No estoy en la lista
Eva Gonz¨¢lez ha logrado lo que Theresa May no ha conseguido: solucionar un conflicto
Con puntualidad, el mi¨¦rcoles lleg¨® la luna llena del cambio de equinoccio. En mi chat de amigos venezolanos decidieron, les encanta este tipo de gestos, que era la luna perfecta para pedir por la paz y el bienestar de nuestros seres queridos. Estuve a punto de reenviarlo a otro chat de amigos pol¨ªticos para que, a su vez, lo enviaran a sus partidos pol¨ªticos. Sent¨ª que necesitan paz en estos d¨ªas tan alborotados por la confecci¨®n de listas electorales. Ocurre p¨²blicamente que cada lista de candidatos genera otra lista de los que no est¨¢n. Y a su vez, esa lista provoca otra, la de los que se sienten ninguneados. Es entonces cuando el partido se convierte en un aquelarre con una desoladora lista de damnificados. Me pareci¨® escucharle a Alfonso Guerra, un experto en listas y pol¨ªtica, opinar que ¡°era mejor el sistema de antes¡±. Es decir, que las listas se hagan y deshagan sin que lo sepamos.
?Estoy harto de listas! Yo que tanto quise estar en la lista de los mejor vestidos, me cre¨¦ un ropero que al mostr¨¢rselo a mi t¨ªo Isaac Chocron, dramaturgo y jud¨ªo, no pudo contener un gesto mezcla de asombro y repulsi¨®n: ¡°Boris, es pecado¡±, sentenci¨® al ver mis trajes acumulados en orden y los zapatos alineados bajo los trajes. Quiz¨¢s deb¨ª aspirar a la lista de personajes con armarios m¨¢s ordenados, pero ese anhelo, esfuerzo y gasto se arrugaron cuando mi amiga Ana Garc¨ªa-Si?eriz escribi¨® un art¨ªculo anunciando que las listas de mejor vestidos eran cosa del pasado. Fue duro. Pero al menos consegu¨ª estar en una que public¨® la revista Lecturas en 1999, donde yo figuraba en el puesto 16. Es un puesto rid¨ªculo, lo que cuenta es estar entre los diez primeros. Pero m¨¢s desmoralizador fue constatar que el puesto 15, por encima de m¨ª, lo ocupaba Mayor Oreja, aquel ministro del PP que era tan hirsuto. Hay noches que paso en vela pensando en qu¨¦ corbata o pantal¨®n me situ¨® por debajo del exministro.
La vida est¨¢ llena de misterios. La confecci¨®n de listas es uno de ellos. Qu¨¦ fue lo que realmente le sucedi¨® a Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez en el aeropuerto de Barajas, donde estuvo retenida, tambi¨¦n es otro misterio. Se dijo que deb¨ªa unas multas impagadas y ella lo desdijo explicando que fue una reclamaci¨®n por un equipaje perdido y que todo el asunto la dej¨® ¡°flipada¡±. A esto habr¨ªa que sumarle el misterioso mal rollo entre Eva Gonz¨¢lez y Lourdes Montes, cu?adas al estar casadas con los hermanos toreros Cayetano y Fran Rivera. ?Hola! lanz¨® un globo sonda hace dos semanas porque ninguna de las dos familias se moviliz¨® para conocer a sus respectivos reto?os. Un retraso inexplicable. Me flip¨® la respuesta de Fran en televisi¨®n. Aleg¨® que una movilizaci¨®n familiar acarrea exposici¨®n p¨²blica, trenes, gente habl¨¢ndole y pidi¨¦ndole selfis. Gonz¨¢lez, por su parte, acudi¨® a una feria de moda flamenca para apoyar a un amigo dise?ador y al d¨ªa siguiente cuando desfilaba la colecci¨®n de Lourdes, no estuvo. Todo parec¨ªa salir de una lista de ingredientes para una tormenta perfecta. Pero una resolutiva Eva Gonz¨¢lez tom¨® el tren y se plant¨®, con churumbel y marido, en Sevilla para conocer a Curro, el peque?o de Lourdes y Fran, subrayando con su visita que ella no teme a selfis ni a reuniones familiares. As¨ª, Eva Gonz¨¢lez ha conseguido lo que Theresa May no logra: solucionar un conflicto interno.
Pero, al igual que el Brexit, este revelador ejemplo de cu?adismo, puede enquistarse. Y tendr¨ªamos en Espa?a una r¨¦plica del enfrentamiento de las duquesas Meghan y Kate, que lideran la lista de cu?adas con gran presupuesto pero mal avenidas. Esta semana, mientras la primera ministra se desviv¨ªa por desatascar el desag¨¹e del Brexit, la reina Isabel admiti¨® puntualmente a Kate Middleton como compa?era durante una breve visita a la Universidad de Londres. Meghan recibi¨® ese honor antes y con apenas un mes de casada. Kate ha tenido que esperar ocho a?os, ?con qu¨¦ protocolos se confeccionan las listas de acompa?antes oficiales de la reina? Para m¨ª, todo radica en que Meghan es m¨¢s lista.
No lejos de all¨ª Theresa May se disculpaba porque habr¨¢ un retraso, un delay, en su Brexit. Algo que visibiliza el ataque de nervios que viven all¨ª y que acaba con uno de los rasgos m¨¢s deliciosos y reconocibles de la educaci¨®n brit¨¢nica: la puntualidad.
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