Evasi¨®n tecnol¨®gica

Las grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas mundiales, como Microsoft, Amazon, Google, Facebook o Apple, han encontrado en Europa un mercado donde pueden colocar c¨®modamente sus productos de alto valor a?adido y, a trav¨¦s de pr¨¢cticas fiscales relativamente sofisticadas, ahorrarse el pago de los impuestos que corresponder¨ªan a los ingresos que obtienen. Los ¨²ltimos c¨¢lculos conocidos, referidos al a?o 2017, indican que mientras en ese periodo obtuvieron unos beneficios netos superiores en el 11% a los del ejercicio anterior en Espa?a, pagaron el 8% menos; y que las declaraciones de ingresos, maquilladas por estructuras societarias de elusi¨®n fiscal, son entre tres y cuatro veces inferiores a las reales en territorio espa?ol.

El problema de esta elusi¨®n fiscal constante, conseguida situando las sedes de las compa?¨ªas en pa¨ªses fiscalmente favorables como Irlanda, Luxemburgo u Holanda, afecta a toda Europa. Tiene consecuencias econ¨®micas y financieras de gran alcance, porque el dinero eludido es gasto social o inversi¨®n o cancelaci¨®n de deuda que se niega a los pa¨ªses afectados. A pesar de que los mecanismos de elusi¨®n se conocen ¡ªconstituir las filiales nacionales como comisionistas de la sede europea situada en un limbo fiscal europeo o extraer las rentas nacionales mediante royalties ficticios¡ª, las autoridades europeas han sido incapaces de construir una legislaci¨®n homog¨¦nea que cierre el paso a lo que en la pr¨¢ctica puede considerarse como una evasi¨®n, por muy legal que sea.

La idea frustrada de imponer una tasa a los ingresos por publicidad, la tasa Google, ilustra a la perfecci¨®n las dificultades para ponerse de acuerdo frente a la fuga de impuestos. Los pa¨ªses beneficiados por las sedes se resisten a aceptar una imposici¨®n fiscal correctiva que podr¨ªa multiplicar como m¨ªnimo por 10 la recaudaci¨®n que cada pa¨ªs obtiene de las grandes tecnol¨®gicas. Puesto que la fuga fiscal es evidente y pertinaz y no hay argumentos t¨¦cnicos que justifiquen las pr¨¢cticas de minoraci¨®n ejecutadas por los gigantes de la tecnolog¨ªa, es evidente que el problema es pol¨ªtico; y que una parte de ese problema es el miedo a las represalias de Estados Unidos.

La soluci¨®n ¨®ptima es que la OCDE o la Comisi¨®n Europea construyan una legislaci¨®n tributaria donde est¨¦n claras las obligaciones de pago en cada pa¨ªs; y que esta norma tenga el acuerdo de todos los pa¨ªses del ¨¢rea. No es admisible el dumping fiscal entre pa¨ªses de una uni¨®n econ¨®mica. La segunda opci¨®n, menos satisfactoria, es que se aplique una tasa correctiva bajo los auspicios de la OCDE. La situaci¨®n actual no es sostenible; a medio plazo, la evasi¨®n tecnol¨®gica acabar¨¢ por convertirse en un problema pol¨ªtico y social.