos, como ninfas, ogros, brujas...
Un estudio publicado en 2017 sobre la religi¨®n y sociedad vikingas quer¨ªa comprobar si la evoluci¨®n hacia una sociedad compleja desde los originales clanes n¨®rdicos se hab¨ªa visto influida por la presencia de un dios moral o, como hip¨®tesis alternativa, por la existencia de alg¨²n tipo de castigo sobrenatural impersonal.
Comprobaron que los vikingos s¨ª cre¨ªan sentirse vigilados moralmente, pero solo en determinadas situaciones. "Pero sus dioses no parec¨ªan muy preocupados por la moral", comenta el profesor de Arqueolog¨ªa de la Universidad Simon Fraser y coautor de aquel estudio, Mark Collard. Aunque no cree que estos dioses tuvieran un papel central, s¨ª se apostar¨ªa "unos cuantos d¨®lares a que la conducta religiosa de los n¨®rdicos ayud¨® a aumentar la cooperaci¨®n y, por tanto, la complejidad social".
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