La homosexualidad no tiene cura, pero lo del obispo Reig Pl¨¤ s¨ª
La noticia de las terapias de reconversi¨®n que se practican en el obispado de Alcal¨¢ de Henares ha devuelto a la actualidad una pr¨¢ctica insidiosa que destroza vidas
Hace unos doce o trece a?os andaba yo metido en el foro de una famosa asociaci¨®n espa?ola ultraconservadora. Uno se met¨ªa all¨ª por la pura atracci¨®n del abismo, a dejarse los cuernos discutiendo con el enemigo y a llevarse unos cuantos palos hasta ser expulsado. Luego entraba con otro nombre, repet¨ªa la operaci¨®n y mataba as¨ª los ratos muertos. Cosas de juventud y el tiempo libre. Pero entre unas y otras conoc¨ª a un chico al que vamos a llamar, ficticiamente, Ignacio.
Ignacio estaba del otro lado, del ultraconservador, pero de vez en cuando me mandaba un mensaje privado dici¨¦ndome ¡°pues oye, se han pasado contigo, puedes tener algo de raz¨®n¡±. Semejante aliado en territorio enemigo despert¨® mi curiosidad e investigu¨¦ un poco sobre ¨¦l. Descubr¨ª que, aparte de en aquel foro de esta asociaci¨®n ¨Ca la que recientemente se le retiraron los privilegios que le hab¨ªa dado el Partido Popular¨C, andaba en otra plataforma llamada (ojo a esto) EsPosibleElCambio.org, con la que esta asociaci¨®n estaba hermanada y a la que era f¨¢cil llegar porque el foro estaba lleno de enlaces a ella.
Ignacio lo ten¨ªa todo para ser feliz, pero su familia y algunos consejeros espirituales decidieron evitarlo. Algunos d¨ªas afirmaba estar content¨ªsimo, pues hab¨ªa visto chicas que le hab¨ªan 'gustado'. Otros, me contaba que estaba destrozado: hab¨ªa vuelto a ver ¡°fotos de esas¡±
Mi conclusi¨®n fue que Ignacio, que bordeaba los 20 a?os, era gay, pero no quer¨ªa serlo. Nos a?adimos al Messenger, el sistema de chat que en un Internet pre-redes sociales era la forma en la que habl¨¢bamos con amigos y extra?os. All¨ª se lo pregunt¨¦ directamente, pero ¨¦l me dijo que no: no era gay, sencillamente sufr¨ªa AMS y estaba cur¨¢ndose. AMS es ¡°atracci¨®n por el mismo sexo¡±. En la ret¨®rica de estos estafadores y arruinavidas hay un blanqueo de t¨¦rminos: ser gay o lesbiana no es ni siquiera una posibilidad porque eso no existe. No, eso que llamamos gais y lesbianas son en realidad enfermos, esa enfermedad se llama AMS y, como la mayor¨ªa de enfermedades, tiene cura.
Al pobre Ignacio se la colaron.
Hablaba a menudo con ¨¦l, que me cay¨® simp¨¢tico pese a estar en mis ant¨ªpodas ideol¨®gicas y vitales. Yo intentaba de vez en cuando hacerle entrar en raz¨®n, pero sab¨ªa que era una batalla perdida frente a un cerebro lavado durante lustros por una familia despreciable y una retah¨ªla de especialistas que le hab¨ªan dejado claro que ellos le iban a arreglar lo suyo. Ignacio era un chico listo, con sentido del humor, buen estudiante.
Lo ten¨ªa todo para ser feliz, pero su familia y algunos consejeros espirituales decidieron evitarlo. El proceso de Ignacio era doloroso de presenciar: algunos d¨ªas afirmaba estar content¨ªsimo, pues hab¨ªa visto chicas que le hab¨ªan gustado. Otros, me contaba que estaba absolutamente destrozado: hab¨ªa vuelto a ver ¡°fotos de esas¡±. Fotos de chicos. ¡°He reca¨ªdo en mi AMS¡±, dec¨ªa con aquel lenguaje rob¨®tico con el que abordaba esta cuesti¨®n y que me daba ganas de tirar objetos hacia la pantalla del ordenador. Ignacio era m¨¢s infeliz y atormentado cuando m¨¢s cerca estaba de ser ¨¦l mismo, de su propia naturaleza. Ignacio era una buena persona a la que sus propios padres, en connivencia con el cura de su parroquia, hab¨ªan partido en pedazos. Ignacio ya no era un hombre, era una tragedia.
Por unas razones o por otras, perdimos el contacto. Hoy ya no uso aquel sistema de mensajes ni recuerdo mis claves. A veces todav¨ªa me sorprendo pensando en ¨¦l, especialmente en d¨ªas como ayer, cuando eldiario.es public¨® la noticia de que el obispado de Alcal¨¢ celebra terapias clandestinas para curar la homosexualidad. De que tambi¨¦n lo hace con menores. Ignacio, ?d¨®nde estar¨¢s ahora? ?Qu¨¦ habr¨¢ sido de ti? ?Te habr¨¢s casado con una mujer y habr¨¢s tenido hijos, convencido de que hab¨ªas curado eso que te obligaron a llamar AMS? ?O has huido de esos que se hac¨ªan llamar tu familia y has conseguido ser feliz?
El obispado de Alcal¨¢ est¨¢ capitaneado por alguien llamado Juan Antonio Reig Pl¨¤. En lo personal, estoy en contra de ni tan siquiera escribir este nombre en un medio p¨²blico. Estoy en contra de que lo que dice esta persona en sus homil¨ªas, cargado de odio e ignorancia, tenga un altavoz que traslade sus palabras m¨¢s all¨¢ de las paredes de su iglesia y de los o¨ªdos de su parroquia. Pero en lo profesional trabajo en un medio que considera que su posici¨®n como una de las figuras m¨¢s influyentes y controvertidas de la iglesia en Espa?a convierte sus palabras en noticia. Y debo decir que hay unas palabras suyas que, en su momento, me parecieron una figura literaria interesant¨ªsima. Las palabras son: ¡°clubs de hombres nocturnos¡±.
¡°La homofobia es, m¨¢s bien, odio. Y se puede trabajar si hay conciencia por parte de quien la padece de que es un sentimiento que conlleva en otros rechazo y exclusi¨®n¡±
Violeta Alcocer, neurospic¨®loga cl¨ªnica
Las pronunci¨® hablando de los gais (le obsesiona el tema) en una homil¨ªa en Semana Santa de 2012. Dijo lo siguiente: ¡°Piensan ya desde ni?os que tienen atracci¨®n hacia las personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo, se corrompen y se prostituyen o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno¡±. No dijo ¡°clubes nocturnos para hombres¡±, no. Dijo ¡°clubs de hombres nocturnos¡±. ?Hombres nocturnos! Una imagen preciosa y poderosa, que nos remite al vampiro, al superh¨¦roe, a los bandidos, a los gatos sin due?o.
Hay algunos hombres que siempre ser¨¢n nocturnos porque est¨¢n demasiado acomplejados por palabras como las de esta persona a mostrarse tal y como son durante el d¨ªa. Y hay otros hombres que, como Ignacio, se romper¨¢n por dentro y estropear¨¢n su vida para poder disfrazarse de otra cosa y caminar tranquilos bajo la luz del sol sintiendo la aprobaci¨®n del se?or Reig Pl¨¤. O del papa Francisco, que el pasado domingo en Salvados habl¨® de "recurrir a un especialista" si los padres ve¨ªan "cosas raras" en sus hijos y habl¨® luego de la "actitud homosexual". (Actitud, seg¨²n la RAE: "Disposici¨®n de ¨¢nimo").
Para ello, lo que tienen que escuchar los que se someten a esas mal llamadas terapias de reconversi¨®n es grav¨ªsimo y profundamente ofensivo e ignorante. En las grabaciones de eldiario.es se escucha a una mujer ¨Cque dice ser terapeuta pero, seg¨²n la informaci¨®n de este medio, carece de formaci¨®n y es por lo tanto una estafadora¨C, decir cosas como que hay que ¡°hacer m¨¢s ejercicio¡±.
Porque en los gimnasios apenas hay homosexuales dej¨¢ndose el pulm¨®n, parece ser, ni en los equipos ol¨ªmpicos una aplastante representaci¨®n de miembros LGTB. Tambi¨¦n recomienda ¡°dejar la pornograf¨ªa¡±. Para esa estafadora tengo datos: no hay porno gay entre los 25 t¨¦rminos m¨¢s buscados en 2018 en Pornhub, no hay ning¨²n actor gay entre las 20 estrellas porno m¨¢s vistas. Vaya, claro que ven porno los gais, pero en la misma medida que lo hacen los heterosexuales. Si que intenten?curar la homosexualidad ya es de partida insidioso y alarmante, que lo hagan con unos conceptos tan chuscos es doblemente ofensivo. No evidencia desconocimiento de la homosexualidad, sino del alma humana.?
Ignacio, ?d¨®nde estar¨¢s ahora? ?Qu¨¦ habr¨¢ sido de ti? ?Te habr¨¢s casado con una mujer y habr¨¢s tenido hijos, convencido de que hab¨ªas curado eso que te obligaron a llamar AMS?
D¨¦mosle la vuelta a esta situaci¨®n: ?podemos curar a Juan Antonio Reig Pl¨¤ (y a su pl¨¦yade de estafadores) de su homofobia? Esta posibilidad la escuch¨¦ de buena ma?ana en la SER (Toni Garrido lo comentaba con Luis Rojas Marcos) y me pareci¨® intrigante y urgente. Se lo he preguntado a Violeta Alcocer, licenciada en Psicolog¨ªa Cl¨ªnica y de la Salud, Certificada como Educadora de padres por la American Positive Discipline Association y m¨¢ster en Neuropsicolog¨ªa Cl¨ªnica por el ITEAP. ¡°Eso que llamamos homofobia es un poco laxo desde el punto de vista cl¨ªnico", me dice. "Una fobia cursa con ansiedad y miedo. La homofobia es, m¨¢s bien, odio. Y se puede trabajar siempre y cuando haya cierta conciencia por parte de quien lo padece de que es un sentimiento desadaptativo. O sea, un sentimiento que conlleva en otros rechazo, exclusi¨®n, dificultades para empatizar, violencia psicol¨®gica, verbal e institucional¡±.
¡°Habr¨ªa que explorar en profundidad ¨Ccontin¨²a¨C si ese odio tiene que ver con miedo, con ira, con tristeza¡ bucear en la historia personal y en los modelos relacionales para comprender qu¨¦ est¨¢ pasando. Igual que har¨ªamos con cualquier otra persona con problemas para vincularse, como por ejemplo los hombres violentos¡±.
Los que nos quieren curar s¨ª que pueden curarse. Hay esperanza para ellos. Les devuelvo la frase que escuch¨® el pobre Ignacio antes de que su vida se viniera abajo: es posible el cambio.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.