M¨¢s le?a al fuego libio
Trump reconoce a un l¨ªder rebelde frente al Gobierno reconocido por Naciones Unidas
La decisi¨®n de Donald Trump de apoyar expl¨ªcitamente al mariscal libio Jalifa Hafter ¡ªquien pretende deponer al Gobierno de Unidad Nacional libio respaldado por Naciones Unidas¡ª es una nueva prueba de la preocupante manera de entender las relaciones internacionales del presidente de EE?UU.
Desde principios de mes, las tropas de Hafter se encuentran a las puertas de Tr¨ªpoli donde han librado combates con las tropas leales al Gobierno. A pesar de que en un principio la Administraci¨®n estadounidense ¡ªpor boca de su secretario de Estado, Mike Pompeo¡ª rechaz¨® el uso de la fuerza militar por parte del llamado Ej¨¦rcito Nacional Libio bajo las ¨®rdenes de Hafter, una llamada telef¨®nica de Trump a este ¨²ltimo desdijo a Pompeo y dio la vuelta a la situaci¨®n.
Seg¨²n la Casa Blanca, en esa conversaci¨®n Trump reconoci¨® el valor que Hafter tiene para Washington en t¨¦rminos de lucha contra el terrorismo y de gesti¨®n de los campos petrol¨ªferos libios. Dos temas sin duda importantes pero que obvian un asunto crucial para la seguridad de Europa como es la lucha contra la trata de personas. La inmigraci¨®n ilegal ha convertido al pa¨ªs norteafricano en punto de paso ¡ªen condiciones a menudo inhumanas¡ª de decenas de miles de personas que quieren llegar a Europa y en el para¨ªso de las mafias que se lucran con impunidad de esta necesidad.
Desde que accedi¨® a la Casa Blanca ¡ªy en realidad ya antes¡ª, Trump ha demostrado repetidamente que en su concepci¨®n de la realidad internacional la inmigraci¨®n ilegal es un tema f¨¢cil de resolver con soluciones dr¨¢sticas y simples, que Naciones Unidas es un organismo al que no hay que tener en cuenta y que Europa est¨¢ formada por un grupo de pa¨ªses que se aprovechan del esfuerzo presupuestario de EE?UU en Defensa. Desde su punto de vista, resulta pues coherente que la convulsi¨®n en t¨¦rminos humanos para Europa creada por la inestabilidad libia desde la ca¨ªda de Gadafi en 2011 no mereciera ser tenida en cuenta en su en¨¦simo movimiento unilateral en materia exterior.
Libia deber¨ªa constituir una prioridad urgente para la pol¨ªtica exterior europea. Un pa¨ªs fraccionado con una cruenta guerra civil y numerosas caracter¨ªsticas de un Estado fallido en el mismo Mediterr¨¢neo representa ¡ªadem¨¢s del drama humano¡ª una amenaza real para la seguridad de la UE. Desgraciadamente no hay consenso europeo en torno a la situaci¨®n del pa¨ªs. Francia ha mostrado una actitud amistosa hacia el mariscal Hafter mientras que el resto de los socios siguen alineados con Naciones Unidas. Esta falta de consenso general no ayuda a estabilizar una situaci¨®n para la que hacen falta di¨¢logo y una estrategia clara, cosas ambas que dificulta la ¨²ltima decisi¨®n de Trump.
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