?Rehabilitar a El Asad?
De quedar impunes los cr¨ªmenes cometidos en Siria se enviar¨ªa el mensaje err¨®neo al resto de dirigentes ¨¢rabes de que el empleo de la violencia contra sus propios ciudadanos no pasa factura
Tras ocho a?os de devastadora guerra, Bachar el Asad empieza a vislumbrar la luz al final de t¨²nel. En los ¨²ltimos meses no han dejado de sucederse las buenas noticias para el presidente sirio, que est¨¢ dando pasos de gigante para normalizar las relaciones con el entorno ¨¢rabe.
La primera, y posiblemente la m¨¢s importante, es el anuncio de la retirada del grueso de las tropas estadounidenses, interpretada por Damasco como un reconocimiento impl¨ªcito por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de su victoria militar. Emiratos ?rabes Unidos y Bar¨¦in han reabierto sus Embajadas en Damasco; Jordania ha reanudado los intercambios comerciales a trav¨¦s del paso de Nasib; T¨²nez ha restablecido los vuelos directos; Egipto ha recibido al poderoso jefe de los servicios de inteligencia sirios Ali Mamluk, y el presidente sudan¨¦s Omar el Bachir ha visitado Siria convirti¨¦ndose en el primer mandatario ¨¢rabe en hacerlo desde el estallido del conflicto en 2011.
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Todos estos movimientos han sido acompa?ados por un intenso debate sobre si ha llegado el momento de que la Liga ?rabe readmita en su seno a Siria, expulsada tras la brutal represi¨®n de las movilizaciones pac¨ªficas que demandaban reformas y libertades. Esta opci¨®n cuenta cada vez con m¨¢s apoyos, entre ellos los de L¨ªbano, Irak, Egipto, Sud¨¢n y Argelia. Como viene siendo habitual, la ¨²ltima palabra al respecto la tendr¨¢ Arabia Saud¨ª, principal potencia ¨¢rabe que, a pesar de los excesos de su pr¨ªncipe heredero en Yemen, Catar y el caso Khashoggi, sigue conservando intacta su ascendencia en la comunidad ¨¢rabe gracias a su riqueza petrol¨ªfera. Lo m¨¢s probable es que una decisi¨®n de esta envergadura requiera la luz verde de Estados Unidos, que ni con Obama ni mucho menos con Trump han apostado de manera clara por la ca¨ªda de El?Asad por temor a que su lugar fuera ocupado por alguna formaci¨®n islamista.
Aunque la guerra todav¨ªa no ha concluido, no cabe duda de que la suerte est¨¢ echada y el r¨¦gimen asadista se ha impuesto a sus rivales gracias a la determinante ayuda de Rusia e Ir¨¢n, que no han dudado en intervenir militarmente en territorio sirio para proteger a su aliado estrat¨¦gico y, de esta manera, reforzar su presencia en Oriente Pr¨®ximo.
No cabe duda de que el r¨¦gimen asadista se ha impuesto a sus rivales gracias a Rusia e Ir¨¢n
No obstante, todav¨ªa quedan muchas inc¨®gnitas por despejar. Por una parte, debe resolverse el futuro de la provincia de Idlib donde residen 2,5 millones de personas, que en la actualidad se encuentra bajo el control de una coalici¨®n yihadista liderada por el antiguo Frente Al Nusra. Hoy por hoy, nadie desea un ba?o de sangre que, adem¨¢s, podr¨ªa desencadenar una nueva crisis humanitaria al provocar una avalancha de refugiados. Turqu¨ªa, por su parte, ha pasado de pedir la cabeza de El Asad a concentrarse en combatir a las milicias kurdas, contra las que pretende lanzar una ofensiva para alejarlas de sus fronteras. Por ¨²ltimo, debe dilucidarse el encaje de Rojava, el Kurdist¨¢n sirio, en la Siria de posguerra y, sobre todo, determinar el grado de autonom¨ªa del que dispondr¨¢, cuesti¨®n que inquieta a Erdogan, que ya ha emitido ciertas se?ales de que estar¨ªa dispuesto a rehabilitar a El Asad en el caso de que se comprometa a desarmar a las Unidades de Defensa Popular, claves en la derrota militar del autodenominado Estado Isl¨¢mico culminada con la ca¨ªda de Baguz.
Seg¨²n un informe del Banco Mundial, al menos un 27% de las viviendas sirias han resultado parcial o totalmente da?adas durante el conflicto y la factura de la reconstrucci¨®n se elevar¨¢, al menos, a 300.000 millones de euros. Rusia e Ir¨¢n, los dos principales aliados de El Asad, no disponen de suficientes recursos para sufragar tan ingente tarea y tampoco parece probable que la Uni¨®n Europea o las petromonarqu¨ªas del Golfo est¨¦n dispuestas a aportar fondos mientras el dictador se mantenga en el poder.
As¨ª las cosas, la reconstrucci¨®n podr¨ªa dilatarse durante d¨¦cadas, lo que desalentar¨ªa el retorno de los seis millones de refugiados distribuidos por los pa¨ªses del entorno y, en menor medida, Europa. Mientras Rusia considera que 1,5 millones de refugiados ¡ªla mitad de ellos, provenientes de L¨ªbano¡ª podr¨ªa retornar en el corto plazo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) solo ve factible el regreso de 250.000 de ellos en 2019 debido a las trabas del r¨¦gimen sirio.
Es escasamente viable un retorno masivo de los refugiados, temerosos de sufrir represalias
A pesar de la creciente presi¨®n que sufren por parte de los pa¨ªses de acogida, una abrumadora mayor¨ªa de los refugiados considera que todav¨ªa no se dan las condiciones indispensables para un retorno seguro. Debe recordarse que la ley 19 de 2012 no solo persigue a aquellos que combatieron en los grupos rebeldes, sino que tambi¨¦n criminaliza a los activistas que se opusieron por medios pac¨ªficos al r¨¦gimen, incluidos los que difundieron im¨¢genes de las multitudinarias manifestaciones a trav¨¦s de las redes sociales. De otra parte, muchos de los refugiados no tienen ni tan siquiera un lugar donde volver, ya que los barrios ubicados en las zonas rebeldes est¨¢n siendo demolidos y expropiados por el Gobierno en aplicaci¨®n de la ley 10 de 2018, que bajo el pretexto de reconstruir las zonas m¨¢s da?adas est¨¢ modificando la composici¨®n sectaria del pa¨ªs y repartiendo las ¨¢reas conquistadas entre sus fieles. Una cifra que no deber¨ªa pasarse por alto es que m¨¢s de 40.000 sirios vieron c¨®mo sus bienes eran embargados por el Ministerio de Finanzas en 2017 bajo la acusaci¨®n de estar involucrados en actos de terrorismo.
Todas estas circunstancias hacen escasamente viable un retorno masivo de los refugiados, temerosos de sufrir en sus propias carnes las represalias de un r¨¦gimen que ha dado sobradas muestras de brutalidad hacia todos aquellos que cuestionan el liderazgo de El Asad. Una reciente encuesta entre los refugiados en Jordania constataba que el 57% de ellos no ten¨ªa voluntad de volver a Siria en el futuro a pesar de las duras condiciones que afrontan en el exilio. El mantenimiento de El Asad y la fren¨¦tica actividad de sus omnipresentes servicios de inteligencia, los temidos mujabarat, hacen inviable, hoy por hoy, un retorno seguro.
As¨ª las cosas, todo parece indicar que el final del conflicto no traer¨¢ necesariamente la paz para Siria y los sirios. ?nicamente la persecuci¨®n y el enjuiciamiento de los responsables de los numerosos cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados desde 2011 crear¨ªan las condiciones necesarias para que la profunda fractura existente en el seno de la sociedad siria pueda cicatrizar alg¨²n d¨ªa. De quedar impunes dichos cr¨ªmenes se enviar¨ªa un mensaje err¨®neo al resto de dirigentes ¨¢rabes: que el empleo de la violencia contra sus propios ciudadanos no solo no pasa factura, sino que adem¨¢s est¨¢ justificado para perpetuarse en el poder.
Ignacio ?lvarez-Ossorio es director del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz de la Universidad de Alicante.
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