M¨¢s transparencia electoral
Los partidos pol¨ªticos tienen ahora una nueva oportunidad para reducir el distanciamiento de los ciudadanos
Aunque bien es cierto que Espa?a tiene numerosas cualidades a nivel social, cient¨ªfico o empresarial, as¨ª como una importante variedad y riqueza de culturas, lenguas, razas e incluso confesiones religiosas, nuestro pa¨ªs sigue adoleciendo de un importante d¨¦ficit, como es la calidad de nuestro sistema pol¨ªtico, especialmente en lo relativo a los partidos, tanto en cuanto a su nivel de transparencia social y rendici¨®n de cuentas, como en cuanto a su credibilidad y cercan¨ªa a los ciudadanos.
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Este problema se acent¨²a cuando se acercan los comicios electorales, ante los cuales los partidos en lugar de informar hacen una vasta propaganda y un postureo pol¨ªtico que no hace sino indignar a los ciudadanos. Un bot¨®n de muestra: hace cuatro a?os, cada uno de los 12 partidos pol¨ªticos m¨¢s importantes se comprometieron con Transparencia Internacional a introducir en los distintos niveles educativos materias y contenidos ¨¦ticos, de valores y contra la corrupci¨®n. Ni unos ni otros han hecho nada por cumplir este importante compromiso, lo que es una muestra de ese postureo electoral que denunciamos desde hace tiempo.
Se hace tan necesario como urgente un cambio radical en el nivel de transparencia y de claridad en la comunicaci¨®n de los partidos, y es fundamental que cale la necesidad de un verdadero control social, tanto previo como posterior, de los procesos electorales y del cumplimiento de las promesas de los partidos ante las urnas. La transparencia deber¨ªa hacerse extensiva a todas las fases del proceso electoral, tanto en cuanto a las candidaturas que vayan a presentar los partidos como a los propios programas electorales, al proceso de las campa?as y eventos asociados y, c¨®mo no, al control por la sociedad del cumplimiento de las promesas por los ganadores de las elecciones.
Los partidos deber¨ªan ser transparentes como m¨ªnimo en las siguientes cuestiones: de forma previa a las campa?as deber¨ªan publicar: a) Su c¨®digo ¨¦tico y las medidas contempladas contra la corrupci¨®n; b) Sus cuentas anuales y presupuestos, as¨ª como las subvenciones y donaciones recibidas; c) Una declaraci¨®n expresa de la inexistencia en las listas electorales de investigados judicialmente o procesados por corrupci¨®n; d) El compromiso de asumir un sistema de control y chequeo peri¨®dico del cumplimiento de las medidas recogidas en los programas electorales, y e) La publicaci¨®n del curr¨ªculum de los candidatos.
Se hace tan necesario como urgente un cambio radical en el nivel de transparencia y de claridad en la comunicaci¨®n de las formaciones
Respecto a los programas electorales los partidos deber¨ªan al menos: a) Publicar digitalmente una versi¨®n completa y una versi¨®n ejecutiva o simplificada (m¨¢ximo 5 p¨¢ginas) del programa, claramente ordenada por temas o ¨¢reas; b) Evaluar y publicar el coste econ¨®mico de las medidas electorales, as¨ª como los recursos con los que las financiar¨ªan. c) Explicar de forma clara las posibles alianzas poselectorales con otros partidos, y las condiciones en las que se llevar¨ªan a cabo, y ello porque el ciudadano tiene derecho a saber a qui¨¦n vota realmente en el caso de no alcanzar su partido mayor¨ªa absoluta. d) Velar por la equidad intergeneracional de las medidas, para preservar social y econ¨®micamente a nuestros hijos y nietos.
Aparte de los anteriores temas, de contenido esencialmente electoral, los partidos deber¨ªan recoger en sus programas otras importantes medidas en aras de la transparencia y la lucha contra la corrupci¨®n. En lo relativo a la justicia, deber¨ªan comprometerse a mejorar la escasez actual de recursos judiciales, ya que aunque se va evidenciando que la justicia es bastante efectiva, todav¨ªa sigue siendo demasiado lenta. Tambi¨¦n deber¨ªan contemplar en los programas una significativa limitaci¨®n del n¨²mero de aforados actualmente existente (Espa?a es de largo el pa¨ªs que mayor n¨²mero de aforados tiene en Europa), as¨ª como a prohibir legalmente la concesi¨®n de indultos por delitos de corrupci¨®n.
Igualmente deber¨ªan comprometerse a implementar un plan integral contra la corrupci¨®n, en el que participasen de forma activa los muy distintos estamentos relacionados con esta materia, tales como jueces y fiscales, fuerzas de seguridad (UCO de la Guardia Civil y UDEF de la polic¨ªa), as¨ª como instituciones como los registradores y los notarios, lo mismo que la sociedad civil, cuyas organizaciones est¨¢n/estamos cada vez m¨¢s comprometidas con la lucha contra la corrupci¨®n.
Adem¨¢s, y aparte de los programas electorales, los partidos deber¨ªan hacer p¨²blico su compromiso a llegar a pactos de Estado con las dem¨¢s formaciones sobre temas realmente fundamentales para la sociedad, tales como: educaci¨®n, medio ambiente o lucha contra la corrupci¨®n.
En resumen, a los partidos pol¨ªticos les va quedando poco cr¨¦dito con la sociedad, y tienen ahora una nueva oportunidad para reducir el importante distanciamiento y desafecci¨®n de los ciudadanos, y mejorar con ello el nivel de calidad pol¨ªtica y democr¨¢tica de este pa¨ªs.
Jes¨²s Lizcano ?lvarez es catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y cofundador de Transparencia Internacional Espa?a.
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