La balanza
La mayor estafa est¨¢ en el elevado precio que los pol¨ªticos nos obligan a pagar por conceptos al parecer sagrados, la patria, la bandera, la unidad, la independencia, que si se pesaran se ver¨ªa que no pesan nada
En el boxeo hay pesos mosca, pesos pluma, pesos gallo, ligeros y pesos pesados. Antes de subir al cuadril¨¢tero se realiza la ceremonia del pesaje durante la cual desde la b¨¢scula los p¨²giles se retan, se insultan y llegan a veces a las manos, un artificio que se usa para crear la expectaci¨®n ante el combate y animar el cruce de apuestas. Sucede lo mismo con los pol¨ªticos cuando entran en campa?a, solo que en este caso su categor¨ªa no la determina la b¨¢scula, sino unos conceptos et¨¦reos, que conforman el esp¨ªritu del candidato, envueltos en las mentiras informativas, en la toxicidad de las redes sociales y en la procacidad de los manipuladores de opini¨®n. En el Libro de los muertos, hace miles de a?os, consta que el dios egipcio Anubis, en presencia de Osiris, pesaba en una balanza las almas de sus s¨²bditos para decidir su destino. Esta acci¨®n con la que se establece el peso del esp¨ªritu se llama psicostasis. Estamos acostumbrados a que nos estafen en la calidad de las mercanc¨ªas que compramos, en el componente qu¨ªmico de los alimentos que comemos, pero la mayor estafa est¨¢ en el elevado precio que los pol¨ªticos nos obligan a pagar por conceptos al parecer sagrados, la patria, la bandera, la unidad, la independencia, que si se pesaran se ver¨ªa que no pesan nada, porque las grandes palabras en que est¨¢n envueltos son puro flato. Si en un platillo de la balanza de Anubis se colocara el espa?olismo macarra con caballo y pistola de Vox y en el otro el alucinado sectarismo independentista del lazo amarillo, el resultado ser¨ªa cero, nada. De hecho, sus respectivos l¨ªderes en un combate de boxeo se considerar¨ªan pesos mosca cuando no simples paquetes o directamente pol¨ªticos sonados. No obstante, pese a su fanatismo, que raya en la imbecilidad, muchos ciudadanos los van a votar sinti¨¦ndose, al mismo tiempo, felices y humillados.
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