Antonio Resines, nuevo icono ¡®millennial¡¯
El actor gana popularidad en las redes y entre las nuevas generaciones a trav¨¦s de sus colaboraciones televisivas
Antonio Resines (Torrelavega, 1954) est¨¢ on fire, est¨¢ que se sale, lo peta (que dir¨ªa un millennial). Adem¨¢s de su intensa actividad en pel¨ªculas (tiene una aparici¨®n en la reci¨¦n estrenada La peque?a Suiza y otros dos filmes en el cargador), series y teatros, ahora resulta que ha conseguido llegar a nuevos sectores del p¨²blico, como los millennials,y ser popular en redes sociales a trav¨¦s de sus delirantes colaboraciones televisivas. ?l no tiene redes, solo WhatsApp, desde hace unos meses. ¡°Me encanta, porque puedo mandar fotos, y eso¡±, explicaba ayer.
¡°En realidad no tengo claro qu¨¦ es un millennial, cuando me lo dijeron pens¨¦ que se refer¨ªan a los mileuristas¡ ?Qu¨¦ es un millennial?", pregunta. Podr¨ªa decirse que aquellos que nacieron en el cambio de siglo, a partir del 1980, y que ahora tienen 20 a?os largos o se meten en la treintena. ¡°Yo creo que la brecha entre generaciones hoy no es tan grande como la que hab¨ªa entre yo y mi padre, que era un se?or que iba a una oficina¡±, reflexiona el actor, ¡°al fin y al cabo, las nuevas generaciones pasan ahora por lo que pasamos nosotros. Todos hemos salido de juerga por las noches y tenido profesiones liberales. Hab¨ªa precariedad, sobre todo en este oficio¡±.
Todo comenz¨® con una entrevista en la SER con David Broncano cuando Resines era presidente de la Academia de Cine. Luego pas¨® por La vida moderna de Broncano, Quequ¨¦ e Ignatius. Y de ah¨ª a La Resistencia, en Movistar+, donde comparece un par de veces al mes. ¡°En teor¨ªa iba a hacer un curso de interpretaci¨®n, pero al final siempre hacemos otras tonter¨ªas¡±, cuenta el actor. Su contacto con la cultura juvenil puede trazarse hasta su c¨¦lebre rap en los premios Goya de 2012, del que no parado de dar explicaciones desde entonces, y ahora en La Resistencia le quieren convertir youtuber. En sus intervenciones televisivas demuestra solvencia, campechan¨ªa, un poco de canallismo y mucho humor absurdo. As¨ª ha llegado a colaborar en otros programas como Aqu¨ª la tierra o Ese programa del que usted me habla, ambos en RTVE. De todo ello habla en su casa a la orilla del Retiro, en un edificio muy burgu¨¦s que dice que fue construido por la familia de Agust¨ªn de Fox¨¢. En el amplio sal¨®n, decorado con abundante parafernalia de Tint¨ªn (que el actor muestra con orgullo) y presidido por un premio Goya, entra la luz radicalmente y se aprecia el verde vegetal del parque. ¡°Pon ah¨ª que has venido a la mansi¨®n de Resines¡±, sugiere.
Se refiere al jaleo que se mont¨® cuando le cont¨® a Broncano que tiene m¨¢s de 10 millones de euros. ?Realmente es esa su fortuna? ¡°Tengo una inmensidad de dinero¡±, dice enigm¨¢tico, no se sabe si en broma o en serio. ¡°Tambi¨¦n dije que ten¨ªa dehesas de bravos y hubo quien se lo crey¨®¡±, a?ade. Nada parece muy claro. La casa est¨¢ muy bien, eso s¨ª. ¡°Yo es que soy socialdem¨®crata¡±, dice con iron¨ªa. As¨ª que Resines no es solo un actor hist¨®rico del cine espa?ol sino pura contemporaneidad. Pero su proyecto actual m¨¢s querido es precisamente Historias de nuestro cine, un documental que dirige junto con Ana P¨¦rez-Llorente y planea presentar en junio, donde se relata de manera informal y con muchas an¨¦cdotas la historia del celuloide. ¡°Es tremendamente divertido¡±, asegura.
El resto de la historia se puede leer en su autobiograf¨ªa, publicada en 2017, Pa' haberse matao, memorias de un calvo. Los espectadores han podido ver a Resines quedarse calvo en pantalla hasta perfilar su emblem¨¢tica cabeza (por el camino tambi¨¦n perdi¨® su mostacho nietzscheano). ¡°Cuando empec¨¦, en ?pera prima, todav¨ªa ten¨ªa pelo. Luego me lo empezaron a pintar con un corcho quemado y cuando llov¨ªa me ca¨ªan chorretones negros. Ahora todav¨ªa hago un gesto con la cabeza cuando salgo del agua como para apartarme la melena¡±, cuenta. ?Se ir¨ªa a Turqu¨ªa a ponerse implantes? ¡°Pues no, pero me gustar¨ªa tener pelo, aunque fuera verde, como dec¨ªa Alfredo Landa¡±.
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