Diez objeciones a la doctrina Bolton
El prop¨®sito de la ofensiva unilateral de Estados Unidos contra Venezuela, Cuba y Nicaragua es un quiebre de esos reg¨ªmenes. Pero para que eso suceda tendr¨ªan que darse escenarios poco probables
La m¨¢s completa formulaci¨®n de la pol¨ªtica del actual Gobierno de Estados Unidos hacia Venezuela, Cuba y Nicaragua ha sido finalmente anunciada. No por el presidente Donald Trump, ni siquiera por el secretario de Estado Mike Pompeo, sino por John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, en un acto de la Asociaci¨®n de Veteranos de Bah¨ªa de Cochinos, en el hotel Biltmore de Miami, ante miles de exiliados cubanos, venezolanos y nicarag¨¹enses. A continuaci¨®n enumero diez razones para no compartir esa pol¨ªtica.
Otros art¨ªculos del autor
1. En el conflicto entre Estados Unidos, Cuba, Nicaragua y Venezuela pesa considerablemente la dimensi¨®n simb¨®lica. Desde Washington, La Habana, Caracas, Managua y, por supuesto, Miami, esos diferendos se asumen como inercias o continuaciones de la Guerra Fr¨ªa. Pero en la mayor parte del mundo no es as¨ª: el conflicto entre comunismo y anticomunismo es marginal a nivel planetario. Haber anunciado la nueva pol¨ªtica en Miami, en un aniversario de la fracasada invasi¨®n de Playa Gir¨®n de 1961, es persistir en ese enredo local, arcaico, que favorece el manique¨ªsmo y las visiones binarias de la pol¨ªtica contempor¨¢nea.?
2. El anuncio de las nuevas medidas desde Miami, por Bolton, refuerza una doble y da?ina subordinaci¨®n: la de la pol¨ªtica hacia Venezuela, Nicaragua y Cuba a la esfera de la ¡°seguridad nacional¡± de Estados Unidos y la de la agenda de Washington para esos pa¨ªses a los ciclos electorales en el estado de la Florida.
3. Las sanciones contra los tres reg¨ªmenes adoptan un sentido plenamente unilateral en un momento en que diversas instituciones globales e iniciativas diplom¨¢ticas (OEA, ONU, Grupo de Lima, Grupo de Contacto Internacional de la Uni¨®n Europea, Prosur, canciller¨ªas uruguaya y mexicana¡) intentan concertar acciones multilaterales para enfrentar las crisis venezolana y nicarag¨¹ense.?
Calificar a esos reg¨ªmenes de ¡°troika de tiran¨ªas¡± es un incentivo al despliegue de una colaboraci¨®n? mayor de esos Gobiernos entre s¨ª
4. Durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas el Departamento de Estado de Estados Unidos ha sostenido una pol¨ªtica diferenciada para Venezuela, Cuba y Nicaragua. Es evidente que esos reg¨ªmenes act¨²an coordinados en una estrategia permanente de promoci¨®n de alternativas autoritarias a la democracia en el hemisferio, pero, a la vez, son inocultables las diferencias entre los tres sistemas pol¨ªticos, las peculiaridades de sus respectivas relaciones con la sociedad civil y la oposici¨®n y los matices de sus compromisos internacionales y prioridades de Gobierno.
5. La definici¨®n de esos reg¨ªmenes como ¡°troika de tiran¨ªas¡± no s¨®lo es una simplificaci¨®n te¨®rica, que casi la totalidad de Am¨¦rica Latina y la Uni¨®n Europea, m¨¢s la ONU, China e India, ?frica y Oriente Pr¨®ximo no comparten, sino un incentivo al despliegue de una colaboraci¨®n diplom¨¢tica y militar mayor de esos Gobiernos entre s¨ª y con sus aliados en el mundo, especialmente Rusia e Ir¨¢n.
6. La aplicaci¨®n de los t¨ªtulos III y IV de la Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, hab¨ªa sido pospuesta por todos los Gobiernos de Estados Unidos hasta ahora: el segundo de Bill Clinton, los dos de George W. Bush y los dos de Barack Obama. La raz¨®n fue siempre una mezcla de reconocimiento de la impopularidad global del embargo contra Cuba y de las complicaciones que podr¨ªan surgir en las relaciones con Europa, Canad¨¢, Am¨¦rica Latina y Asia, en caso de demandas a empresas de esas regiones que operaran en Cuba con propiedades confiscadas. Los miles de casos de ciudadanos cubanoamericanos que se presentar¨¢n ante la justicia estadounidense, adem¨¢s de enrevesados y onerosos, generar¨¢n costos a nivel internacional, como ya se observa con la apelaci¨®n de la Uni¨®n Europea a la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC).
7. Las restricciones a viajes de turistas estadounidenses y a las remesas de cubanoamericanos desde Estados Unidos no afectar¨¢n ¨²nicamente los ingresos del Gobierno de Miguel D¨ªaz Canel: tambi¨¦n da?ar¨¢n la peque?a esfera de mercado que intenta articularse dentro de la isla. La nueva pol¨ªtica hacia Cuba regresa a la vieja paradoja de la derecha republicana de promover el capitalismo, cerrando las v¨ªas externas por las que ese capitalismo puede reproducirse.
Quien anuncia esa medida es el mismo que hace poco propon¨ªa el env¨ªo de 5.000 soldados a la frontera entre Colombia y Venezuela
8. Las sanciones contra el Banco Central de Venezuela contin¨²an la estrategia punitiva emprendida hasta ahora por la administraci¨®n Trump contra las redes financieras del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. Quien anuncia esa medida en Miami es el mismo que hace poco propon¨ªa el env¨ªo de 5.000 soldados a la frontera entre Colombia y Venezuela y el mismo Gobierno que ya se queja abiertamente de la incapacidad de su aliado, el presidente Iv¨¢n Duque, para reducir el narcotr¨¢fico.
9. Las medidas contra el Gobierno de Daniel Ortega tambi¨¦n intentan afectar las fuentes de ingreso del Estado sandinista, a trav¨¦s de la congelaci¨®n de fondos del Banco Corporativo de Nicaragua y de la agencia oficial de inversiones y exportaciones, ProNicaragua, encabezada por el hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo. Hasta ahora, ese tipo de sanciones personalizadas no ha dado resultados en Cuba o en Venezuela, en t¨¦rminos de propiciar una mayor apertura econ¨®mica y pol¨ªtica. Daniel Ortega, un l¨ªder tan desacreditado ante la propia izquierda latinoamericana, gana prestigio con la doctrina Bolton.
10. El prop¨®sito de la ofensiva unilateral de Estados Unidos contra Venezuela, Cuba y Nicaragua no es, por lo visto, una flexibilizaci¨®n sino un quiebre de esos reg¨ªmenes. Pero para que eso suceda tendr¨ªan que darse escenarios poco probables: una sublevaci¨®n militar en Venezuela, un golpe de Estado en Nicaragua o un levantamiento popular en Cuba. En una eventual coyuntura de asfixia econ¨®mica simult¨¢nea en los tres pa¨ªses no habr¨ªa que descartar una mayor cohesi¨®n contra el enemigo externo, a pesar del mayor o menor desgaste de sus respectivas dirigencias. Ni siquiera el colapso de uno de esos reg¨ªmenes supondr¨ªa, necesariamente, el derrumbe de los otros dos.
Rafael Rojas es historiador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.