Estar o no estar

La campa?a electoral pasa sin que le roce el mundo. Enfrascados como siempre en la bronca patria, la pol¨ªtica exterior ni est¨¢, ni se la espera. Llamativo, pues en un sistema tan descentralizado como el nuestro, es una de las aut¨¦nticas pol¨ªticas de Estado.

Lo internacional no interesa a la opini¨®n p¨²blica, dicen. No da votos. La misma excusa dan muchos medios de comunicaci¨®n. Pero ?no son ambos, pol¨ªticos y medios, los que marcan la agenda? ?No es tambi¨¦n su obligaci¨®n poner de manifiesto c¨®mo lo que ocurre fuera nos afecta dentro? ?Y c¨®mo podemos desde aqu¨ª influir en lo de all¨ª?

Es un falso dilema, adem¨¢s, porque no se puede separar lo interior del exterior. Ah¨ª est¨¢n las consecuencias del Brexit, de la crisis venezolana, de la inestabilidad en el sur del Mediterr¨¢neo, sin ir m¨¢s lejos.

Durante a?os la pol¨ªtica exterior ha estado ausente. La inesperada llegada de Pedro S¨¢nchez a la Moncloa supuso un cambio de actitud. S¨¢nchez ha viajado m¨¢s al exterior en sus meses en el cargo que sus dos antecesores juntos, m¨¢s all¨¢ de las obligadas citas internacionales. Sus cr¨ªticos le atacaron cuestionando qu¨¦ hac¨ªa fuera, con lo que ten¨ªa dentro, con esa ceguera exterior de que tantos hacen gala.

Porque en la acci¨®n internacional hay que estar. No basta con decir que hay que recuperar el peso perdido. Hay que tocar terreno, conocer a los l¨ªderes. Las relaciones personales no son suficientes, pero s¨ª importantes.

Cu¨¢ntos en Europa, aun sin apoyar abiertamente su causa, miran con simpat¨ªa a los independentistas catalanes gracias a la eficaz estrategia exterior que han desarrollado durante a?os. Cu¨¢nto mejor nos hubiera ido si la Administraci¨®n espa?ola no hubiera hecho dejaci¨®n de funciones a la hora de contrarrestar dicha estrategia. Por cierto, que un 155 autom¨¢tico y duro en las circunstancias actuales, como pretenden algunos, ser¨ªa un nuevo impulso al apoyo independentista en el exterior.

Espa?a debe estar en Europa, s¨ª; estar y tratar de marcar el ritmo, de proponer ideas, de acompa?ar el liderazgo francoalem¨¢n para dise?ar hacia d¨®nde va la Uni¨®n. Con Italia como est¨¢ y el Reino Unido con un pie fuera, es nuestro papel. Pero tambi¨¦n hay que estar en ?frica y en Asia, si no queremos descolgarnos del mundo que viene. Y, por supuesto, consolidar una nueva relaci¨®n con Am¨¦rica.

Y hay que estar, activamente, en el debate de los temas que est¨¢n marcando el futuro, como la democracia, la robotizaci¨®n y el impacto en el trabajo de la inteligencia artificial, el combate eficaz contra un cambio clim¨¢tico que nos afecta notablemente, la configuraci¨®n de un orden mundial en transformaci¨®n.

De nada de esto se habla en campa?a. Pero los ciudadanos tienen derecho a elegir por ellos mismos si es algo que les interesa o no.