Pensamiento europe¨ªsta frente al populismo
Analizar la realidad y proponer ideas sobre el futuro de Europa es sin duda una de las grandes tareas de los think tanks de nuestro continente, cuando la UE tiene ante s¨ª tanto problemas como oportunidades
Pensar. Oficio tan inc¨®modo ¡ªpor las consecuencias que puede acarrear hacerlo libremente¡ª como imprescindible en los tiempos que corren, en los que la reflexi¨®n honesta y el innegociable respeto a la verdad son de nuevo instrumentos imprescindibles para defender la democracia y los derechos individuales y colectivos.
Pensar para contraponer la raz¨®n a la consigna, lo complejo a lo simplista, la propuesta fundada a la demagogia. Pensar para hacer frente a los desaf¨ªos de la globalizaci¨®n ¡ªdesde el cambio clim¨¢tico a la desigualdad¡ª con pol¨ªticas p¨²blicas y decisiones privadas eficaces y, para serlo, incluyentes.
Pensar frente al populismo, derrot¨¢ndole con argumentos.?
Eso es lo que pueden y deben hacer los centros de pensamiento, conocidos universalmente como think tanks. Por supuesto que no como actor ¨²nico, pero s¨ª como uno especialmente capacitado para responder a corto y medio plazo con la velocidad que otras entidades o instituciones no tienen entre sus misiones.
Pensar para contraponer la raz¨®n a la consigna, lo complejo a lo simplista, la propuesta fundada a la demagogia
Esos laboratorios de ideas no son universidades, ni pretenden serlo, porque a ellas les corresponde la investigaci¨®n para el largo plazo y la fijaci¨®n de las bases cient¨ªficas del conocimiento. Tampoco son lobbies, porque no act¨²an para promover el inter¨¦s ¡ªleg¨ªtimo, por supuesto¡ª de un sector determinado. Y tampoco aspiran a sustituir a los medios de comunicaci¨®n, ni a los partidos pol¨ªticos.
Resulta algo m¨¢s compleja su relaci¨®n con los poderes p¨²blicos, ya que la independencia no tiene por qu¨¦ estar re?ida con una colaboraci¨®n leal con las instituciones del Estado, a todos los niveles. Pero es evidente que para ser realmente ¨²tiles a la sociedad en la que operan, estos centros de pensamiento deben velar ante todo por su credibilidad, que no es sino la suma de su calidad y su independencia de criterio.
Analizar la realidad y proponer ideas sobre el futuro de Europa es sin duda una de las grandes tareas de los think tanks de nuestro continente, cuando la UE tiene ante s¨ª tanto problemas como oportunidades.
La UE se prepara para celebrar a finales de mayo unas elecciones que tendr¨¢n una importancia determinante, porque en ellas se van a confrontar dos visiones de Europa: la que apuesta por fortalecer el modelo democr¨¢tico y social que le ha llevado a ser el espacio pol¨ªtica y econ¨®micamente m¨¢s avanzado del mundo, y la que lo cuestiona tanto en t¨¦rminos comunitarios como nacionales.
Jam¨¢s se hab¨ªa acudido a unas elecciones a la Euroc¨¢mara con tal dicotom¨ªa, porque desde que se elige por sufragio universal (y en 2019 se cumplen 40 a?os de los primeros comicios directos) las cuestiones a debatir hab¨ªan sido parciales (m¨¢s o menos profundizaci¨®n pol¨ªtica, m¨¢s o menos contenido social, m¨¢s o menos seguridad y defensa propias), y se dirim¨ªan dentro de un amplio consenso a favor de la construcci¨®n europea.
Hoy, la globalizaci¨®n, la crisis econ¨®mica y las migraciones, entre otros factores, han puesto en cuesti¨®n ese consenso, y han abierto la puerta a fuerzas pol¨ªticas que entroncan en sus planteamientos con los fantasmas de la extrema derecha que nos recuerdan el pasado y con la tristemente actual realidad del trumpismo al otro lado del Atl¨¢ntico.
?Hubieran cambiado las cosas en el Reino Unido por la actuaci¨®n de los think tanks?
Por otro lado, el esperpento del Brexit nos demuestra que la falta de informaci¨®n y la demagogia pueden tener consecuencias desastrosas para la ciudadan¨ªa, porque a?os de mirar para otro lado de los gobiernos y los partidos de Londres ante las mentiras de buena parte de la prensa cosecharon en el refer¨¦ndum de 2016 una mayor¨ªa favorable al abandono de la UE, prop¨®sito que finalmente se ha revelado como algo irrealizable, si no es a un precio impagable.
?Hubieran cambiado las cosas en el Reino Unido por la actuaci¨®n de los think tanks? ?Deben los esos grupos de reflexi¨®n asumir en solitario el combate de las ideas frente al populismo europeo?
Evidentemente, la respuesta es negativa en ambos casos. Pero lo que s¨ª es cierto es que, si los gobiernos, los partidos, las empresas, los sindicatos, la sociedad civil y los medios de comunicaci¨®n cuentan como decidores p¨²blicos y privados, colectivos e individuales, con un instrumental de an¨¢lisis y recomendaciones basado en la investigaci¨®n de la realidad en tiempo real, estar¨¢n en mejores condiciones de ganar el debate ante quienes son felices en ausencia de pensamiento cr¨ªtico y fundado.
Tras dos a?os de una insuficiente y minoritaria discusi¨®n p¨²blica sobre el futuro de la UE, t¨ªmidamente alentada por la Comisi¨®n Europea y los estados miembros, llega la hora de que los ciudadanos decidan si quieren continuar con la profundizaci¨®n pol¨ªtica de la UE, o frenarla e incluso revertirla. De esa elecci¨®n en las urnas saldr¨¢n las mayor¨ªas de las instituciones comunitarias para una cosa u otra.
Sin embargo, no basta con demonizar a los populistas de uno u otro signo, y menos a¨²n, a quienes les votan. Es evidente, sobre todo, que las respuestas europeas a la crisis econ¨®mica (la peor crisis de nuestra historia contempor¨¢nea, en el caso espa?ol) han dejado bastante que desear, y no puede sorprenderos que se haya generado cierta desafecci¨®n. Ante todo, las elecciones europeas ofrecen una magn¨ªfica oportunidad para contrastar proyectos, y sobre todo, para procurar responder a las leg¨ªtimas preocupaciones de la poblaci¨®n.
De ah¨ª que las diferentes posibilidades tengan que ser objeto de un debate ciudadano que acompa?e cualquier decisi¨®n, sea esta la de poner en marcha un salario m¨ªnimo o un seguro europeo complementario de desempleo, afianzar la uni¨®n monetaria, crear un Ej¨¦rcito europeo, definir una nueva pol¨ªtica migratoria o fortalecer la Euroorden.
No basta con demonizar a los populistas de uno u otro signo, y menos a¨²n, a quienes les votan
Cada paso institucional o pol¨ªtico no podr¨¢ darse en el aire, sino sobre un suelo s¨®lido de informaci¨®n a la ciudadan¨ªa, de debate con ella y de elecci¨®n entre un arco de posibilidades que puedan llevar a la UE m¨¢s o menos lejos, pero nunca al margen del conocimiento p¨²blico ni desde la lejan¨ªa de las personas que deben ser sujeto de los cambios. Lo contrario ser¨ªa gasolina para los antieuropeos y los populistas.
Por todo ello, el estudio de la situaci¨®n y las propuestas que puedan hacer los think tanks en ese terreno deber¨ªan ser herramientas ¨²tiles a lo hora de acertar en decisiones que tendr¨¢n que ser transparentes y fundadas, no fruto del mero voluntarismo.
Para ello, el Real Instituto Elcano, la Fundaci¨®n Alternativas y la Universidad de Pensilvania, con la participaci¨®n de CIDOB, han convocado en Madrid una Cumbre Europea de Think Tanks (con la asistencia de m¨¢s de setenta centros de pensamiento) dedicada al Futuro de Europa y, en particular, a ese nuevo ciclo pol¨ªtico que deber¨ªa abrirse en la UE tras las elecciones del 23-26 de mayo.
Para Espa?a, un pa¨ªs n¨ªtidamente europe¨ªsta por su trayectoria, intereses, ciudadan¨ªa, Gobierno y principales partidos pol¨ªticos, que vuelve a contar en la UE y se ha situado junto con Alemania y Francia a la vanguardia de la construcci¨®n comunitaria, esta cumbre es una buena noticia. Se ha dicho a menudo que nuestro pa¨ªs golpeaba por debajo de su peso en Europa, y seguramente era cierto. Pero se abre ahora una nueva ventana de oportunidad y en Bruselas detectamos una demanda creciente de iniciativas espa?olas. Esperamos poder convertir las ideas que surjan de la cumbre en propuestas tangibles, demostrando de paso que es posible hacer frente al populismo y la xenofobia con la reflexi¨®n, el debate, y la mesura.
Diego L¨®pez Garrido y Carlos Carnero son vicepresidente ejecutivo y director gerente de la Fundaci¨®n Alternativas, y Charles Powell es director del Real Instituto Elcano.
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